2- Extrañamente familiar

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—Peter… en serio ¿Qué rayos es eso? —Me dice conmovida en su todo.

—No sé... pero es terriblemente hermosa — expreso mientras aprieto su suave y cálida mano.

Todos en la calle estaban deteniendo sus autos, pasos y conversaciones para capturar con sus móviles el suceso "alienígena" o al menos eso yo pensé...

Posdata: siempre he tenido miedo a un apocalipsis alienígena, más incluso que uno de zombis, aunque no lo decía en la escuela porque me tomarían por loco todos esos amantes de Walking Dead.

—¡Peter mira! se aleja hacia la planicie del norte— me hace un gesto con sus ojos redirigiendo los míos hacia la seductora bola de color mar fosforescente... ese color no existe creo...pero mi cabeza no anda muy bien desde el día en que nací.

—Rachel mi sueño de portales entre planetas era raro—trago saliva y aclaro mi garganta —pero esto ahora es otro nivel— me río a carcajadas estilo villano de Hollywood, “amo hacer eso y ver el rostro de todos”.

—¡No puede ser! —exclama desquiciada en tono de sarcasmo—yo queriéndote ayudar a calmar y aparece una… una cosa azul en el cielo, estilo OVNI—

Rachel se da cuenta que tengo su mano sujeta a la mía. Nos miramos ambos con el rabillo del ojo de forma inusual y ella se desprende de mi mano con un ligero gesto de rechazo.

—Amigo… ¡ya pasó el momento! —  me afirma con ojos confusos.

Rasco mi cabello lacio y respondo—Sí... lo siento, es que pensé que tendrías miedo y por eso tomé tu mano— dejo escapar una pequeña risa falsa justificando eso, lo de “la mano”, bajo mi cabeza sonrojado completamente que…aun siendo trigueño, mi cara se sentía tan roja como el tomate más maduro de la galaxia.

—Ok, está bien— Sus labios forman una recta perfecta al concluir sus palabras, frunce el ceño, pero queda inmóvil y no me expresa más nada.

Estas cosas vergonzosas es mejor dejarlas así, Peter vamos a cerrar este tema, Sí… tema muerto y enterrado, descansa en paz “tema”, Rachel es tu mejor amiga desde que tienes uso de razón y ...

—Ok, ¿qué? — Rayos que bocota amigo. 

Rachel dirige sus ojos hacia mí lentamente—Qué está bien Peter, gracias por cuidar de mí, mejor amigo— me lo dice tratando de lucir fría pero su voz luce contraria.

—Aaahh yap—la miro con ojos revueltos, recojo su bolso del suelo y se lo entrego.

—Vamos Rachel— le inquiero mirando mi reloj en señal de que se nos había hecho ligeramente tarde.

De veras que no sé qué me pasa con ella últimamente, pero no es normal, siempre la he visto casi como a mi hermana de sangre, solo que la muy condenada cada día que pasa luce más bonita y eso no me ayuda mucho.

Al llegar al cole fue una experiencia indescriptible, todos sin excepción hablaban del viral suceso. Youtube era una locura y Tik Tok no paraba de subir videos y comentarios.

Algunos hasta comenzaron a decir que era un OVNI y que habían visto otras luces más cerca de la bola en llamas azules. Rachel y yo nos mirábamos atónitos cada vez que alguien salía con una nueva teoría.

Sonó el timbre de inicio de clases, pero Rachel y yo teníamos un don para entrar de últimos, por favor que ningún profesor me pida que le explique... no sabría cómo informarle que es un don que solo ella y yo tenemos.

—Profesor disculpe la tardanza— dijo Rachel hablando por ambos, sus ojos y su voz podían ablandarle el corazón a la mismísima Maléfica de Disney.

—Si, por favor adelante— dijo el profesor de espaldas sin tan siquiera mirarnos.

Fuimos directo a nuestros asientos sin hacer el más mínimo ruido casi de puntillas de pies.

Nosotros siempre nos sentábamos en los últimos asientos del salón, ahí mismo con los más populares de la escuela, solo que en el caso nuestro nadie nos conocía, es más... creo que sí un día fuésemos secuestrados nadie se daría cuenta en el aula de nuestra ausencia.

—Mi nombre es Willem Pilsek—aclaró el nuevo profesor, supongo que eso mismo escribía en la pizarra.

Mientras iba sacando mi cuaderno había algo que me resultaba extrañamente familiar en el profesor, creo que era su voz, podría jurar que la había escuchado antes y más de una vez. ¿Ohh rayos… pero de donde era?

…Ehh… —espérate Rachel— le susurro desde mi mesa —pssh Rachel— Y ahora no me mira…cada vez que eso me pasa agr, quisiera… este jjj olvídalo, ya me hizo captura de pantalla.

—Dime Peter, nos van a regañar— me susurra de vuelta.

—Hay algo extraño, ¿no crees? —le comento rascando mi cabeza. 

—Hoy era día de Sally—le argumento un tanto risueño, me daba gracia decir ese nombre.

—¡Baaff día de Sally! — expresa subiendo el volumen en tono homicida.

—Ssshh— media aula manda a callar a Rachel, mis ojos se abren como platos y desvío la mirada hacia el frente, juro que no la conozco en este momento.  A fin de cuentas, no sé por qué le cae mal escuchar ese nombre, de hecho, Rachel era una de las predilectas de Sally.

Sally no era mala persona, ella solo es una profesora extremadamente joven de ojos color café y pelo negro que detiene la escuela con cada paso que da. Su voz, hay que decirlo es de radio que captura toda atención a su alrededor y un poco más allá.

—Pssh Rachel—intento de nuevo reanudar la comunicación, pero no me mira, claro le menté a Sally y si lo pienso bien tiene lógica.

—Hey… Tierra llamando a Rachel—le inquiero de nuevo en voz baja, mientras su mirada ladina me acecha de nuevo. 

—Solo digo que Sally nunca ha faltado a un turno—le comento de manera pausada y educada, “no quiero que se vuelva a exasperar”.

—¿Qué me importa a mí que sea día de Sally? — Exclama con cejas arqueadas y voz despectiva.

Trago en seco al mirar a Rachel, Vaya no es que me gustara la tal Sally ni nada de eso, pero era imposible no darme cuenta de su ausencia y más cuando contaba cada día de la semana para estar en sus turnos, sé que suena un poco psicópata, pero gustarme, gustarme… no, pero que pasara desapercibida menos aún. Pero ninguna muchacha de la escuela le resistía, vaya que Rachel era mi mejor amiga y todo, pero a fin de cuentas era una chica también.

—Para comenzar la clase necesitaré un voluntario al pizarrón—Nuevamente esa voz que he escuchado antes, pero no sabría decir de dónde, aunque me pusiesen una pistola en la sien.

No obstante, sabía que no me tocaría porque a los que se sientan atrás no les mandan casi nunca a no ser que se porten mal, mi caso y el de Rachel era ese, éramos los clásicos chicos tímidos del grupo.

Cuando el profesor se da la vuelta hacia nosotros mi lápiz cayó al suelo rodando de mi mano, podría jurar que mi alma se puso en pausa absoluta, podía escuchar cada latido de mi agitado corazón y mi cerebro solo le rogaba a este, dos palabras: "no colapses".

—¿Peter qué pasa? —me pregunta con urgencia Rachel, pero mi mente está en blanco absoluto.

—Déjame revisar la lista, para escoger un voluntario ya que nadie se ofrece—habló el nuevo profesor, un silencio sepulcral inundó el ambiente y acto seguido escuché mi nombre.

—Peter Lerom, por favor venga al frente— Rachel lucía ahora tan asustada como yo.

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⏰ Última actualización: Jul 30, 2021 ⏰

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