Accidental (Jeddy)

Accidental

James caminaba con furia hacia su cuarto. Estaba enfadado con Teddy, con Victorie, con la estúpida de su hermana y sobre todo consigo mismo. Por hacerse ilusiones.

Toda la familia había ido a pasar las vacaciones de Navidad a su casa en Godric's Hollow. Incluyendo a Teddy, por supuesto. Al enterarse de puso feliz, extremadamente feliz, como cualquier chico de 19 años enamorado. Sobre todo porque Teddy había roto con Victorie hace poco, y ahora le haría más caso. Eso pensó.

Pero ahí estaba, llorando escaleras arriba, provocando brotes de magia accidental que hacían saltar los jarrones por los aires. Todo porque su "querida hermana" había trucado un muérdago con la ayuda de su primo Fred para que siempre apareciera en el momento en el que el metamorfomago y su estúpida prima la francesita se cruzaban.

Y en vez de actuar como una persona normal (según James) y mandar a la mierda a su exnovia, el peliazul sólo reía y aceptaba darle un beso, ¡Como si fuera lo más normal del mundo! Aunque el problema no había sido ese. La cuestión es que les acababa de ver abrazados en el sofá, charlando con tranquilidad. Se habían reconciliado.

Cerró con fuerza la puerta a sus espaldas, y le dio una fuerte patada a la pata de su cama. Sintió la puerta abrirse a sus espaldas, y se giró rápidamente, dispuesto a echar a cualquier que entrara... Menos a Albus, que le miraba con pena desde la puerta.

- Jamie...- el apodo le erizó la piel, llenándole de nuevo los ojos de lágrimas.

- No me llames así.- suplicó, y Albus de repente cayó en que ese apodo se lo había puesto Teddy. Aunque daba igual lo que dijera, todo iba a concluir en Teddy.

Albus y James nunca habían sido cercanos, ciertamente su mayor punto en común era su sexualidad. No eran del tipo de hermanos que se abrazan, pero Al sabía que lo necesitaba. Tomó a James del brazo y lo pegó a él, abrazándolo con fuerza. El otro devolvió el gesto agradecido, liberando un par de lágrimas. Se separaron al poco tiempo.

- ¿Estás mejor?- preguntó con cuidado el menor, temiendo que su hermano volviera a romper en llanto. La sonrisa ladina que le dio le sirvió para entender que no. Observó levemente la habitación, hasta que encontró la mochila del peliazul. Bingo.- Pégale.

- ¿A Victorie o a Teddy?- Albus rió.

- Aunque hay pocas cosas que me gustarían más que ver a doña perfecta huyendo de ti, me refería a la mochila. Es de Teds, dale fuerte y descarga las frustraciones.- James ni siquiera lo pensó, se acercó y la golpeó con mucha fuerza, tirándola al suelo. Varias cosas se esparcieron por el suelo, ya que estaba abierta.

- Joder.- ambos se agacharon a recogerlas. Mientras James metía varias camisetas en la mochila, Albus tomó el bloc de dibujo que había en el piso. Por mera curiosidad lo abrió, esperando encontrar flores o paisajes, esas cosas que su padre le enseñaba a todo el mundo con orgullo hablando de su ahijado. Pero lo que había en el cuaderno no eran flores.

James. Era un dibujo de James, volando en su escoba con una sonrisa en la cara. Pasó de lámina, encontrando otro dibujo de James, en el que miraba al horizonte de perfil, con el sol en la cara y la boca entreabierta.

- ¿Albus?¿Me estás escuchando?- asustado, cerró de golpe el bloc, devolviendo la vista al mayor. Volvió a examinar la portada de la libreta, y luego a su hermano de nuevo.

- Jamie, tienes que ver esto.- le tendió el cuaderno, y observó atentamente como lo abría, levantándose suavemente. Ambos se sentaron en el borde de la cama de James, quien no pronunciaba palabra. Simplemente pasaba los dibujos, página por página, viéndose a si mismo en diferentes situaciones.

Cantando encima de un escenario, tirado en el césped de una pradera llena de flores, abrazando a Lily, riéndose con Albus y Scorpius. Eran todos dibujos de momentos reales en los que Teddy había estado con él en los dos últimos años. Todos reales menos el último, en el que se veía a James con el torso desnudo y la piel perlada por el agua, con una toalla envuelta en su cadera, una mano sobre su pelo y una sonrisa ladina.