Todo comenzó un caluroso mes de Agosto.
Tras el aburrimiento típico que habita en mí los meses de verano, decidí meterme en un grupo de WhatsApp LGTB de todo el país.
Esto me llevó a hacerme varias preguntas:
¿Qué probabilidad había de encontrarme con alguien que viviera cerca? ¿Habría alguien que mereciera la pena? ¿Cuánto tardaría en bloquear a alguien?.Tras varios días, la coincidencia de encontrarnos entre tanta gente, llegó.
Un mensaje privado llegó y fue muy típico.
"Vaya casualidad", "¿A qué te dedicas?", "¿De dónde eres", "¿Cómo se puede ser tan gilipollas?" "Qué casualidad que tengamos nombres tan curiosos", en fin, todo muy concordante con nuestra manera de ser.Empezamos a hablar y nos caímos bien, y decidimos todos los días" darnos por culo".
Varios meses después decidimos encontrarnos, tras comprobar que nos caigamos bien y que no nos odiaríamos al vernos, como solía decir ella.
Lo virtual ya se nos quedaba pequeño.
Así que,allí estábamos en nuestra primera quedada (a aquello no se le podía llamar cita, puesto que veíamos a la otra como una amiga, nada más),en un centro comercial.
Yo ya había ido a verla, a su trabajo, pero obviamente, nos saludamos de lejos.
Todavía me río al recordarlo.Aquella primera vez que nos vimos, decidí pasar por su lado haciéndome la encontradiza.
Ella al principio no se dió cuenta quién era aquella chica de pelo rizado con vestido de flores que la saludaba.
Cuando por fin se acordó de mí, se puso tan nerviosa (¿de verdad se puso nerviosa por mí? ¿O era una patosa sin más? ) que cayó al suelo todo el material que había en el stand.Ups, por allí asomaba una cara llena de vergüenza, y no era la mía.
Quedamos en una tienda de ropa(x). Yo para camuflar mi nerviosismo decidí probarme cosas sin sentido.Que si un gorro, después una chaqueta...
Menos mal que no me vió el gorro puesto, porque me quedaba fatal.Tras "comprar algodón" que fue su frase estrella de los 30 minutos que nos vimos, empezó a meterse conmigo,concretamente con mi estatura(Cuando Dios empezó a repartir estaturas yo estaba en la cola de los bajitos) y mi piel, como de costumbre.
Estaba tan nerviosa que cuando me vió decidió usar la táctica del "me llaman por tlf", y además hizo el amago de irse.
Mi inseguridad acechaba en ese momento...
¿De verdad le parecía tan horrenda como para huir sin despedirse?
Pero no, finalmente se acercó y nos pusimos a hablar de tonterías, eso sí, lo de dar dos besos, de eso... mejor no hablamos.Nos lo estábamos pasando bien, porque no vimos llegar a mis padres y entonces ella, ¡Zas, se tuvo que escabullir como una lagartija entre las estanterías!.
Y a partir de ahí, fuimos jugando al ratón y al gato para vernos de estranjis en todos los sitios, a los que íbamos. Bueno, sobretodo ella, que se ponía a mirarme en la lejanía, cual acosadora.
Y, ¿como termina esta primera quedada?
Sin despedirnos , con muchos stalkeos y la promesa de volver a vernos.
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Desde aquí, del otro lado
Teen Fiction¿Qué hubiera pasado si Perséfone y Minerva se hubieran conocido en su época? ¿Habría algo más entre ellas? Esta es la historia que tiene como protagonistas a dos chicas del siglo XXI que comparten nombre de diosas. Y en mitad de todo, un pandemia s...