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El día de la exposición de arte había llegado

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El día de la exposición de arte había llegado. NamJoon y YoonGi recibieron a SeokJin en el apartamento justo antes de partir juntos hacia la universidad. Los tres caminaron con calma, YoonGi y SeokJin manteniendo una conversación más fluida mientras NamJoon los escuchaba en silencio. Ocasionalmente reía debido a las breves discusiones tontas y desviaciones entre ambos, notando como siempre lo buenos amigos cercanos que eran.

Lo primero que notaron al llegar era la cantidad de gente que había, junto a la música y las numerosas actividades que llenaban el ambiente de buen ánimo y energía. NamJoon estrechó los ojos al divisar la sección de fotografía, mientras YoonGi quería doblar hacia el lado de la pintura y SeokJin por las esculturas.

—Pasaremos por todo —musitó YoonGi cuando notó que sus dos acompañantes estaban por repartirse en diferentes direcciones—. Pero lo haremos juntos. A eso hemos venido, ¿no?

NamJoon y SeokJin se dieron una mirada rápida. YoonGi tenía las manos en la cintura como una jarra y un puchero adorable acentuando sus labios. Los beta asintieron y siguieron al rubio sin mediar palabra.

El viaje por los diferentes puestos de exhibición fue tranquilo. Los tres apreciaron las palabras de los estudiantes, quienes dirigían sus propios toldos y eran dueños de gran parte de las piezas que se mostraban. YoonGi quiso llevarse una cuantas pinturas a casa. SeokJin se burló de él cuando le dijeron que no estaban a la venta.

Al recorrer más de la mitad de los puestos, la necesidad de ir al baño se presenta en SeokJin. YoonGi dejó a su mejor amigo irse entre preguntas y se queda a solas con NamJoon, quien se había acercado a la parte que más le interesaba.

Caminó unos pocos pasos hasta llegar a su lado, observando las fotografías allí expuestas por unos segundos, hasta que la curiosidad lo vence y decide posar sus orbes brillantes en el perfil definido de su compañero.

YoonGi sonrió inmediatamente al ver un estallido de emoción y pasión vibrante en los ojos afilados del más alto. NamJoon tenía puesta su expresión de concentración a juego de las fotografías que posaban colgadas en un gran mural. Propiamente, sus labios formaban una fina circunferencia cuando se hallaba asombrado por unas cuantas bellezas capturadas, mostrándose en un interno debate sobre cuál le gustaba más.

—Son muy bonitas, ¿No? —Preguntó fingiendo observar las fotos que tenía en frente. NamJoon asintió con la garganta, sin siquiera mirarlo.

—Estoy... Buscando una que se asemeje a mi fotografía perfecta.

YoonGi alzó las cejas, curioso.

—¿"Fotografía perfecta"?

—Sí —se enderezó, viendo superficialmente las postradas en un sitio más alto. YoonGi guardó silencio—. Quiero saber qué podría ser para mí el momento más digno de capturar en una foto. Mi fotografía perfecta.

El rubio no dijo nada, tan sólo asintió con la garganta después de asombrarse por el planteamiento. Internamente, estaba curioso sobre lo que podría llegar a ser para el alto la foto perfecta. Frente a ellos tenían paisajes, objetos y modelos bien estructurados. Para él lucían lo suficientemente profesionales como para considerarse perfectas. Pero, ¿Qué podría ser para NamJoon más hermoso y digno de contemplarse que todo aquello?

YoonGi dejó flotar un suspiro, contento por lo bien que se veía el contrario con los rayos del sol iluminando sus mechones oscuros y ondulados. La piel bronceada y tersa. Quizás, si lo que veían sus ojos pudiera convertirse en una fotografía, podría ser el retrato más cálido jamás tomado.

Estuvo a punto de abrir la boca y decir algo, pero un calor repentino en su bajo vientre lo descolocó. Su piel empezó a impregnarse de sudor, y se llevó una mano a la frente, creyendo que quizás no se había dado cuenta de que el sol de las tres de la tarde era muy intenso ese día.

NamJoon se quedó paralizado por un momento cuando notó las mejillas ruborizadas y los ojos brillantes del omega. En conjunto con ello, un sutil olor a vainilla llamó a sus instintos, provocándole un jalón en el pecho que condujo a un golpe de calor en todo su cuerpo.

YoonGi sonrió abrumado cuando notó al mayor sudar también.

—El sol está muy fuerte hoy, ¿No crees que deberíamos buscar un lugar más fresco?

Ambos caminaron en dirección a la heladería más cercana, decidiendo avisarle a SeokJin que lo estarían esperando allí para cuando volviera. NamJoon y YoonGi se sintieron extraños de un momento a otro; el alto por el constante y cada vez más potente olor a vainilla cerca de él y el rubio por la concentración de su calor por todo su vientre.

Tan sólo pudieron caminar unos cinco metros lejos.

Y pasó. YoonGi comenzó a gotear.

Kim detuvo su paso cuando YoonGi se congeló en su sitio, con las mejillas teñidas en carmín y los ojos abiertos como platos. Se acercó a él, preocupado, notando que el más bajo se veía más agitado de lo normal.

—Hey, ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes...?

—Nam-NamJoon... Yo... —un rayo de vergüenza cruzó por su rostro entero, aún incrédulo por lo que estaba pasando con su cuerpo. Sólo allí, cuando se inclinó para ver su rostro gacho, NamJoon notó que el olor a vainilla y canela provenía de YoonGi. Éste respiró hondo, intentando calmar su pecho agitado—: Creo que empecé a...

NamJoon frunció el ceño, un repentino mareo cubriendo sus sentidos. Sin que el menor dijera nada, tomó su chaqueta de mezclilla y lo ayudó a cubrirse su retaguardia. Estaba seguro de a qué se debía la incomodidad del omega.

—... Estás entrando en celo.

 Estás entrando en celo

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𝙑𝙞𝙣𝙚𝙜𝙖𝙧 𝙨𝙢𝙚𝙡𝙡 ☾ NamGi 	☽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora