Había pasado la segunda semana, los días eran rápidos, Hoseok seguía en la casa de su mejor amigo, era de noche el niño se despertó y prendió una linterna y hablo.
-Tio Hobi...
Hoseok se acercó sentándose en dicha cama, el niño sonrió comenzó a contarle todas las cosas que habían pasado entre ellas, la nueva mamá que tenía, Hoseok le respondía alegre de la nada se puso serio.
-Soo-bin, debo de contarte algo.
El niño presto atención a lo que Hoseok estaba a punto de decirle, Hoseok soltó un leve suspiro.
-Dentro de dos semanas me iré al cielo, pero necesito tú ayuda en algo.
Soo-bin asintió.
-Sabes que tú papi y el tío Yoongi sufrieron mucho cuando yo morí, pero necesito que mantengas el secreto hasta que ya no me veas, quiero que le digas a tu papi que fue el mejor amigo que tuve y que me perdone por haberme ido antes.
-Tio Hobi, ¿Por qué no te quedas?
Dichas aquellas palabras, Hoseok sonrió y acaricio la mejilla del niño
-Corazón, no puedo hacerlo, le dirás al tío Yoongi que le quise mucho, que me alegro de que esté felíz y que no olvide por lo menos visitarme una vez al año o una vez cada dos años.
Hoseok y el niño platicaron toda la noche sobre lo que les debía de decir a ambos adultos, se sentía nervioso, pronto se tendría que ir ya que le dijo a Jungkook que le diera solo una semana más, solo esa semana para poder despedirse de soo-bin, se fue dejando al niño solo, camino por todas las calles hasta llegar al departamento, estaba oscuro, cuándo de pronto Holly le recibió con un ladrido.
Este le hizo una seña, rápido Yoongi se puso de pie, era cómodo dormir en el sofá cuando no había nadie en el cuarto, al ver la silueta en la entrada hablo.
-¿Quién está ahí?
Hoseok se sorprendió, pero pronto se desvaneció dejando a Yoongi confundido.
