Tímida

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Es arriesgado ser un héroe, es bien sabido la cantidad de vidas que se pierden en este trabajo.

¿Mi familia me está mandando directo al suicidio?

No, no, no, no es así.

¿Qué me asegura que en otro trabajo no arriesgo mi vida de la misma manera?

Solo estoy asustada, es normal.

¿Cómo pienso ser una héroe si no puedo reaccionar como aquellos chicos?

Aún me falta mucho que aprender.

¿Pero recuerdas la sonrisa de las personas al ver a los héroes, la pasión de Nyoko brillando en sus ojos?
La emoción de tu hermano al contarle sobre lo que viste esa tarde. Las personas depositan toda su esperanza en ellos.

Es arriesgado ser un héroe.

Las palabras rebotaron en mi cabeza hasta que caí dormida.

Al despertar, me dolía un poco la cabeza, no descansé bien, no me ayudaba en nada estar sobre-pensando las cosas.

Seguí mi rutina hasta irme a la academia.

Había tratado de no seguir cuestionando todo y mejor concentrarme en las clases. Me sientía agotada mentalmente, necesitaba el fin de semana para poder relajarme y dormir.

En medio de las clases, después de haber ido al sanitario, iba por los pasillos mirando al piso mientras me dirigía a mi aula.

Espero que no esté muy llena la cafetería más tarde, tengo que comprar ese ramen, todo por haber olvidado la comida que me había preparado.

Murmuraba en mis pensamientos hasta que por el rabillo del ojo alcancé a distinguir una figura familiar, una figura que había estado buscando.

Siguió su camino contrario al mío, me detuve un momento para poder comprobar, voltee de manera ligera y disimulada.

Era él.

Estaba ahí, recorriendo el pasillo a unos metros de mí.

Quedé inmóvil.

Solo podía verlo alejarse.

Entró el pánico en mí y mejor decidí seguir mi camino con más prisa al salón.

Durante la hora del almuerzo, Nyoko me acompañó a comprar ramen y aprovechó ella para comprárselo también.

-No tienes que presionarte. Seguro que te lo vuelves a topar, aunque con lo grande que es la escuela...- dice Nyoko poco convencida mientras caminamos a alguna mesa.

-Me estoy agobiando mucho por nada, no sé porque le tomo tanta importancia.- respondo algo resignada.

-Es muy de ti, cuando encuentras algo que te gusta mucho, tratas averiguar todo acerca de eso.

-No sé si tratas de consolarme o tratar de hacerme quedar como un stalker.

-Mala elección de palabras. Lo que quería decir es que eres apasionada, así que no te decaigas si no sales como piensas. Tú tranquila, si tiene que pasar, pasará.

Guardé silencio para dejarme convencer por esas palabras de Nyoko.

Nos sentamos en una mesa, usamos las sillas justo para estar frente a frente. En uno de mis bocados, percibo que unas mesas más adelante está él ahí sentado.

-¡EH!

Se me escapa un pequeño grito.

-Ah ¿qué pasó? .- reacciona confundida Nyoko.

Sol de MedianocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora