Nunca más encajarán las piezas,
más allá de una caja y una jaula.
No se sostendrá la vida
con palabras bienintencionadas.
Allá donde hay latido
la muerte acecha y te envuelve
como un sabueso perseguido,
herido, pero perenne.
¿Quién habrías sido?
si a muerte no hubiera llegado.
Arrancado de mi, lanzándome al vacío
de un mundo frio y desalmado.
este dolor que escribo,
dos veces experimentado
es un yugo y mi castigo
por si quiera haberte soñado.
Donde las alas del destino
baten y revolotean,
se fraguan los designios
que nos vapulean.
¿Sabrás alguna vez
todo lo que te he querido?
Puede que nunca llegues a ser
pero tu alma ha existido.
No puedo negarte mi ser,
ni mi latido, ni todo lo mío.
Nuestra sagre fue mi hiel,
tu vida y mi vacío.
Allá donde estés te pido
que esperes en el camino
a quien te amó y soñó
aunque nunca fuiste mio.
LUNNA ANTUNEZ
A mis bebés estrella, con todo mi ser.