Capítulo 2: Nuevas Amistades

262 6 0
                                    

Sebastian POV

Llegué a mi casa y lo primero que hice fue aventar la mochila sobre el sofá color café, en ese momento escuché la voz de mi madre (Victoria) diciéndome que fuera a comer.

Mi madre solía ser una persona amable conmigo, pero todo cambió cuando mi hermana, Esmeralda, se marchó de la casa y entonces mi madre empezó a cambiar en cierta forma, parecíera odiarme cada día con más y más fuerza, obviamente no daría a mostrarlo de una manera tan obvia, pero yo podía darme cuenta, conmigo no funcionaba, a veces pienso que lo único que me mantiene unido con mi madre es mi hermana, realmente no se el porque, parece completamente absurdo.

-No tengo hambre madre, gracias- le dije amablemente.

-Bien, cómo quieras, si mueres de hambre no será mi problema- dijo algo irritada, cómo siempre.

Puse mis ojos en blanco y me dispuse a ir a mi habitación, cerré la puerta con bastante furia, dando a entender que no quería ser molestado, agarré mi teléfono y seleccioné una playlist de mis canciones favoritas, automáticamente sonó Time Is Running Out - Muse.

Una de sus mejores canciones a mi parecer, me recoste sobre mi cama y dejé que la música fluyera por mis oídos, la melodía me relajaba en cierta forma y me hacía sentir que estaba en un lugar completamente distinto a este, después de algunas horas de escuchar mis canciones favoritas, quedé completamente dormido, hasta que mi madre entró gritando a mi habitación y me despertó inmediatamente de un golpe.

-¡SEBASTIAN!, te buscan allá afuera- dijo tratando de reventar mis oídos.

-¿Quiénes? - pregunté confundido.

-Jessica y Karen- respondió.

Jessica y Karen vivían dos calles cerca de mi casa, por lo que en algunas ocasiones venian a visitarme y viceversa, ellas eran las que únicas que podían sacarme de este lugar tan horrible en el que vivía.

Ahora que había entrado a la misma Universidad que ellas todo mejoraría, dije, lastimosamente fui asignado a un salón diferente, vaya suerte la mía.

-Diles que enseguida voy- dije mientras trataba de despertarme del todo.

-Está bien, pero no quiero que tardes, no tienen tú tiempo -dijo y me dedicó una sonrisa sarcástica, enseguida se marchó.

Aún seguía con la ropa que había usado en el colegio, la cuál se había manchado, así que fui directo al gran ropero que se encontraba en mi habitación, justo enfrente de mi recamara para cambiarme, tomé lo primero que vi, unos jeans azules, una playera rojiza y unos tenis clásicos, al terminar de vestirme salí de mi habitación y me diriji a ellas, parecian seguir esperando detrás de la puerta, eran demasiado penosas para pasar, aún con años de conocernos, y más si mi madre se encontraba en la casa.

-Vuelvo en un rato madre- dije.

-Está bien, pero no quiero que tardes mucho- dijo con un tono serio.

No se porqué seguía comportandome cómo un niño pequeño pidiendo permisos, ya era mayor de edad, pero con mi madre no funcionaba, estaba empezando a desesperarme

Asentí.

Cerré la puerta y tomé el mismo camino que ellas.

-¿Qué te parece si vamos a dar una vuelta?- preguntó Jessica.

-Suena bien, vamos- respondí.

Empezamos a caminar hasta llegar a un pequeño campo que parecía estar vacío, pude sentir la gran tranquilidad que había en el, el pasto era suave y adoptaba un tono verdoso vivo, parecía ser el lugar perfecto, nos acostamos en el pasto y hablamos sobre diversos temas por horas, hasta que el sol empezó a ocultarse, y sabía que había llegado la hora de irme, si llegaba tarde mi madre se enfadaría a más no poder.

-Tengo que irme, mi madre se pondrá loca si no vuelvo a casa, nos vemos en otro momento- dije sintiendome ridículo.

-Joder Sebastian, eres una persona mayor ahora, puedes hacer lo que quieras, no dejes que te arruine- dijo Jessica.

-En verdad no la conoces, tengo que irme ya- dije rápido.

-Esta bien, como quieras, nos veremos en otro momento- respondió Karen, seguido de Jessica.

Caminé de regreso a casa y cuando llegué me dispuse a realizar mi aburrida tarea, sí, el primer día y ya comenzaban a torturarme, al terminarla decidí tomarme una larga ducha, el vapor del agua parecía relajarme, al terminar me recosté en mi recamara, y empecé a tomar un profundo sueño que parecía no acabar.

All About MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora