𝗶. this is real

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capítulo i.
( valhalla )
❝esto es real❞

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━━━¿SABES POR QUÉ TAKEMICHI SALIÓ DE CLASES SIN TI?

Thalia pestañó un par de veces y frunció el ceño al ver que iba caminando directo a un edificio donde se encontraban varios apartamentos.

—¿Thalia? —la llamó la voz a su lado. Volteó aún confundida y se encontró con lo que menos esperó. La chica al lado de ella ladeó su cabeza confundida al igual que ella, seguro por su cara de tonta—. Thalia, ¿Estas bien?

¿Me preguntaba si estaba bien?, Le repetía su mente un poco desconcertada. Al lado de ella yacía una Hinata Tachibana con ceño fruncido y brazos en jarras viéndola detenidamente. Habían parado de caminar y fue por ella, según Hinata: al parecer estaba más pálida que el papel, según la misma Thalia: estaba muerta o estaba viendo un muerto.

—¿Hi-hinata-a? —su voz se escuchó estúpidamente de retrasada aún sin poder creerlo por completo. No, parecía un sueño.

Mientras que la de cabellos color salmón la miraba de una manera extrañada ante su repentino cambio de actitud.

—Sí, ¿Qué suce───?

Y no pudo terminar la oración cuando la rubia se había abalanzado sobre su mejor amiga con un abrazo de oso.

—¡Por dios, Hina-chan! ¡Estás viva! —soltaba entre chillidos y lágrimas la rubia, mientras que la pobre Hina aún seguía confundida por su arrebato.

—¿Si...? ¿Por qué no lo estaría? —cuestionó Tachibana, mientras también aceptada el abrazo aún dudosa.

Justo en ese entonces miró un carro que estaba estacionado cerca de la acera por donde iban y no pudo evitar abrir la boca sorprendida mientras se separaba de su amiga y se secaba las lágrimas.

—¿Thalia? —volvió a llamar su amiga.

La rubia ignoró el llamado de Hina y se acercó al espejo hasta estar frente a éste y empezar a tocar partes de su rostro pensando si era una alucinación.

¡Era su yo de catorce años!

En su cabeza su mente estaba siendo un lío, se encontraba aturdida, pues si antes se sorprendió de ver a su amiga de la infancia ahora estaba peor con encontrarse de frente con su yo menor.

—Uh, Thalia, ¿segura estás bien? —sintió cómo la mano de su amiga tocaba su hombro. La vió a través del espejo y se juro que seguramente estaba muerta y sus últimos segundos de vida estaba en un flashback junto a ella. Tenía que serlo.

¿Dios había tenido piedad de mi? Se encontró preguntándose en su mente.

—Me estás asustando, Lia.

La rubia se volteó y miró a la de hebras color salmón fijamente, y luego sonrió cálidamente.

—No... No es nada, solo son cosas mías. —contestó al fin con la sonrisa temblando, haciendo que la otra suelte un suspiro.

𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐌𝐄, sano manjiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora