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- ¿JiMin? Te encuentras mejor- Ary estaba frente a él con expresión preocupada- Creo que fue demasiado So.

- Estoy mejor chicas, gracias- El mareo pasó pero no sé levantó, sin dudas ese truco era genial.

JiMin decía estar bien más las ninfas no estaban seguras, con cuidado Ary levantó su cabeza: encontrando algo muy peculiar, SoHyung llevó su mano a la frente cubierta y la sintió caliente.
Sus pensamientos no podrían fallar, los ojos del joven eran una mezcla a partes iguales de verde y azul y los colmillos estaban fuera, luego tenían la poca lucidez de su cuerpo.

SoHyung hizo lo que creyó correcto, encendiendo el teléfono marcó al número de su tío HoSoek, después de todo el era médico.

TaeHyung fue a recogerlos en una parada de autobuses para llevar a JiMin inmediatamente a casa, no sin antes dejar al par de jovencitas en casa de Jin.

- Bueno pequeño vamos a casa.

Al cruzar la puerta con JiMin en brazos HoSeok ya los esperaba en el segundo piso con su instrumental, lentamente Tae dejó al pelinegro acostado sobre su cama.

- ¿Cómo te sientes Minie?- HoSeok colocó su estetoscopio alrededor de su cuello y sacó un termómetro.

- Muy mal tío Hobi, me duele el cuerpo y quiero vomitar.

- Te pondrás bien hijo, ahora voy a checar tu temperatura- colocó su termómetro sobre la frente previamente descubierta de JiMin, con gran velocidad los números ascendieron y al alcanzar los 45 grados el aparato dejó de funcionar.

- ¿Qué pasa amor?- Tae estaba preocupado y el silencio de su esposo no ayudaba.

- Llama a JungKook, cariño, dile que JiMin se está presentando.

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En el centro de la ciudad, Min YoonGi paseaba en el invernadero con la esperanza de relajarse, repentinamente había comenzado a tener malestares que atribuía al reciente reencuentro con su alfa en la mañana.

Se vio obligado a suspender sus clases porque su aroma estaba alterando a todos, regresar a casa no era una opción pues estaba escapando de su hijo; luego de haberlo dejado dormir en las escaleras por su irresponsabilidad no creía que este quisiera verlo.

Entre los cientos de plantas en ese gigantesco lugar, llegó a su favorita: la vainilla. Ese planta era el aroma de su hijo y difunto amado, si su mente no le fallaba esa mañana el pequeño JiMin olía más fuerte que nunca y era muy probable que fuera debido a que respondía a su aroma, otra razón para no volver.

Pretendía estar fuera tanto como fuera posible, sin embargo sus planes tendían a fracasar, ya que en esa ocasión la punzada en su cabeza fue diferente.

"Peligro" Su lobo estaba crispado y gruñendo demasiado, haciendo que sus sentidos se activarán en el proceso con un pensamiento preocupante.

"Mi hijo está en peligro" no necesitó más para irse, dejó su auto olvidado, hacia tiempo que sus piernas no tenían gran uso y de paso evitaría el tráfico de la ciudad.

El auto aparcado frente a su casa pertenecía a HoSoek, temeroso de lo que sucedía abrió la puerta.

La primera planta estaba vacía, al subir las escaleras el aroma a vainilla se coló en sus fosas nasales para hacerlo trastabillar, su lobo estaba iniciando a exitarse y el anhelo por alcanzar al dueño de tan magnífica esencia crecía con cada escalón que faltaba.

- Detente ahora YoonGi- Claro que alcanzar la puerta no sería tan fácil, Tae estaba al inicio del pasillo en posición defensiva.

- Quítate Kim- ver a alguien tan cerca lo molestó, ocasionando que su lobo tomara el control del cuerpo.

- No quiero luchar contigo, pero no permitiré que hagas una locura y dañes a tu hijo- Tae cambió a su forma de vampiro, con un par de ojos dorados tan lindos, significando perdición- O peor aún que te dañes a ti.

- Entonces será a la fuerza- listo para embestir a su amigo HoSeok colocó una mano en su hombro.

- Min YoonGi ¿Qué demonios estás haciendo?- Tae estuvo en peligro, un vampiro tan joven jamás podría contra el híbrido que era YoonGi.

- Mi Omega me necesita.

HoSoek pudo pelear, pero si era cosa del destino no interfería, jaló a Tae para que le diera paso al rubio pero en ningún momento se fueron del pasillo, solo deseaba que nada terminará mal.

Aún con el lobo controlándolo siguió su camino hasta abrir la puerta, su corazón estaba latiendo descontrolado, lentamente caminó; deteniéndose a una orilla de la cama donde yacia postrado su cachorro: sudando en exceso y retorciéndose de dolor.

Adentro el aire era más pesado y sofocante por la vainilla concentrada, YoonGi estaba embriagado. Tomó asiento a un lado de JiMin y, controlando sus impulsos, acarició su frente.

- ¿Papi? - el movimiento lo despertó, JiMin no sabía que hacer con tanto malestar así que buscó refugio entre los brazos de su padre, hundiendo su nariz justo donde el aroma a Jazmín y cedro era más fuerte, de pronto sintiendose más relajado- Duele mucho papi

- No te preocupes mi amor, todo estará bien- sus voces eran suaves, ningún humano sería capaz de dectectarlo pero los vampiros afuera no perdían detalle de la conversación.

- ¿Papi?- la voz de JiMin se volvió melosa

- Dime, cariño- la voz de YoonGi más grave.

- Necesito a ChanYeol- fue entonces que cualquier rastro de vainilla desapareció, siendo reemplazado por el de café con leche. YoonGi estaba paralizado, la exitación desapareció y su lobo también, y se dió cuenta de lo equivocado que estaba. Su destinado nunca renació, nunca vivió dentro de su hijo, porque JiMin si era un omega pero no el suyo.

Derrotado, se separó del abrazo y salió de la habitación, el cuerpo le reaccionaba por instinto, su cabeza estaba en otro lugar.

La pareja de vampiros tampoco dió crédito a lo que oyeron, todo el tiempo estuvieron equivocados, preocupándose innecesariamente y separando a padre e hijo, únicamente generándoles más confusión, logrando que YoonGi tuviera esperanzas.

Mientras su amigo caminaba saliendo del cuarto, HoSoek se recriminó por ser estúpido y no haber sospechado nada: YoonGi nunca olió a su hijo, si no a su difunto Omega.

Min JiMin tenía el aroma de su padre como forma de protección, sucedía mucho con las muertes accidentales, a diferencia de cuándo abandonaban al cachorro y este perdía cualquier olor.

Para los lobos el olor era una forma de protección-conexión que desaparecía únicamente con la llegada del destinado, el cachorro nunca notaba el aroma pero... La pareja del fallecido si.

"Síndrome de la falsa reencarnación"

Mirar a YoonGi fue doloroso, caminaba llorando y soltando quejidos que supuso venían de su lobo. Pasó a su lado como si no estuvieran ahí, con la mirada perdida, cuando Tae hizo ademán de querer tocarlo fue interceptado por el doctor que negó con su mirada.

Sin darse cuenta ya estaba abriendo la puerta para salir de su casa, una voz lejana lo saludo más no supo de dónde venía.

YoonGi tenía el corazón roto por segunda vez y en esta ocasión era su culpa.


Para ti jsbtslqjend ✨❤️
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