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Durante los últimos cinco días, YoonGi no podía evitar despertarse agitado buscando a su hijo con la mirada por la habitación, el miedo a que desapareciera era muy intenso para su corazón inestable.

El sábado había llegado tranquilamente, no tenía que irse a trabajar con la preocupación de volver a encontrar una casa vacía ni se sentía ansioso durante las clases de que algo malo le pasará a su bello hijo. Por ello luego de despertar y comprobar la presencia de JiMin sucumbió una vez más al sueño.

Para las diez de la mañana el pelinegro abrió los ojos, sentía su cuerpo relajado y un poco adormilado, pero al ver a su padre su expresión se volvió seria; ¿Cómo era posible que en ese tiempo no hubiese notado las ojeras de su padre?
YoonGi se había encargado de mimarlo siempre, era momento de que el hiciera un gesto lindo por su progenitor.

Decidido lavó sus dientes y rostro a súper velocidad, bajó a la cocina en silencio, su mente procesaba las recetas enseñadas por tu tío y por su amiga, su padre todo el tiempo comía comidas coreanas asi que él lo sorprendería con su increíble sazón Oaxaqueño.

<<Pollo frito a la mexicana>> para su desgracia solo tenía pollo, cebollines y arroz; sin opciones salió rápido de la casa al centro comercial más cercano. No sacó el auto por dos razones: no podía manejar y haría mucho ruido, mejor usó su gran velocidad para llegar.

Paseó por los pasillos buscando el resto de ingredientes y rezando que su papá aún durmiera, cuando llegó a la caja cayó en la cuenta de que seguía en pijamas con su pantalón holgado y una camiseta a blanca con la vergüenza en sus mejillas pagó y regresó a casa más rápido de lo que se fué.

Disfrutó cada momento de la preparación, bailaba sin música, concentrado en dar su sorpresa, para beber hizo su favorito: un café frío espumoso.

Con todo en una charola, fue a su habitación, encontrando a YoonGi en el centro de la cama acurrucado en forma de bolita, dejó la charola en el buró de noche y sacudió el cuerpo inmóvil del mayor.

- ¿JiMin? ¿Que hora es cachorro?- tallando sus ojos se incorporó para estirar su cuerpo.

- Hora del desayuno papá- con su sonrisa de ojos cerrados respondió felíz.

- Oh JiMin, muchas gracias, iré a lavarme los dientes y regreso- el sueño ya no existía en su cuerpo. De regreso en su cama su hijo le presentó un platillo que lucía exquisito, al probarlo se sintió orgulloso de que su bebé pudiese hacer esas delicias sin embargo, al cabo de unos minutos terminó llorando por el picante- Mi hijo es un chef increíble, JungKook te ha criado muy bien, debo agradecerle cuando venga- terminando su café añadió- muchas gracias hijo, te tengo una sorpresa.

- Dime, dime- está emocionado.

- Voy a llevarte al parque de diversiones.

- Siiiiii, iré a arreglarme papá, deberías hacer lo mismo.

El torbellino que causaba el pequeño lobo era risible, buscaba una y otra prenda en su armario recién comprado, finalmente para las dos de la tarde ambos subieron al auto del mayor con destino al parque de diversiones más grande de Seul.

Primero fue el carrusel, siguió la montaña rusa, los carritos chocones y terminó con tiro al blanco, el tiempo vuela cuando se trata de disfrutar no tenía dudas YoonGi, quien cada vez que notaba las sonrisas o escuchaba las carcajadas de JiMin sentía el corazón acelerado.

No podía evitarlo, su lobo reaccionaba al de su hijo, una parte de él se sentía enfermo por sus sentimientos y la otra sonreía como bobo enamorado, creía que su destinado no había muerto más bien este había renacido, por eso al llegar su hijo, el fantasma de su Omega muerto desapareció.

- Una foto jóvenes- un dulce anciano les apuntaba con una Polaroid, sin dudarlo atrajo a JiMin en un abrazo, minutos después les entregó su foto y YoonGi le pagó.
Mirando esa imagen el híbrido podría jurar que el tiempo se había congelado por ellos.

Cómo si el destino conspirara a su culpable favor, unos niños empujaron a JiMin haciéndolo caer hacia el frente pero siendo detenido por YoonGi, quien sujetó su delicada cintura.

Los segundos se hicieron lentos cuando sus miradas se conectaron en una misma, no evitó imaginar un beso perfecto, olvidando que su era su hijo, concentrandose solo en su amor perdido.

- Ya puedes soltarme papi- lamentablemente solo un corazón estaba acelerado en ese momento.

Soltó al pequeño JiMin y vio cómo corría a un puesto de helados.

- Ha crecido muy bien nuestro bebé ¿No lo crees alfa?- esa voz, ese aroma, esa presencia, su Omega estaba una vez más parado a su lado, viendo a la misma dirección que él.

- Tu no eres real, es solo mi mente invocando tu recuerdo, vete, mi destinado está conmigo otra vez- susurró apretando los ojos.

La realidad lo abofeteó muy duro, JungKook lo había notado antes que él, por eso se había llevado a su cachorro para dejar que se desarrollará correctamente. Por años lo había odiado pero ahora, agradecía profundamente su acto; después de todo le brindó una excelente vida, su hijo estaba más alegre que cuando estaba a su lado, hablaba más e incluso hablaba otro idioma.

Su lobo estaba cada vez más presente, sus cualidades dominantes y humanas estaban regresando, entonces llegó un nuevo miedo a su ser; el rechazo.

- JiMin, es hora de ir casa

- Tu aroma está incrementando papá- soltó dentro del auto- extrañaba sentir tu esencia.

El regreso fue silencioso, fúnebre, como presintiendo el desastre que se formaría en sus vidas una vez más.

Llegaron a su hogar siendo las 5:40 de la tarde, en el frente de la casa una persona los esperaba sentado en las escaleras, JiMin tembló por el regaño venidero y YoonGi sonrió porque había extrañado a su amigo.

JungKook llevaba casi una hora esperando por ese par, quizás fue su culpa por no avisar, pero si hubiese llamado, perdería todo el valor para enfrentar asuntos del pasado.

- Hola Kookie

- Hola Yoonie, me alegro de verte- se levantó a estrechar la mano que el rubio le tendió- Hola JiMin.

- Tío Kookie- con la mirada baja saludó.

- Entremos, estaremos mejor con una taza de té.

Aceptó con un asentimiento la oferta de YoonGi, se acomodaron en la sala para estar más cómodos, mientras YoonGi servía el agua hervida mandó a JiMin al segundo piso para descansar.

- Bueno, es un placer saber de ti otra vez Kook- la situación estaba siendo un poco incómoda.

- Lo siento YoonGi- "Directo al grano como siempre"- Quizás no fue correcto, así que lamento haberme llevado a tu hijo sin tu permiso.

- Sabes Kookie, pasé mucho tiempo odiandote- al cabo de unos segundos pensado sus palabras habló- te maldije, quise matarte e incluso llegué a decir que lo hiciste porque querías experimentar con mi hijo lo que nunca podrías con tu bebé nonato- suspiró- Tu debes perdonarme por pensar tan mal de ti- para el JiMin sentado en las escaleras eso fue una revelación que lo impactó, se sintió mal por escuchar a escondidas y mejor se fue.

>> Ahora puedo verlo Kook, si no te lo hubieses llevado no sería tan vivaz como es ahora, quizás se hubiese consumido por mi depresión. También se que te lo llevaste porque una parte de JiMin vive en mi hijo, lo he notado Kook; mi lobo está volviendo gracias a mi cachorro pero tengo miedo, yo necesito que me guíes.

El semblante de JungKook era frío, sin emociones, su peor pesadilla se estaba cumpliendo, ahora YoonGi respondía al lobo de JiMin pero nadie aseguraba que JiMin le correspondiera a él, probablemente había esperado demasiado, era hora de que JiMin y el salieran de la vida de YoonGi.



No odien a YoonGi (。•́︿•̀。)

SIEMPRE A TU LADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora