6° El trono de Arcymis y el ladrón del Norte

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Las trompetas marcaron un sonido vitoriante y de alegría. Los cuerpos de los antiguos reyes ya no se encontraban entre los recuerdos de la gente que en aquel momento se reunía ante el vocero oficial del reino.

-Como muchos sabran, nuestros queridos reyes se marcharon a una caminata eterna en el más allá- expresó exagerando su gesticulación para atraer a cualquiera que estuviera pasando -por eso la consejería real ha decidido anunciar oficialmente, debido a la emergencia, la coronación del principe Kelvin, gran sucesor y único capaz de dar orden a la discordia que ha sido generada en nosotros como su pueblo-

Entonces empezaron los comentarios indiscretos, susurros que llegaron a oídos del aprendiz de caballero.

El rubio solo se alejó de la escena, pasando de largo de decenas de obreros que buscaban dejar en su antigua gloria al castillo semi destruido. Entonces, por un segundo, recordó las palabras de su padre: mientras los simientos estén fuertes, no importa cuanto destruyas, se puede volver levantar un edificio incluso más bello que el anterior.

Caminando discretamente, por pasillos que no parecían ser afectados por la catástrofe previa, llegó a los calabozos en los cuales se encontraba aquel hechicero tan misterioso como aquel atentado.

-dime la verdad- se recostó contra los barrotes -¿tuviste algo que ver con todo esto?-

-no se de lo que habla- se achicó el castaño -lo que les pasó a los reyes fue una tragedia-

-una tragedia muy conveniente- acusó el rubio.

-oh, puedo asegurarle que mi presencia se debe exclusivamente por la crisis que se avecina- de repente su semblante pareció cambiar -pero sabes, es decepcionante, saber que hizo todo lo que hizo solo para que el principe este a cargo del reino y sobre todo a cargo de la princesa-

El rubio solo saltó de su lugar agarrando al hechicero de sus mugrientas prendas -entonces, no cabe duda, fuiste tú-

-que esté encerrado aquí es la prueba de mi inocencia, ¿no cree?- lo miró a los ojos -puede que haya quemado el castillo entero, como dice, o puede que solo haya querido ver lo que ocurre fuera, como el que cierto honorable sirviente cortara la cabeza de su rey- en ese momento, el miedo se apoderó de todo el cuerpo del joven escolta -llegar tan lejos por amor, es algo por lo que no puedo juzgarlo, pero tengo curiosidad ¿Que le impide a la princesa asumir el trono? ¿Qué te impide a ti deshacerte del príncipe?-

-eso no...-

-ambos tenemos objetivos por los que tal vez estemos dispuestos a hacer lo que sea necesario, ¿por qué no ayudarme a ayudarte?-

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.

-gran amo del bosque- se inclinó ante el pelirrojo, quien vio con curiosidad la extraña cercanía de su antiguo amigo con el forastero pelinegro -el intruso resultó tener dotes de hechicería, nos aprisionó a ambos impidiendo que pueda hacerle algún tipo de daño- explicó como pudo.

-en mi defensa, nunca lo había usado y no tenia idea de que esto pasaría- agregó el que anteriormente pretendió asesinar al lider pelirrojo.

Kylen, al percibir que eran los únicos en aquellos aposentos, solo dejó escapar unas fuertes carcajadas -Tweekers realmente te atraparon está vez-

-no creo que sea cosa de risa... "amo"- respondió lo más serio que pudo.

-lo siento, pero creo que esta es una buena oportunidad- miró al pelinegro -ciertamente alguien te pagó un buen precio por mi cabeza, ¿no es así forastero?-

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⏰ Última actualización: Oct 18, 2021 ⏰

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