Después de algunos (muchos) años he vuelto a echarle un vistazo a esta historia y quiero hacer algunos cambios. Muchas expresiones, comentarios y situaciones me parecen totalmente fuera de lugar, incómodas y que nadie debería experimentar ni normalizar. Cuando yo escribí este libro (e incluso cuando lo edité por primera vez) era bastante pequeña, al final cuando vas creciendo te acabas dando cuenta de que normalizar ciertas situaciones o palabras no está bien y no quiero que nadie que lea ninguna historia mía normalice eso. Bastante duro es tener que experimentarlo.
No quiero extenderme mucho más, solamente quería que supierais que quiénes leáis por primera vez este libro, disfrutéis del crecimiento que ha dado y quiénes repitan su lectura, espero que os guste el avance que el libro tomará. Intentaré que la trama se mantenga intacta de la mejor manera posible.
Os dejo el primer capítulo totalmente editado.
Gracias por todo el apoyo que ha recibido esta historia a pesar del paso de los años. Un besazo enorme. :)
Capítulo uno. EL REENCUENTRO.
MARÍA.
—¡Que te he dicho que no Vanesa! —grité exasperada.
—Si es solo una reunión. —rebatió insistente.
—Ya tengo planes. —mentí. Sinceramente no me apetecía ir a un estúpido reencuentro de viejos estudiantes. Prefería quedarme en casa comiendo palomitas, helado de chocolate y viendo una película romántica. O de zombies. No estaba segura.
—¿Qué planes? —interrogó curiosa.
—Pues planes. —dije encogiéndome de hombros. No podía decirle a Vanesa exactamente cuáles eran mis ideas de verano perfecto, porque aparte de llamarme aburrida, iría en busca de la policía para que me arrestasen y me obligasen a ir.
—¡Estás de vacaciones! —gritó irritada. ¿Por qué insistía tanto en que fuese a ese estúpido evento? Estaba cansada de que me arrastrase a cualquier cosa que organizase. Si ella tenía una insana obsesión por organizar celebraciones no era mi culpa.
—Por eso mismo. —anuncié de manera cortante y fría. Ella estaría cabreada, pero podría apostar mi grandioso pelo a que yo le ganaba.
—¿Me puedes decir por qué no quieres ir? —cuestionó con un suspiro lleno de cansancio.
—No me apetece, además, ¿a ti que más te da? Es tu celebración, la que debes estar presente eres tú. —espeté entrecerrando mis ojos.
—Quiero que vayas. —exigió.
—¿Esto es por Marcos? —curioseé. Vanesa comenzó a ponerse roja como un tomate y a mirar a todos lados. Estaba claro quién era el responsable de todo este caos. —¡Es por Marcos! —Grité con una sonrisa burlona mientras que la señalaba.
—Solo quiero hablar con él. Hace mucho tiempo que no sé nada de él ni de su vida y quiero ver qué tal le va. —contestó mientras que jugueteaba con sus dedos llena de nerviosismo.
—Y acostarte con él ¿no? O al menos intentar conquistarlo de nuevo. —comenté confirmando lo evidente.
—¡No! Seguramente esté casado. —anunció poniéndose aún más colorada (si eso fuera posible).
—¡Que va a estar casado! —exclamé. A veces pensaba que mi amiga se ingería sustancias ilegales. —Tiene veinte años Vanesa, es demasiado joven para meterse en un compromiso.—además, debía admitir que le había cotilleado las redes sociales: no estaba casado. Pero sería una sorpresa que descubriría mi amiga por sí sola.
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Eres idiota, pero te quiero. (Terminada).
Teen FictionMaría tiene veinte años y vive en España en un pequeño pueblo. Un día, su mejor amiga Vanesa, le dice que han organizado una reunión con los antiguos alumnos del instituto, pero María tendrá que encontrarse con él, Javier, su antiguo amor. ¿Qué ocu...