La Empleada (Abraham Mateo) HOT

(Parte dos) Capitulo 1

Quiero aclarar antes de empezar, que decidí seguirla aquí porque se me hace muy corta la parte uno y creo que es todo. Comencemos.

Abraham

Tengo días sin poder dormir. Realmente ni si quiera se que día es hoy. Todo el tiempo solo quiero beber y Ber, no hay nada más que quiera hacer. La empresa se esta llendo a la bancarrota. Y a pesar de que lo sé, no puedo hacer nada. Realmente ni si quiera quiero hacer el intento de llevarla arriba de nuevo. Sin ella, simplemente no puedo.

Desde que se fue, esto es una basura. Mi vida sin ella no es nada, simplemente no puedo, no quiero. Sin ella mi vida es nada. No vale nada. No sirve de nada. No si ni si quiera cómo es que he podido aguantar tantos años sin ella. Realmente al principio no lo resentí tanto.

No sé, tal vez estaba demasiado ocupado como para tomar en cuenta que me haría mucha falta si se iba. Pero cuando todo me empezó a salir mal, fue cuando me di cuenta de que ella era todo para mí. De que sin ella, todo estaba mal, nada fluye sin su presencia.

Hoy, compré un vuelo a New York. Quiero despejar mi mente un rato. Ahí está Francisco, un amigo de la infancia. Le ofrecí pasar unos días en la playa, y acepto. Así que primero pasaré por el a New York, y de ahí tomaremos el vuelo a la playa.

Mis maletas están listas. Digo, a decir verdad, realmente no tengo mucha ropa. Todo lo que tenía, lo he estado regalando. Ya nada me gusta, nada me complace. Así que solo me quedé con lo que más uso. Y algunas cosas que ella me regaló.

Todo estaba casi listo. Solo tenía que darme una ducha rápida y pedir el taxi, el vuelo sale a las 8:40 pm. Y ya eran casi las 7 pm., Mi camino es de casi una hora al aeropuerto. si que preferí apresurarme. Para no llegar tarde.

Tomé mi ropa, y entre al baño. Apenas estaba por quitarme la playera, cuando entró una llamada. Realmente no lo podía creer. No sabía si estaba leyendo mal, o si estaba soñando. Pero simplemente conteste.

- ¿Michell?

- Hola- respondió un niño del otro lado, ¡Dios! ¡Que voz tan más dulce!

- ¿Quien eres?, ¿Que pasa?

- ¡Hola, necesito ayuda, mi papá está ahorcando a mamá!. ¡Por favor! ¡Ayuda!

- ¡Claro!, ¡Dame tu dirección!, ¿Te la sabes?. Llamaré a los servicios de ayuda.

- ¡Si!. Es **********- dijo desesperado

En cuanto me la dió, no dude y marque al 911. Pero me dijeron que tardarían al menos 20 minutos. ¡Dios! ¿¡20 minutos!?. ¡Esa mujer morirá!.

No lo pensé dos veces. Salí y tomé el primer taxi que pasó, esa dirección no estaba a más de 2 minutos de mi casa. Así que decidí ir y ayudar en lo que fuera posible.

En cuanto llegue, note que la puerta estaba entre abierta. Así que, no lo pensé y entre. ¡Dios!. ¡Era ella!. Tan frágil y débil como una flor. Siendo extrangulada por ese imbécil.

- ¡Amor!- grite al verla caer al piso. Corri asia dónde estaba, la acomodé en el piso, e intenté darle respiración de boca a boca.

Pero claro, este idiota tenía que entrometerse.

- ¡Lo sabía!. Tu eres su amante ¿Cierto?. ¡Todo el tiempo lo supe!, ¡Ella es una puta!- Entonces me levanté y le di un fuerte puñetazo que casi lo dejó noqueado.

- Mira idiota, ella, jamás le sería infiel a nadie. Y eso lo sé mejor que nadie. Ella fue mi mujer hacer 5 años, pero por estúpido la dejé ir. Y, ¿Sabes que?. Te mataría, pero ni si quiera eso mereces. Eso es poco para el daño que acabas de hacerle a ella, y a mi hijo.- dije sin siquiera saber si lo era.

Me miró y luego miro al niño.- ¡Maldita puta!, ¡Me engaño todo este tiempo!. ¡Ojalá te mueras!- grito desde la puerta, y luego salió. Pero por suerte llegó la policía justo en ese momento. Lo detuvieron, y luego enseguida llegó la ambulancia. La auxiliaron de inmediato. Gracias a Dios sobrevivió.

Llegamos al hospital, no se cuánto tiempo ha pasado, pero ya me desesperé demasiado. Necesito verla, besarla. Necesito pedirle perdón. Saber que está bien.

- Familiares de la señorita Michell Voorhees.

- Si, aquí.

- ¿Que es usted de la señorita?.

- Soy su...- me quedé pensando, ¿Su que?- Su pareja.- dije finalmente.

- Muy bien, mire. La señorita está bien, ya está estable. Afortunadamente los paramédicos llegaron a tiempo. En cuanto despierte, podrán pasar a verla.

- Ok, muchas gracias señorita.- asintió con la cabeza, y luego se retiró.

El niño, del cuál ni si quiera se su nombre. Estaba dormido sobre dos sillas, ya era un poco tarde, comenzaba a hacer frío, y... ¡Dios!, El vuelo!. Cheque mi celular, y eran casi las 10 pm. Revisé mis notificaciones. Y como supuse, tenía una larga lista de mensajes de Fransisco. Y llamadas no se diga. Decidí llamarle y explicarle la situación

- ¡Dios! ¡Abraham!, ¿¡Dónde diablos te has metido!?- dijo del otro lado de la línea. De fondo se escuchaba algo de música y varias chicas.

- Lo siento Fran, tuve un pequeño insistente.

- ¿Que pasa?, ¿Te encuentras bien?.

- Si, yo estoy bien. Sucede que cuando iba camino para aya, el hijo de mi ex. Me marco pidiendo ayuda. Parece que su actual pareja la estaba tratando de matar. Así que no tuve opción, espero que lo entiendas amigo.

- ¡Oh!. Me hubieras dicho eso antes. ¡Claro que lo entiendo!, En cuanto puedas avísame y nos vemos. Yo ya estoy aquí en la playa, con unas lindas muchachas, pero. Tranquilo, que te estoy guardando algunas.- reímos un poco y luego nos despedimos para posteriormente terminar la llamada.

Mire al pequeño, aún estaba dormido. Decidí que sería bueno para los dos ir a cenar algo. Yo no había probado alimento desde las 4 pm. Y pues, no sabía si el si. Así que me aproxime a despertarlo.

- ¿Que pasa?, ¿Mi mami está bien?

- ¡Claro hijo!. Pero aún está dormida, pronto despertara, ¿Quieres ir a cenar algo mientas lo hace?

- !Si!.- se levantó de un salto de la silla. Y nos dirigimos a la cafetería del hospital, compramos algo de comida y algo para tomar. Regresamos al lugar donde estábamos, y en menos de 20 minutos ya nos estaba llamando para verla.

- ¡Vamos!- dijo, mientras corría.

- Ey, muchacho. No corras, aún no sé si debería entrar...

- ¿Porque?, A mamá le encantará saber que le salvó la vida.

- Eh, es que no creo que sea buena idea.

- ¡Anda!, ¡No seas tímido!. Mi mami es maravilloso, le caerás bien- dijo con una linda sonrisa que iluminó mis ojos.

- Bien, veremos qué pasa.- dije luego de dar un gran suspiro. Realmente no se si esto sea una buena idea...

Al llegar al cuarto en el que se encontraba, di un ligero suspiro antes de darme vuelta a la perilla.

- ¡Mami!- corrió hasta donde estaba ella, y la abrazo delicadamente.

- Hola mi amor, te extrañe cielo.- dijo para luego darle un pequeño beso en la frente.- Abraham...- me miró unos segundos y luego bajo la mirada de nuevo a él.

- Eh... Creo que es hora de irme. Fue un placer volver a verte... Princesa...