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"De repente estoy corriendo hacia el lago congelado otra vez. El grueso hielo se ha formado. Incluso busco a la voz fantasma, a aquel fantasma que logré tocar y sentir. Y para encontrarlo, ¿Tengo que perderme a mí misma?
Yo lo sé y tú tamb...
Pero ahora, la chica que dormía en el viejo catre se ha levantado. Corriendo directo al baño, despertando con náuseas las cuales tendrá que deshacerse. Obligándose a vomitar, con espasmos en su cuerpo que le ayudan a que éstos vengan unos tras otros.
Sigue enferma y más aún, ha sido una pesadilla que le ha ocasionado un despertar indeseable.
Lo cual, después de unos largos minutos de tratar de calmar el vómito, ella se levanta aturdida y dolorida de la garganta. Siendo ésta especialmente afectada con la irritación y el dolor por el ácido de la madrugada.
Su cuerpo tiembla, ella anda despacio pues las pocas fuerzas se las han llevado las náuseas. Sus débiles pasos le hacen llegar hasta el filo de su catre otra vez. Estando ahí recuerda retazos de la pesadilla, causando un malestar picante en la parte trasera de su garganta.
¿Por qué siempre tiene ese tipo de pesadillas?
Ella pensaba que era solo la celda y el encierro en el que se encontraba, más aún, la siguen persiguiendo en un lugar distinto.
No lo entiende, ¿Qué ha hecho ella para sufrir tanto malestar?
Se toca la cabeza de dolor, entonces puede sentir el apósito en su ojo.
¿Tan mal estará para que él doctor me prohibiera retirarlo?
Ella va hacia el frente, se levanta después de que las náuseas se fueron, dirigiéndose hacia el espejo roto del tocador a lado de su cama. Entonces, desde los trozos quebrados, logra mirar a su reflejo, después de tantos años, después de tanto en la oscuridad, por fin puede mirarse a ella misma.
Entonces se da cuenta que ha pasado mucho tiempo, ¿Realmente es ella aquella persona la que se refleja?
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No la reconoce, no sabe quién se encuentra mirándose por las rupturas filosas.
Se toca lentamente, pasando por todas las marcas de su rostro, llegando hasta el apósito, aquel que guarda una herida horrible segura. No sabe si es realmente como duele, por eso quisiera saberlo.
Encuentra el inicio de la cinta que lo sostiene, y con cuidado, inicia a despegarlo; ella está decidida a mirarlo de cerca, quiere unir valor y odio para poder encontrar a aquella persona que la dejó ciega.
