The Double Moon |2| |Improntas: La Nueva Generación De Quileutes|

S I E T E

— he dejado el almuerzo listo. — aviso mi madre, parándose frente al perchero ubicado en la puerta de la sala, nos miro con una sonrisa cómplice mientras deslizaba las mangas de su abrigo por sus delgados brazos. — solo deben ponerlo en el microondas y comer, ¿Está bien?

— si señora Moore. — le respondió Emilia, yo me había limitado a asentir mientras mantenía la mirada fija en la pantalla plana en la cual yo intentaba no ser asesinado.

— bien, me voy. — aviso y su caminata hacía la puerta comenzó.

— hasta luego señora Moore

— ten un buen día, mamá. — las despedidas por parte de Emilia y yo salieron al unisono, uniéndose en el aire y confundiendose entre si, sin embargo estaba seguro de que mi mamá había entendido claramente el mensaje.

Los murmullos liberados en puerta se hicieron casi inaudibles, haciéndome únicamente consciente de la conversación de mi madre con alguien más, pero no estaba seguro de...

— oh, hola. — saludo Liam un poco tímido, acababa de irrumpir en la sala, evidentemente sorprendido por encontrarnos a Emilia y a mí en medio de un día de videojuegos.

— Vaya, hola. — saludé, también sorprendido de verlo aquí, un sábado, antes del medio día.

Liam usualmente llegaba a su casa los sábados temprano, dormía el día entero y sus planes empezaban ya cuando la noche empezaba a caer, y con más razón hoy que todos nos reuniríamos en la casa Clearwater a celebrar el cumpleaños de Noah, por lo cual era más provechoso que nos viéramos en la noche, luego de felicitar a Noah iríamos a una fiesta en casa de Ashley, por lo cual insisto, resultaba mejor un descanso reparador el día entero.

Es más, debo confesar que mi idea de reunirme con Emilia un sábado temprano se debía precisamente a la intención de no encontrarnos nuevamente en esta situación que por alguna razón resultaba incomodamente tensa.

— ven, juega por mi. — le pidió Emilia repentinamente inundando el incómodo silencio que llevaba segundos prolongandose.

Liam dió un par de pasos hacia ella, sin embargo se detuvo a mitad de camino y parecía estar considerando el adecuado actuar que debía adoptar; yo guarde silencio, sinceramente, no entiendo lo que está pasando, tampoco entiendo porqué todo se siente tan raro.

— Dale Liam. — insistió Emilia poniéndose en pie, camino hasta el y puso el control entre las manos confusas de mi mejor amigo. — calentare la comida para los tres ¿Está bien? — pregunto, una sonrisa amable se desplegó en sus labios y deslizó la mirada desde Liam, hacia mi.

Indudablemente me puse en pie, estaba enseñado a ser un adulto funcional y a ser servicial sobre todo cuando estábamos bajo mi propio techo.

— olvídalo. — dije, frenando toda la escena. — yo me encargaré, no tienes porque molestarte. — camine rápidamente hasta el par de chicos que conformaban una incómoda escena en medio de la sala de mi casa y le entregué el control con el que había estado jugando a Emilia, acto seguido huí sigilosamente hacía la cocina.

Sin poderlo evitar mi mente empezó a divagar, ¿Que hacía Liam acá tan temprano en la mañana? ¿Debí preguntarle? ¿Interesarme? Talvez le sucedió algo, ¡No! El lo habría dicho de ser así, mierda, últimamente siempre que me ve estoy con Emilia, se hará una idea equivocada sobre nosotros.

Que mierda estoy diciendo, ¿Que si se hace una idea equivocada? El está saliendo con Ashley y nuestra relación se limita a... Nuestra amistad, solo...

— ¿Necesitas ayuda?

— ¡Mierda! — me queje, la pregunta repentina de Liam había detenido abruptamente el flujo de mis pensamientos, no solo eso, había logrado que yo presionará mi mano contra la loza caliente que hace poco había sacado del microondas.