D O S

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La luz introduciendose por mis retinas quemaron todo el camino hasta mi cerebro con fuego ardiente, la sensación de estar en el medio de las tazas giratorias de la feria fue tan traumático para mí estómago que este automáticamente quiso ser vaciado, obligandome a salir de la cama vestido únicamente con mi ropa interior, dando traspiés, siendo golpeado por la ubicación de los muebles en mi habitación que supuestamente conozco tan bien que incluso podrías pasar a través de ellos con los ojos cerrados, pero esto, esto era diferente, se trataba del uso indiscriminado del alcohol, un dolor de cabeza insoportable y un estómago en situación especialmente sensible.

Luego de que la incesante sensación de querer expulsar el estómago por mi boca se detuviera, regrese a la iluminada habitación, dirigí una mirada molesta a las cortinas abiertas y me arrastre hasta estás con creciente desgana, solo para bloquear las ventanas con estás y regresar a la cama, una rápida mirada a mi teléfono móvil me advirtió de que faltaba un cuarto para las siete a.m fruncí el ceño, preguntadome el motivo para que Liam hubiera dejado mi casa tan temprano.

Eran cerca de las 9:00 a.m cuando ingresé en la cocina, lo primero que ví fue a mi padre apoyando su peso contra la barra al momento que batía enérgicamente lo que parecía ser un huevo, mi madre se acercó hasta el para retirarle el bol de las manos y así vaciarlo dentro del chispeante aceite.

— vaya, que cara. — menciono burlonamente mi padre al verme, la mirada rápida y astuta de mi madre se dirigió a mi en cuanto lo escucho.

— buenos días. — dije con desgana dirigiendome hasta la mesa para tomar asiento. — ¿Hace mucho llegaron?

— no, de hecho, acabamos de llegar. — comento mi padre, al momento que caminaba hasta la mesa para tomar asiento cerca de mi.

Asentí levemente, consiente de que las cenas en casa de los abuelos incluían reservación en una de las habitaciones de la casa.

— y por lo que veo. — dijo mi madre acercándose a mí con un plato de comida. — no hace mucho llegaste. — dijo, un tanto severa mientras descargaba el plato frente a mi.

— pues se equivoca, señora Leah. — dije con calma, elevando mi mano para tomar los cubiertos. — regresamos cerca de las 4 a.m

— ¿Está Liam durmiendo aún? — pregunto mamá, que traía dos platos más, el movimiento de mi mandíbula se detuvo, note entonces la ausencia de zumo de naranja en la mesa y me pare para ir en busca de este.

— no, ya se fue. — musite en el fondo de la cocina, una rápida mirada a mis padres me advirtió que estos  intercambiaban una mirada de duda entre ellos.

Para ser sincero, el asunto también me resultaba sumamente extraño.

***

El ingreso repentino de alguien a mi habitación, causo que yo diera vuelta en la silla giratoria de mi escritorio dejando de lado mi tarea, totalmente seguro de que bajo el umbral de la puerta estaría el rostro de Liam.

— vaya, se te nota la emoción al verme. — menciono Hope, terminando de entrar en la habitación, caminando a la vez que re acomodaba la mochila escolar sobre su hombro derecho, la mire un tanto confuso debido a sus palabras, ella lo noto. — me refiero a que volteaste a verme realmente expectante, sin embargó tu expresión se descompuso al notar que se trataba de mi... ¿Acaso esperas a alguien más?

Mis neuronas dieron traspiés y chocaron entre ellas, balbucee levemente para al final limitarme a negar con un movimiento de la cabeza.

— no... No realmente. — dije un tanto inquieto. — solo me sorprendí, ¿Que no tienes el mínimo de educación para saber que debes golpear antes de entrar?

The Double Moon |2| |Improntas: La Nueva Generación De Quileutes|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora