Recordaba no haber visto el combate, es lo único que se mantenía borroso en su mente después de muchos años. Había ido a buscar provisiones a la cafetería, un segundo, les prometió a sus amigos. En cambio se había topado con un pequeño grupo de Casa Talentos de agencias interesadas en él, deseosos por un nuevo talento.
Se escabulló apenas pudo, no obstante la pelea de Shota y Emi había terminado. Un grupo de personas abucheaba u aclamaba a Shota, que justo entraba cubriéndose la mejilla hacia la enfermería.
Había sido un combate rudo. De eso no tenía duda, Shota era obstinado en el combate, Emi era el doble de obstinada.
Ambos parecían tener fascinación por la violencia.
Quería ir por él, pero un destello verde en un rincón del pasillo obtuvo toda su concentración.
Sin perder tiempo se aproximó a este, pasando de largo sin fijarse a una figura agachada en el suelo. Sabía que era Emi incluso antes de verla completamente.
Tenía una bolsa de hielo en el brazo y las fosas nasales cubiertas con papel de baño manchado de sangre.
Desde su primer año aprendió a controlar la ira que le producía mirar a Emi herida, pero se sintió sacudido por el golpe de rabia por verla así, incluso cuando en un combate como estos. Ella luchó contra Shota... Bueno, Shota la había golpeado.
¿Pero qué carajos? ¡Ese par se había peleado como animales!
—¿Qué tal Taishi? ¿La sangre me sienta bien?
Taishiro se sorprendió por el saludo, y el corazón le dio un vuelco.
—Em, mírate, estas herida.
—No te atrevas a ponerte en modo "ENOJADO" Taishi. –La chica peliverde se rió.
—Él... Se excedió.
Ella sonrió. Cabello verde como los primeros retoños de primavera, nariz respingada, un rostro magullado hermoso y dos ojos verdes como árboles.
—Fue divertido.
—Fue una paliza.
—Dame un poco de crédito, debiste ver cómo quedó él. —Se veía extrañamente contenta por ello— Ademaaas, fue un poco mi culpa.
—Oh, ¿y cómo, si pudiera saberlo Pennyswise? –Taishiro no pudo seguir enojado con Aizawa, esto era un entrenamiento en base a combates reales, mientras más rápido aceptara que Emi podía salir herida con frecuencia más dejaría de querer romper huesos.
Además, Emi podía ser un diablillo en las peleas.
—Estaba distraída. No había tenido un oponente así. —Emi se volvió para ver por donde se dirigió Shota— Él sí que es serio, serio nivel Batman. Le hice bromas como parte de mi acto hasta que se avergonzó mucho, nunca he visto a alguien tan rojo, temí ofenderlo un poco. Me alegra saber que alguien no se restringió porque soy una chica o por la naturaleza de mi Quirk o lo mismo de siempre. Es agradable.
Emi no adulaba el estilo de lucha de cualquiera. Y nunca antes había escuchado a alguien adular el estilo de lucha de Shota.
La mayoría decia que era demasiado grosero, rastrero y brutal. Shota no jugaba ni hacia un espectáculo, él atacaba veloz y preciso.
—¿En realidad crees eso? —Taishiro preguntó con curiosidad.
Emi asintió, toqueteando su cabello.
—Utilizo bromas como parte de mi acto de bufón, pero la verdadera finalidad es distraer, claro que confío en que el enemigo será lento para notar la distracción o la provocación... Él no lo fue. Y creo que debería concentrarme en eso, dejar de ser tan confiada. Debo agradecerle por mostrármelo.
Toyomitsu escuchó a Em, sin saber si quedaba alguna célula cerebral funcional en su cabeza o el puñetazo las mató. Shota la había abrumado a golpes y Em quería agradecerle.
Nunca acababa de comprenderla. Taishiro no pudo evitar reír.
—Eres un caso muy especial ¿Lo sabes Bonzo? Cualquiera odiaría a la persona que te humilló públicamente.
—Habiendo humillado a muchos públicamente... no lo veo de esa manera. –Confesó con una sonrisa descarada.
Miss Joke hablaba en serio.
Él dejó de reír por su sonrisa, por la forma en que reía, meneaba la cabeza adolorida y su pelo se balanceaba como una cascada de hojas silvestres movidas por la brisa veraniega.
Todo su cuerpo había reaccionado.
Se acordaba incluso ahora en ese brindis del dolor de conducción como si algo mortal lo hubiera golpeado. Le había hecho comprender por qué los griegos habían creído que era Eros quien lanzaba flechas cuando te enamorabas, que el amor era una flecha que destrozaba a través de tu cuerpo y dejaba un ardiente sendero de anhelo detrás.
—Hey, no te preocupes Taishi. –Ella tomó su mano poniéndola en su pómulo lastimado, era suave, sintió que su corazón latía como loco y se prendió fuego cuando la mano de Emi apretó confiadamente la suya.
Abrió sus labios mudos cuando su cerebro se negó a darle palabras.
—Taishi... ¿Estas bien?
—¡Lo estoy! ¡Por supuesto! El Takoyaki seguro me hizo mal... —Se levantó, de repente demasiado consiente de lo cerca que estaba de Emi, ellos habían estado cerca siempre desde que tenía memoria, pero su corazón desbocado era un delator que gritaba por ser escuchado.
—Una lástima. –De nuevo sonrió, enamorándolo un poco más— Planeaba hacer Takoyakis para esta noche. La comida favorita para mi persona favorita.
Dulce. Ella era tan dulce.
—¿Lo prometes?
—¡Por la santidad del meñique! –Él le dio un golpecito que la hizo reír.
No se había dado cuenta cuando se dibujó una sonrisa en su rostro, tal vez en el mismo momento en que su rostro se calentó.
¿Cuál fue este sentimiento cálido que le hizo sentir que su pecho estaba a punto de estallar?
¡No fue nada platónico!
Él sabía exactamente que, porque era algo que habia estado navegando hasta ese momento que se sumergió de lleno...
Y ahora la noche en que ella le preguntó si la quería tenía sentido. Tenía todo el sentido del mundo.
—¡Em! –Exclamó quizás demasiado alto, prácticamente ahogándose. ¿Que demonios estaba haciendo?— Yo... Ya sabes. Yo... Quería decirte... -Sintió como el calor en su cara se volvía una llamarada.
Creo que me he enamorado de ti.
Quizás he estado enamorado de ti todo este tiempo.
Habia estado tan cerca.
En ese momento una persona se les acercó. Era uno de los profesores, vino a comprobar si Emi ya estaba bien. Y a llevarla con Recovery Girl.
—¿Tenias algo que decirme Taishi?
Entonces él le había mostrado la sonrisa más enamorada e inocente que alguna vez tuvo.
—Te lo diré luego... ¿Vale?
Por que aun había tiempo. Les quedaba toda la vida. ¿Verdad?
Que equivocado había estado.
Emi asintió. Taishiro pudo haber hablado, decir algo hubiera cambiado las cosas... ¿Quizás?
No todo estaba escrito en piedra.
Pero cuando Emi se marchó, lo que pudo haber sido, lo que pudieron haber formado se fue con ella.
.
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Satisfied.
Fanfiction-¡Con ustedes el Padrino: Taishiro Toyomitsu! Subió al escenario, se aseguró de sonreír para que cualquiera de los invitados de la boda que lo estuviera viendo pensara que su voz estrangulada y ojos rojos eran solo sentimentalismo. Oh que equivoca...