Nicola Di Bari Codice

Capítulo 1

Aerina Mora tuvo la fortuna -o desgracia, según se vea - de ser hija de una pareja de hippies. De esos hippies come flores que todo lo ven bonito y de mil colores. Así que en lugar de ser registrada con un nombre normal como: Luisa, Alejandra o Beatriz... sus papás decidieron que sería increíble ponerle un nombre en élfico. Y así fue dada a conocer al mundo entero con el nombre de "Aerina", que significa: la reina estrella. Es una joven un poco más alta que la media poblacional mexicana, llegando al 1.66 metros, poseedora de una hermosa y larga cabellera oscura que cubre la totalidad de su espalda. Pero lo que más atrae en ella son sin duda sus ojos con un limpio y cristalino tono verde, que le da un cierto aspecto felino a su rostro y que armoniza totalmente con su cuerpo esbelto y muy estético, con generosas curvas en los lugares apropiados. Al haberse criado en un ambiente multicolor, al son de Janis Joplin y The Beatles, Aerina creció y se convirtió en una joven... poco convencional. Siempre en la Luna, despreocupada y un poco distraída, sin duda haciendo honor a su nombre, no se convirtió en hippie como sus padres, pero eligió el camino de los trotamundos. Desde niña gustaba de salir y conocer lugares nuevos, soñaba con convertirse en exploradora y descubrir civilizaciones perdidas. Hoy día ha dedicado una gran parte de sus ahorros en boletos de avión para lanzarse a la aventura por el mundo. Los suyos son viajes de mochilera: prefiere llevar consigo sólo lo esencial, se hospeda en hoteles promedio –siempre descartando los lujos innecesarios- y se pasa todos los días fuera, recorriendo las calles de la ciudad, conociendo personas y disfrutando de culturas distintas. Domina perfectamente el idioma inglés, italiano y francés, aunque espera poder aprender más idiomas. Es una gran entusiasta del continuo aprendizaje y mejora continua, en el aspecto más light y buena onda imaginable. Podría decirse que es la chica perfecta y sin embargo, nunca ha tenido una relación estable en toda su vida, ¡ni siquiera ha logrado mantener una relación por más de un año! todos sus novios han terminando yéndose y casándose con otra y aunque tarde o temprano se arrepienten y quisieran volver con Aerina, ella simplemente ya no puede aceptar. Después de tanto remendar su corazón roto, ha decidido mejor vivir para ella misma, pero a veces se pone a pensar si existirá en el mundo alguien que no decida irse. Así pues, la lista de sus amistades y pretendientes es pasmosamente larga, pero nadie más ha sido capaz de llegar lo suficientemente cerca para entrar en su corazón.

En resumen, Aerina es una mujer con muchas aspiraciones, muchos deseos y mucha alegría por la vida, siempre busca el lado positivo de todas las cosas incluso en los momentos de derrota o decepción, pero sólo existe una cosa en el mundo que acaba con esa felicidad y eso es: las fiestas decembrinas. Así es. Cada fin de año y pase lo que pase, ella hace transformación y se convierte en un extraño ser amargo y sarcástico que deambula por la vida quejándose a la menor provocación de cúan absurdo, superficial y ridículo es todo "ese montaje navideño".

- Debí haber hecho esto todas las 25 navidades pasadas - Aerina sostenía un vaso con whisky en las rocas muy generosamente servido, a lado había una botella de Jack Daniel's que estaba en las últimas, y todo pintaba a que ella le daría fin al poco alcohol que quedaba.

- ¿De verdad te disgusta tanto la navidad? - uno de sus tíos - el más optimista - le preguntó - ¿no hay nada que te haga cambiar de opinión?

- Nada tío. Nada. - dio otro sorbo a su bebida - tengo mil y una razones para odiar esta fiesta.

- ¿Pero por qué? Si es el nacimiento del niño Dios...

- Ya, ya... claro. Pero nadie se acuerda de eso. Lo único en lo que todos piensan es en atascarse de comida y emborracharse... y no entiendo por qué diantres hay que esperar a cenar hasta media noche, apenas son las 10 de la noche y yo ya muero de hambre y de sueño...

- Bueno Aerina, al parecer ya estás uniéndote al club de los borrachos porque esa botella de Jack Daniel's llegó cerrada y ya está por terminarse... - comentó una de sus tías, la más ácida en sus comentarios (porque claro, hay una en cada familia)