3

19 6 28
                                    

Apenas 3 meses después de conocerte, estabas en todas partes.

Continuamente estabas en mis brazos, en mis ojos, en mis labios.

Pero no literalmente claro, solo estabas en mis pensamientos, sueños y en las viejas hojas de mi diario.

Desde aquel día hablabamos continuamente.

Yo aprendía de ti continuamente.

Tenias muchas cosas que contar, y a mí me encantaba escucharte.

Podría pasarme horas y horas solo escuchando tus problemas, dudas existenciales o tus paranoias acerca del universo y las personas.

Muchas veces me formulabas una pregunta concreta :

"Blake, tu como crees que funcionan las personas? "

Nunca especificabas el sentido y siempre ponías ejemplos diferentes.

" Me refiero Blake, porque las personas utilizan a otras personas? Porque las personas matan a otras personas? Porque las personas lloran? Porque las personas se enamoran? Cada uno tenemos un cerebro distinto Blake, una forma diferente de ver el mundo. Y me encantaria poder comprenderlos a todos ellos. Pero esa es la gracia, solo comprendo al cien por ciento el mio propio"

" En el tema del amor es aún más difícil de entender. Porque sientes esas cosas al enamorarte? Porque de personas concretas pero de otras no? por ejemplo, tu puedes enamorarte de alguien de quien yo no siento lo mismo. Los sentimientos de cada uno son diferentes, y no puedes sentirlos tu mismo porque no son tuyos, y cada persona es diferente. Pero el amor no sirve para absolutamente nada, entonces no entiendo porque existe."

Me pasaba noches en vela reflexionando acerca de tus propios pensamientos y sobre tus hermosos ojos verdes.

Muchas veces me hubiera gustado comprenderte a ti y a tu cerebro al cien por ciento, pero como tu misma dijiste, solo comprendo el mio propio.

Todos los días después de clase ibamos a la cafetería del primer día y nos tomábamos un donut de coco mientras hablabamos.

Un día me contaste que tenías un novio, Jack, que vivía a 5 horas de nuestra ciudad. Me contaste que era alto, rubio, ojos negros y que jugaba al fútbol.

A las mariposas de mi estómago les sentó como un puñetazo.

Por suerte no hablamos de el nunca, porque me recuerda todo lo que el tiene que yo no tengo ni probablemente nunca tendré.

Porque Violeta es demasiado para cualquiera.


***
El día de su cumpleaños decidí darle una sorpresa, ya que iba a haber una lluvia de estrellas. Prepare una cesta con sus comidas favoritas y como no, llena de donuts de coco. También envolví un collar y un disco de "The Beatles" su grupo favorito, y los metí debajo de todo.

La recogí en coche a eso de las 7 de la tarde y durante media hora de viaje estuvimos cantando canciones, hablando, gritando y, en fin, siendo nosotros mismos.

Cuando llegamos ya tenía todo preparado en una pequeña zona apartada en la que se veía el cielo perfecto.

Había un mantel enorme con la cesta y un par de velas para iluminar cuando se hiciera de noche.

Nos comimos todo lo de la cesta. Le di el collar de un diamante que después le puse yo mismo.

"Muchas gracias por el collar Blake, es precioso de verdad"

Con la mini Radio que llevábamos escuchamos el disco de "The Beatles" y nos tumbamos a ver el cielo, quedaba poco para la lluvia de estrellas.

Era tan hermosa.

Hermosa como la luna.
Hermosa como la música.
Hermosa como el cielo.
Hermosa como la aurora.

Estábamos en un prado, con las estrellas y la Luna cubriéndonos como una manta.

Gire la cabeza para mirarla y analice cada detalle de su rostro.

Vi sus marcas de acne en la barbilla.

Vi las ojeras debajo de sus ojos.

Y vi las pecas que cubrían su nariz.

Aparté la mirada cerré los ojos y sonrei.

En ese momento me di cuenta de lo perdido que estaba en ella.

violetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora