MISTAKE

FINAL

HYEJIN

Me encargué de que nuestros días sean geniales juntas a pesar de que en todo momento recordaba su estado de salud. Realmente le pedí a Dios todos los días que por favor nunca se la llevara, no quería que ella me dejara nunca porque sin ella no sería feliz así me ganara la lotería porque en serio eso no es nada valioso comparado con los momentos que paso su lado y el ver su sonrisa de bebé, escuchar su risa, escuchar sus quejidos de niña pequeña, el cómo dice mi nombre en todo momento y esas ganas intensas por hacer cosas inigualables y estar a mi lado.

Juro que daría mi vida por ella, en definitiva prefiero morir yo antes de que ella lo haga, debo repetir que no puedo vivir sin ella y si esto llega a venir más pronto que nunca estoy segura de que mi corazón se partiría en mil pedazos y mi vida se llenaría de un dolor intenso, es por ello que luego del sufrimiento acabaría con esto de la peor manera, suicidándome.

Sé que el suicidio no es la mejor de las alternativas, yo nunca lo he recomendado, siempre le he dicho a los demás que no lo hagan, que siempre hay una solución a los problemas, que pueden seguir viviendo por esa persona y darle felicidad para que lo vean desde el cielo, pero enserio cada vez que pienso en esto me doy cuenta de lo que verdaderamente sienten. Cómo dicen muchos: "no estás en nuestros zapatos como para sentir lo que verdaderamente sentimos hasta el momento en el que te encuentras en la misma situación". Realmente recordar esas palabras me hicieron ver realmente lo que pasaba a mi alrededor.

- Hyejin~ - logra sacarme de mis pensamientos su llamado.
- ¿Uh? ¿Me decías algo? - pregunté.
- ¿En qué estás pensando? - me pregunta entre curiosa y preocupada.
- Pienso en cómo debería de hacer para resistir tu carita de cachorro cuando me pides algo.
- Hey! Yo no pido nada malo! - me da un pequeño golpe en el brazo.
- Jeje, pero a veces me da flojera salir.
- Puedes decirme que no y lo sabes...
- ¿Cómo puedo negarle algo a la mujer que amo?
- Diciéndolo. - responde sonrojada.

La miro y realmente me encanta cuando se pone de esa manera, ella es jodidamente adorable. No puedo dejar de sonreír cuando estoy a su lado. Cuando estoy con ella olvido que está enferma y disfruto todo lo que puedo, quiero que sea feliz hasta el último segundo de su vida.

- Amor... Quiero un helado.- me hizo un puchero. Siempre adorable.
- No digo que eres jodidamente adorable. - le doy un corto beso.
- ¿Me traes?
- Todo para mi reina.

Enserio consentirla no me era nada malo ni me disgustaba en lo absoluto, me encantaba hacerlo y más cuando de premio me besaba y abrazaba, es enserio hermoso, no me confundí con ella, es el amor de mi vida.

- ¿Y si vamos por el helado y comemos en el parque?
- Cool!

Nos alistamos rápidamente y salimos por aquel helado que quería, en definitiva una linda tarde junto a mi novia.

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Ambas sguíamos en Jeonju, me había ido para alistar mis maletas con ropa, tenía dinero ahorrado así que de eso no me preocupaba. Era el lugar favorito de Wheein así que si para ella es lo mejor, para mí lo es más.

- Debo ir a mi casa, tengo unas cuantas cosas para hacer postres.
- Yo voy por ahí, tú te quedas.
- Puedo ir contigo.
- ¿Y quién va a cuidar al escurridizo de nuestro hijo?
- ¿Dónde está?
- Veo sus patas ahí.- señalo detrás del mueble.
- Oh, ahí estas Ggomo! Ven con mami~- lo llamó tiernamente.