Madison siempre fue diferente a las demás personas, aunque su infancia siempre fue confusa, lograba recordar un poco de aquellas oscuras épocas; la frase que más recuerdos le trae fue -Eres linda, pero lástima que estás un poco loca ,- o la tipica frase de su madre -no estás loca, eres única, y las demás personas no lo saben. Pero cuando recuerda aquellos días lo primero que se le viene a la mente es aquella figura, o criatura mejor dicho, nunca supo cómo llamarla; pero eso era lo de menos. Siempre estaba en donde ella estaba siempre la seguía, y siempre la miraba, aunque sus cuencas estuvieran ausentes.
La primera vez que la vio, ella tenía tan sólo 6 años, era una especie de humanoide, tan delgado que podia contar sus costillas a través de aquella blanca piel; tan alta, que una parte no podia verse por aquella larga ventana, y donde se suponía que debía ir un rostro, sólo había más de esa blanca piel.
-De seguro sólo es tu imaginación- fue lo único que su madre le dijo cuándo ésta llegó llorando a la habitación. Pero después de unas cuantas visitas más, con el mismo llanto y las mismas palabras, finalmente supieron que era algo más que la simple imaginación de una niña. Y fue asi como, a sus 8 años, Madison fue diagnosticada con esquizofrenia infantil. Aunque su psiquiatra y su madre le dijeran que aquellas figuras no eran reales, ella sabia que aquellas palabras eran falsas.
Y aunque los años transcurrieran, aquella temerosa niña de 8 años, pasó a ser una adolescente, pero su postura sobre las misteriosas criaturas seguía intacta. Esa criatura era real , y ella lo demostraría.
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Petalós Morados
JugendliteraturMadison nunca se sintió como las demás personas, y era justo decirlo, ya que las criaturas que la atormentaba hizo que se llevará con el título de esquizofrenia a una muy corta edad. Ella siempre sintió esas palabras como falsas, además de una forma...
