"Que sea niña! Que sea niña! Que sea niña" Repetía Larry con insistencia, sus manos vueltas puño golpeaban levemente la mesa.
Phoenix que había estado haciendo garabatos sin sentido en la última página de su cuaderno es atraído por las fuertes y repetitivas palabras de Larry.
Hace unos meses la maestra les notificó sobre la llegada de una nueva o nuevo compañero de clases que sería transferido a mitad del periodo escolar. La primera vez todos parecían estar interesados por el alumno misterioso, contando historias de fantasmas una vez el único pupitre sobrante fue llevado al salón, pero al igual que todas las modas el impactante suceso del nuevo estudiante se fue olvidando. Hasta el día de hoy cuando parecía que al fin iba a unirse el estudiante misterioso.
"Por qué quieres tanto que el alumno nuevo sea niña, Larry?" Preguntó Phoenix, preocupandose porqué tan implicado podría estar su mejor amigo.
Larry Butz siempre habia destacado por ser un niño extrovertido e imperactivo. Bromeaba con sus compañeros de clase, interrumpía a las personas cuando hablaban, nunca se mantenía quieto, se enfrentaba ante los profesores y adultos en general. Se había ganado la reputación de un chico problema o como todos solían decir "Si algo huele mal pregúntale a Larry y el sabrá." Al parecer el caos lo rodeaba.
Dicha reputación era a la que Phoenix tanto le temía siendo el único amigo más cercano de Larry siempre, sin excepción alguna, se veía afectado ante este.
Larry le miró con los ojos entrecerrados deteniendo sus movimientos de desesperación.
"En serio no lo entiendes Nick?" Preguntó soltando un bufido. "Si nuestro nuevo compañero resulta ser una niña eso significa que será muy tímida y solitaria. No conocera a ninguno de nosotros."
Phoenix le miró un tanto pensativo, a lo que Larry le respondió con una sonrisa cómplice, la misma sonrisa que convencía al pelopicho de seguirle en sus travesuras. Sin embargo está vez Phoenix no estaba del todo deacuerdo, él mismo había sido el nuevo en el salón, había recibido burlas y se exparcieron rumores del niño silencioso con cabello de erizo, y sino fuera sido por Larry seguiría estando solo.
"No es agradable ser el niño nuevo, no conocer a nadie y sentirte excluido... No es nada agradable" dijo cabizbaja.
"Pero eso nos da ventaja Nick! Porque como ella no conoce a nadie tampoco nos conocerá a nosotros así que podemos fingir ser tipos cool como príncipes o caballeros para ella, no seríamos Phoenix y Larry nosotros... Nosotros podríamos ser los señal azul y señal amarilla; guerreros de Tokio."
Gritó Larry riendo a carcajas mientras Phoenix expectante le miraba con un brillo de emoción y oportunidad en esos grandes ojos azules. Siendo el niño callado no era nadie pero si llegaba una niña nueva Phoenix para ella no sería el chico raro sin papá y cabello en punta, él podría ser el valiente caballero que la ayudo a huir de todos sus malos compañeros como un héroe. Podría tener una nueva amiga que no lo juzgaria y no pensaría que él es un rarito.
Ambos niños ahora esperaban emocionados a la llegada de su nueva compañera, cada uno con motivaciones distintas. Solo pasaron unos 5 minutos máximo para que la maestra entrara al salón, pidiéndoles a todos los niños que se sentaran para que recibieran a su nuevo compañero.
"Atención a todo el grupo! Desde hace unos meses se les dijo que tendrían un nuevo compañero y aunque ha tardado más de lo esperado ya está aquí para acompañarnos en nuestras clases." continúo la maestra "Espero que todos se lleven bien con él, denle una cálida bienvenida a Miles Edgeworth, él viene desde Inglaterra."
Todos los niños esperaban expectantes sin dejar de ver la entrada del salón ante cada palabra de la maestra, una vez dijo el nombre de su compañero, un niño de cabello grisáceo largo entró al salón con un uniforme escolar que no pertenecía a su escuela, al parecer olvidaron decirle que podia ir con ropa diaria en vez de uniformado. Las niñas chillaron de emoción y murmuraba entre ellas lo lindo que era el chico nuevo mientras que los niños se tiraban con brusquedad nuevamente a sus asientos al ver que era solamente un niño.
"Un placer conocerlos, espero nos llevemos bien." Dijo el niño, sus palabras fueron robóticas como si las hubiese practicado, para luego ir hasta el único asiento vacío.
Entre ese grupo de chicos descepcionados por no tener una nueva compañera o un compañero deportista estaba Larry, obviamente.
"Que perdida, es un nerd." Gruño con los brazos cruzados inclinando su silla con molestia.
Sin embargo ante tantos tipos de emociones Phoenix no pudo evitar encontrarse en desacuerdo con su amigo. Desde que el niño entró había analizado cada uno de sus movimientos desde su forma de caminar hasta como dijo su saludo, no parecía ser el típico alumno nuevo asustadizo que le había dicho Larry, eso fue lo primero que notó. El chico parecía estar seguro de si mismo como si no le importase que las niñas suspiran por él o que los chicos estuvieran mirándolo con molestia.
Miles, ese era el nombre del niño que se sentó en el último pupitre más alejado y solitario junto a la ventana que daba al patio infantil. Phoenix aprovecho que la maestra estaba ocupada anotando la primera actividad en el pizarrón para escribir el peculiar nombre del chico en su cuaderno, Miles.
Se inclinó nuevamente en dirección a Miles. Su rostro era cubierto por sus largas hileras de cabello grisáceo plata, lo que le atraía a mirar aún más al niño mientras la luz del sol de la mañana resaltaba sus pálidos tonos, y sus delicados dedos se paseaban entre las páginas blancas del cuaderno acabando en la primera página sin grafito. Phoenix quedó instantáneamente cautivado. Ante la figura atrayente del niño, era la primer vez que un niño tan deslumbrante a la vista iba a su salón como el chico nuevo.
"Phoenix, supongo que ya anotaste todo lo que está en la pizarra." Lo reprendió su maestra, quien se había percatado de sus "discretas" miradas hacia el chico nuevo.
Miles alzó un poco la mirada hacia la maestra y luego giro a Phoenix, formando el primer choque entre el gris y el azul. Con el rojo invadiendo parte del rostro de Phoenix, éste desvío la mirada instintivamente, enfrentándose a la maestra.
"N-No maestra, lo siento" se disculpo cabizbaja volviendo a sus anotaciones.
Nunca le había gustado que la maestra lo regañara frente a toda la clase, repetía las sombrias palabras de ella con severidad en su mente como un autocastigo mientras oía las burlonas voces de sus compañeros, pero está vez fue diferente apenas y le importaba la maestra en lo único que él podía pensar era en el recuerdo de los claros ojos grises que le miraron hace unos segundos con el brillo característico del sol.
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He is my bestfriend
Fanfiction"Creo que me gusta..." "Está bien, a mí me gustan muchas niñas." "Pero no es lo mismo... Él no es un niña."