He is my bestfriend

0.3

Fue en una de esas típicas mañanas de clases con Larry intentando conseguir una cita de la niña de la clase de al lado, Phoenix coloreando en su block con los lápices de colores de Larry y Miles leyendo en la soledad de su asiento. Todos aprovechando la ausencia de la maestra. Sin embargo la breve hora libre tuvo que acabar una vez la maestra había entrado al salón junto con dos de sus compañeras de clase quienes llevaban diversos materiales de artes.

Algunos de los chicos que vieron a la maestra al entrar dieron un salto de alegría, todos sabían que significaba que ella buscase los materiales de arte, entre ellos estaba Phoenix quien emocionado llamó a Larry entregándole sus colores y guardando su block. No es que Larry fuese un gran amante del arte y el teatro como lo era Phoenix pero al igual que su mejor amigo no le desagradaba la idea de ensuciarse un poco las manos con tal de no ver clases particulares.

La maestra le entregó algunos papeles de colores y brillos a ambas niñas que la acompañaban para que así ellas repartieran entre el resto de la clase el material.

Ya cuando todos tenían sus pliegues de colores procedieron a crear pequeñas figuras de origami, cada una con su toque especial, para que al final de la hora la maestra juzgara cuál había sido el mejor de todos. Una manera fácil de ganar puntos extras, pensaban la mayoría, siendo la clase que mejor se destacaba haciendo figuras con los papeles de colores.

Larry y Phoenix juntaron sus mesas como solían hacerlo. El castaño había preferido irse por lo más resaltante, un dragón de color verde con perfectos pliegues, tomó algunos marcadores de la mesa de la maestra y empezó a dibujarle ojos y escamas para que se viese más realista. Mientras que Phoenix prefirió arriesgarse, tomando algunos papeles de colores asimilando a la grulla pero con muchos más detalles, intentaba hacer un fénix como era su nombre aunque aún no había aprendido a hacerlo de memoria.

Ambos chicos se rieron entre dientes, mientras doblaban y añadían más detalles a sus figuras de origami. Desde aquel día en que Phoenix había ido a su casa las cosas cambiaron. Ya su mejor amigo no se distraía tan amenudo con Edgeworth parecía que poco de importaba el otro niño, lo cual alegraba aún más a Larry, de ahora en adelante tendria toda la atención de Phoenix para sus futuras travesuras.

Una vez la primera campanada para la hora libre sonase todos los niños corrieron a rodear la mesa de la maestra para que calificara sus figuras. Phoenix y Larry se levantaron emocionados de sus mesas y también se les unieron a sus demás compañeros, luciendo lo que parecía ser una grulla con cola alargada y un dragón con demasiadas escamas a su alrededor. Claro que iban a sacar un 10, quien no aprovecharía en sacar un 10 en algo tan fácil como hacer Origami.

Pero, Sin embargo, uno de los niños no se levantó de su asiento y Phoenix lo notó más rápido de lo que se esperaba. Sus ojos se desviaron de su grupo hacia Miles, percantandose de que el chico no había terminado su origami, es más, ni siquiera lo había empezado, su mesa estaba llena de papeles cortados y pegamento embarrado, sus dedos cubiertos por manchas de pegamento seco luchaban para doblar un papel rosa arrugado. Phoenix sintió como su corazón se contraía ante la escena pero no estaba seguro de como acercarse. Fue así hasta que vió los destellos de gotas corriendo por las rojas mejillas del peligrosaceo, fue lo que alarmó de inmediato al pelopincho tirando sin importancia el fénix que tanto le había costado hacer.

Poco paso para que Larry se percatase de la ausencia de Phoenix a su lado y se encontrase con el fénix de papel ya aplastado por las distintas marcas de zapatos en el suelo. Consternado, se alejo de la maestra y busco preocupado a Phoenix, imaginando que alguno de sus compañeros se habría burlado de su fénix o que lo hubiesen empujado y pisado a propósito el fénix. Sin embargo, cuando miró al último asiento junto a la ventana pudo saber del por qué.