Cuando Jongin vio al desorientado humano sobre su espalda dio un grito de terror al tiempo que trataba de quitárselo desesperadamente de encima. Esto hizo que este se percatara también de su presencia y además, del repentino cambio de escenario.
-¿Dónde demonios estoy? ¿Qué rayos hiciste, pervertido?
-¡Hey! ¡Deja de llamarme así, no soy un pervertido, maldita sea! -el temor de Jongin había sido reemplazado por molestia al volver a ser llamado por milésima vez, y de manera injusta, de esa forma.
El chico quien había tomado una lámpara en sus manos y había adoptado una postura defensiva, lo miró con desconfianza mientras le decía.
-¿Ah no? ¿Entonces qué demonios eres? Porque para mi solo los pervertidos entran todas las noches a la habitación de un niño de cinco años para tratar de asustarlo. Si eso es una clase de fetiche, déjame decirte que es asqueroso. Eres un enfermo amigo y necesitas ayuda. Preferentemente en prisión.
- ¡Nada de eso! ¡Yo soy... Soy un monstruo! - dijo Jongin iniciando en un tono exaltado pero terminando casi en un susurro.
-Efectivamente, esa es una excelente forma de llamarle a los pedófilos, me alegra que estés consciente de ello- mencionó el chico mientras lo miraba con desprecio.
-¡No, no, no es así!- Repitió Jongin ya exasperado de que el chico de grandes ojos y voz profunda lo malinterpretara a cada segundo. Definitivamente en ese momento no se cuestionó el porqué sentía esa necesidad de darle explicaciones a un simple humano irrelevante.
-Yo soy un monstruo, un monstruo de verdad. Asusto a los niños, ese es mi trabajo y definitivamente no es ningún fetiche- respondió en un tono entre la molestia y el puchero.
Justo en el momento que terminó su frase la habitación fue llenada por el sonido de una risa melodiosa que se fue haciendo mas intensa hasta llegar a las carcajadas. Jongin se quedó en shock por un segundo. ¿Cómo una risa como aquella podía provenir de un enano agresivo y peligroso como aquel? El sonido era tan hipnotizante y sonaba tan bien en sus oídos. Repentinamente, las lámparas comenzaron a parpadear. ¿Qué rayos estaba sucediendo? Pero antes de que Jongin pudiera comenzar a preocuparse por eso se dio cuenta de algo... ¿Se estaba riendo de él? Definitivamente Jongin no le veía la gracia al asunto.
-¿De qué diablos te estás riendo?- el chico se recuperó un poco y lo miro de nuevo con sus grandes ojos.
-Perdona ¿había que reaccionar de otra manera? - su tono sarcástico no pasó desapercibido para Jongin - En realidad creo que es la única manera posible de reaccionar al montón de estupideces que estás diciendo. Ahora, dime donde estoy antes de que pierda la paciencia. Si cooperas puedo tratar de ser mas suave contigo, igual te denunciaré e irás a la cárcel, lo siento, no puedo perdonar a un pedófilo, pero por lo menos no te pondré la paliza de tu vida- Kyungsoo estaba mintiendo, evidentemente le iba a patear el trasero pero por el momento no iba a decirle eso y además todavía se preguntaba como rayos había terminado repentinamente en ese lugar cuando segundos antes estaba en su habitación.
Jongin comenzó a enojarse en serio. ¿De verdad este enano insolente no iba a callarse nunca? Le demostraría lo que un monstruo como él podía hacer y ya vería si seguía haciendo sus burlas estúpidas. Se aproximó un poco mas cerca, con toda la determinación del mundo. El chico al ver su mirada retrocedió inseguro hasta topar con la pared.
-¡Oho! ¡No te me acerques, te lo advierto, tengo un arma y no dudaré en usarla!- el chico había perdido algo de su aparente seguridad al ver la mirada intensa del otro, comenzaron a temblarle las piernas y su corazón se aceleró, del miedo, claro está. No era porque el chico frente a él era bastante bien parecido, claro que no.
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SM Inc. (KAISOO)
FanficJongin por fin logra ser aceptado como asustador en SM Inc. El único inconveniente es que se le asigna la problemática puerta maldita; la 930112, aquella a la que nadie quiere entrar. ¿Podrá Jongin romper la maldición? ¿Qué le espera en la habitació...