— Daddy ¿Quieres otro pedazo de pastel?.Desde hace un rato ese chico no había perdido aquella radiante sonrisa en su rostro, es que parecía tan irreal por que era como si su padre le estuviera sonriendo, pero eso solo sucede cuando estaba de buen humor. Debía de admitir que este castaño tenía unos muslos muy llamativos, ya que tenía puesto un short negro que muy apenas le llegaba a las nalgas, pero aún así lucia bien en su cuerpo. ¿Como lo sabía Jungkook? Bueno, eso es obvio.
¿Quieres comer otra cosa? ¿Te preparo algo? — Preguntó el chico al ver que el azabache había negado con su cabeza repetidas veces — ¿Una cucharada?
Jeon giró su cabeza lentamente encontrándose con el oso mirándole mientras llevaba a su boca otra cucharada de pastel.
Tenía un bonito rostro, eso ni que negarlo. El cabello castaño del chico caía por su frente de manera linda, pero Jeon pudo ver un collar pegado al cuello del oso. Era negro y tenía un círculo en medio, como esos collares que solo son usados para las mascotas, ahora que lo pensaba en ese negocio los empleados eran las mascotas de quienes los contrataban, tenía sentido que lo tuviera puesto. Eso quería decir que ese lindo chico con orejas y cola de oso era su linda mascota.— ¿Que pasa? — Preguntó el oso con una sonrisa sin mostrar los dientes — ¿No quieres comer?.
— No —Negó de nuevo esta vez algo tímido bajando la cabeza al igual que sus orejas de conejo viendo sus propios muslos los cuales estaban cubiertos por el pantalón negro de la academia a la que asistía provocando que su cabello negro cubriera sus ojos.
— ¿Te sientes mal? ¿Tienes algún problema? — Volvió a negar Jungkook, así que el chico tomo los brazos de Jeon y se sentó en su regazo causando que sus entrepiernas chocarán y el conejo soltara un pequeño jadeo sorprendido por tal acción a la que no estaba acostumbrado para nada — Puedes contarme lo que te pone así, yo no te juzgaré.
— No, no es nada — Ahora Jungkook estaba nervioso ¿Como se supone que iba hablar si tenía encima a ese lindo chico? Su cintura, sus caderas, esos muslos eran una tentación y estaban justamente chocando con el.
— Bueno, está bien si no quieres contarlo — Tras unos segundos el oso tomó entre sus manos el rostro de Jeon analizándolo por unos cortos momentos. El chico tenía unos ojos grandes que parecían que estaban saliendo de sus órbitas, marrones con un brillo que el oso jamás en su vida se había encontrado, tal vez pudo haber visto más de sus rasgos si no hubiera sido por que pegó sus labios con los contrarios, lástima que eso no le duró ni tres segundos ya que el conejo lo había apartado. El castaño hizo una mueca molesta al ver que el azabache no decía nada y solo dirigía sus ojos de un lado a otro evitando que sus ojos chocarán — ¿Que te pasa? — Preguntó algo molesto por el repentino empujón.
— Yo... — ¿Ahora que iba a decir? ¿Que en su patética vida solo había besado una puta muñeca a mando de su primer novio de adolescencia? — No besos.
— Eso se dice primero — El chico giró sus ojos y se bajó de las piernas del azabache — Te voy a ser claro, me pagaron para estar contigo toda la noche, no una eternidad así que quítate la puta ropa y tengamos sexo de una vez.
Su forma de hablar le sorprendió a Jeon, ya no había rastro del chico bonito que hace minutos le llamaba daddy, la voz dulce que salía de aquellas cuerdas vocales ahora se había transformado en una voz dura y demandante. ¿Que debía de hacer? ¿Quitarse la ropa y solo dejarse penetrar por el o follarse a la almohada?.
Al ver que el conejo no decía ninguna palabra, el castaño volvió a girar sus ojos y se arrodilló enfrente de sus piernas separándolas e introduciéndose para bajarle el ciper del pantalón y sacar del bóxer una varita mágica. El oso calculó que aquel pene media unos 20 centímetros, estaba agradecido con el de arriba por qué iba a tener eso dentro.
— No...No me gustan — Jeon de nuevo empujó al chico causando que este rodará los ojos por tercera vez y se pusiera de pie mirándolo de una no muy buena forma. Si, se estaba cansando de la actitud de ese chico.
—¿Que diablos sucede contigo? Nada te gusta.
— No creo estar listo.
— No me digas, eres el típico friki virgen al que le hacen bullying — Jungkook levantó la cabeza mirándolo con asombro— Yo vine aquí hacer mi trabajo, no a que me rechaces.
— Lo siento, es solo que no se cómo actuar, me siento nervioso, lo siento.
— ¿Tienes alguna fantasía sexual o algún fetiche? — Preguntó el oso mirándolo sin mucho interés— Si lo tienes, dímelo es la hora de hacerlo realidad.
— Yo — ¿Que si tenía fantasías sexuales? No lo sabía ¿Fantasear con alguien prohibido lo era? — No tengo ninguna.
— Dios mío, ilumíname — Murmuró el rubio soltando un suspiro — Solo acuéstate en la cama y yo me encargaré de todo.
No muy seguro Jeon obedeció dejando caer su espalda sobre el colchón. Su mirada estaba fija en el techo blanco y tras unos segundos sintió una corriente que le recorrió toda la espina dorsal. El oso estaba lamiendo aquel grueso pene, como si de una paleta se tratara y cuando perdió el sabor a culo se metió a la boca todo lo que pudo de aquel miembro, lo que no alcanzo a entrar lo masturbaba con una de sus manos.
Su cabeza subía y bajaba con rapidez escuchando como los incontrolables gemidos del conejo sonaban por toda la habitación y es que Jungkook no podía evitarlo, se sentía jodidamente bien que no sabía que hacer más que gemir y observar el rostro pintoresco del rubio dándole la mamada, sus mejillas se calentaron más de lo que ya estaban cuando sus ojos cruzaron con los del oso, los cuales parecían estar cargados de lujuria.
No bastó mucho para que Jungkook se corriera y precisamente sobre el rostro del rubio causando que este se quejara en bajo, pero no era tiempo para quejas por que aquel híbrido se le había trepado encima a Jungkook bajándose hasta los muslos aquel short negro al igual que la braga rosada que tenía puesta, debido a que era parte de su trabajo, pero él prefería mil veces usar boxer, al menos no se le metía en el culo como tanga, ni mucho menos quedaba rosado. Odiaba con toda su fuerza las bragas.Jungkook observaba como aquel chico se metía los dedos dentro de su propio agujero, sus expresiones eran celestiales y dignas de ver, claro eso era lo que pensaba el conejo con sus orejas bajas sin saber que hacer, solo podía seguir viendo por que su cuerpo no le respondía.
— T-Tu nombre... — Jeon dejó de hablar cuando de nuevo el castaño lo miró y esta vez acercó de forma instantánea su rostro con el suyo observando sus ojos en los que parecía que tenía la galaxia entera. Tan condenadamente hipnotizantes.
— Soy Taehyung — Volvió a sonreír y esta vez se alejó alineando el miembro del azabache en su agujero para después tomar un poco de aire y bajar su trasero de forma rápida para evitar dificultades. Cuando llego abajo un chillido salió de sus labios al sentir que el pene del conejo estaba muy dentro — Ah, joder. Si la tienes grande.
No sabía si eso era un cumplido o un insulto, pero las mejillas de Jungkook se tornaron más rojas.
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Daddy!
RandomTener babys está de moda pero nadie se había imaginado que el emo del salón tambien tuviera el suyo. -Kookv -Historia corta -Mención de otros shipps