03

6K 394 24
                                    


— Puedes meterla de nuevo si lo quieres.

Murmuró Taehyung al ver que las orejas del conejo estaban arriba prestando atención a todos los sonidos. Aún faltaban horas para que se fuera y llegará a su cama para descansar su culo, entonces en la noche volvería al trabajo para ver la cara de algún sucio asqueroso con grasa acumulada por todas partes y pollas jodidamente cortas.

Por suerte hoy le había tocado tener sexo con un chico lindo.

— Pero ¿Puedo hacerlo de nuevo? — Preguntó como si fuera un niño pequeño pidiendo permiso para tomar algún juguete prestado.

Taehyung sonrió por la ternura que le causó, así que se acerco al rostro de Jungkook mientras lo sentaba en la cama y después se sentó sobre su miembro acomodando sus brazos sobre los hombros del más pálido. No sabía que tenía aquel conejo, pero era demasiado tierno. Como si de un cachorro se tratara, sin embargo sería de un conejito ya que su rostro era muy parecido a uno.

— Ah, justo ahí — Gimió el castaño al sentir que Jungkook había tocado un punto que le causaba un inmenso placer en todo su cuerpo. Sus brazos estaban aferrados a la espalda del conejo y es que lo estaba abrazando mientras un pene entraba y salía de su trasero. Tan bueno.

—¿Desde cuándo trabajas en esto? — Preguntó Jungkook mientras cambiaba de posición dejando al oso debajo suyo con las piernas bien abiertas — S-solo es una duda.

— Ah, unos nhg dos años — Contestó entre jadeos. Cerró sus ojos por unos segundos sintiendo como aquel pene se encontraba devorando su agujero. Entonces cuando abrió sus párpados lo primero que vio fueron los brillantes ojos del conejo, definitivamente había una galaxia en ellos y si seguía viéndolo se perdería. Sin pensarlo llevó sus manos a la nuca de Jeon y lo acercó besándolo tan repentinamente.

Tal vez los besos no eran tan malos y mucho menos cuando tenían un rastro a pastel, pero Jungkook alejó su pintoresco rostro.

Solo había una persona a la fantaseaba en besar de esa forma.

— Tus orejas son lindas — Murmuró Taehyung formando una pequeña sonrisa causando que por instinto las orejas de Jungkook se bajarán avergonzadas. Pues tenía unas orejitas de conejo muy pequeñas y negras, a pesar de que su padre las tenía grandes, él había salido como su madre — A pesar de ser cortas... Ahh, son lindas.

—¿Te gustan? — Asombrado de que alguien le dijera que sus orejas son bonitas se emocionó empujando con fuerza y rapidez sus caderas provocando que el oso casi arquera la espalda— Algunos dicen que son feas.

— I-idiotas — Gimió llevando sus manos a su boca en busca de tapar esos sonidos que salían de sus labios — Bola de idiotas.

Aunque quiso hablar más no pudo debido a que sus piernas le estaban temblando y esa era la señal de que pronto se iba a venir.

.....

— Pronto será tu cumpleaños ¿Quieres algo en especial?.

¿Que si quería algo? Claro que sí, pero no podía decirlo. Sería aterrador que su padre se enterará — No, no hay nada.

— Bueno — Sonrió el hombre tras limpiarse educadamente las comisuras de sus labios con una servilleta de tela. Esa sonrisa tan igual a la del oso de la otra vez — Tengo que irme al trabajo, ve a clases.

El chico solo asintió con la cabeza viendo el resto de su comida en el plato; lechuga y vegetales. Solo lo que los conejos podían comer. Esa era la razón por la que su especie vivía más tiempo, era más saludable y por supuesto la que aparentaba una edad menor a comparación de los demás. Básicamente la envidia de muchos, ya que también corrían extremadamente rápido.

Tras unos segundos de tener su vista perdida en algún punto de la mesa, decidió que era mejor irse a clases antes de que alguien le hiciera algo a su asiento. No quería que pasara algo como aquel día en el que un desconocido manchó su mesa escribiendo insultos y nisiquiera Jungkook le había hecho algo como para que hiciera algo así.

Pero ¿Que se le va hacer? Es solo gente idiota que no tiene vida.

Se puso de pie tomando su mochila que estaba a un lado suyo y acomodó la silla en su lugar para después llevar el plato a la cocina. Se lo pensó por unos momentos y decidió en no lavarse los dientes, de todas formas nisiquiera abría la boca cuando estaba en su mugriento salón compartiendo oxígeno con personas hipócritas.

Salió de su casa cerrando la puerta detrás suyo y se dirigió a su destino.
Aquel día cuando despertó por la mañana pensó que Taehyung se encontraría durmiendo en su cama, pero después de un rato Jeon había caído dormido y el oso salió de su habitación con el trabajo terminado para dirigirse a su hogar.

De cierta forma le había parecido alguien interesante.

Tras un rato llegó a su academia con la mirada centrada al frente ignorando a todos los que estaban ahí; algunas chicas estaban sentadas en los pastos conversando entre ellas, unos chicos caminaban en grupos, otros en pares, algunas personas pasaban corriendo, otras con balones.
Demasiado ruidoso para Jungkook, peor debido a que gracias a su audición de conejo podía escuchar con más claridad todo.

Al llegar a su aula notó que solo había un par de mochilas en los asientos, así que fue directamente al suyo. Por desgracia tenía que compartir asientos con diferentes compañeros del aula, debido a que según los maestros todos se tienen que conocer y llevarse bien.

Tan patético.

— Chico emo ¿Acaso te bañas?.

Joder, Jeon conocía a la perfección aquella voz de mierda. Ese imbécil de nuevo con sus preguntas tontas y molestando. No entendía el por que lo hacía si nunca le había hecho algo, es más nisiquiera lo topaba, pero ahí estaba molestándolo y ganándose su odio, pero sobre todo se estaba ganando estar en el primer lugar de su lista.

Jungkook levantó la vista viendo la sonrisa burlona de aquel chico y no pudo evitar en pensar que se parecía a la del chico que se había follado hace unos días. Aquel que lo había tratado mejor que personas conocidas de años.
Jeon miró las orejas contrarias, exactamente no sabía si eran de un oso o un koala ya que eran raras y de colores diferentes; una era más clara que la otra.

— ¿Que tanto ves? — El chico se tocó sus orejas con las cejas fruncidas.

— Lo mierda que eres, Sunoo.

— Estúpido — Después de eso le tiró un puñetazo al conejo quien solo rió con los ojos abiertos sin cesar causándole rabia al castaño— ¡¿De que te ríes?!.

— De lo imbécil que eres — Muy apenas pudo formular la oración, ya que no podía dejar de reír algo dentro de él se lo impedía y Jungkook quería creer que era por qué no se había reído en tanto tiempo ¿Sera por que acaba de descubrir la inseguridad de quien le hace bullying?.

Magnifico, simplemente magnífico.


====================×

Sunoo es un amor, pero fue el primero en pasar por mi cabeza.

Daddy! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora