Colores

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Cuando pensaba en mi grupo de amigos pensaba en un arcoíris, y en cómo cada uno de nosotros representaba un color.

Summer era el rojo, todo en ella gritaba: "peligro desastre caliente". Era una persona muy enérgica, segura de sí misma y apasionada con lo que le interesaba, y eso era una sola cosa: chicos. Shawn me recordaba al anaranjado, había algo en su personalidad extrovertida y un tanto presuntuosa que me causaba esa sensación de estupor que solo sentía al ver el anaranjado, sin mencionar su cabello pelirrojo. Kia sin duda era un amarillo brillante e imponente, que algunas veces se tornaba en dorado. Llamaba la atención en cada lugar que fuese, era creativa, inteligente, desenfadada y tan libre como yo siempre quise ser. Por la calidez y bienestar que me transmitía su sólita presencia, Louis era el verde. Un verde claro e intenso que representase madurez y sensibilidad. Yo ocupaba el lugar del azul y no solo porque fuese el color de mis ojos, sino porque me representaba. Había leído numerosos artículos sobre el vínculo personalidad-color, lo cual me hacía querer ser azul y al mismo tiempo no. El añil iba con Jessy, porque era lo contrario a Shawn, introvertida e idealista, una soñadora silenciosa. Finalmente Adelaide era el ambivalente violeta, porque era sobria pero al mismo tiempo inmoral, en ella se combinaban elementos opuestos y la hacían una persona muy interesante e intrigante.

Éramos una mezcla de personalidades muy distintas, y por eso los ordenaba por colores, casi todo en mi mente ocurría así. Louis y Summer, por ejemplo, eran completos opuestos, justo como el rojo y el verde. Eran como dos arañas que de estar encerradas en un jarro terminarían por sacarse la cabeza la una a la otra.

—¿Y cómo quedó el tatuaje Louis? —preguntó Adelaide aun con la boca llena de comida. Comía como si recién hubiese salido de prisión, y de no ser porque llevaba el cabello corto, este habría quedado totalmente embarrado de salsa bolognesa—. Vi tu historia en Snapchat.

Los demás presentes asintieron lentamente, como cuando recuerdas algo de repente, y se mostraron tan interesados como ella por saber los detalles.

—¿Quieres verlo? —la pelinegra asintió entusiasmada, mientras que Kia soltó un bufido.

Aquel chispeante par de ojos marrones habrían podido aniquilarme si los contemplase por más de veinte segundos. Para mi fortuna desvió la mirada y dijo:

—No pienso opinar sobre las mierdas en sus cuerpos a menos que se las hayan hecho conmigo, y como no es el caso me quedaré aquí callada como Summer en clase de matemática.

—¡Hey! —replicó la aludida.

—Bueno, tú te lo pierdes —respondió Louis levantando su camiseta por encima de su cabeza para que todos ahí contemplásemos su tatuaje. No pasé por alto lo delgada que era su cintura. ¿Era eso normal en un hombre?

—Puedo ver lo que nuestra última salida a Wendy's le hizo a tu cuerpo, y no es bonito —contraatacó la rubia. Su gran melena reflejaba la luz del sol, estos días de verano sí que la hacían resaltar y le favorecían

Todos rieron, incluso Louis quien le sacó el dedo corazón.

—Sus tatuajes están de puta madre ¡Yo también quiero uno! —gritó Summer.

—¿Son complementarios o algo así? —preguntó Shawn, frunciendo un poco el ceño, extrañado.

—No —ambos dijimos al mismo tipo—, solo son del mismo estilo —continué yo.

—¿Así que hay estilos? —preguntó Summer, esta vez.

—Claro que sí, edúcate —le respondió Kia. Sabíamos que Summer no era la chica más lista de la universidad, sin embargo no nos gustaba hacerla sentir tonta, de otro modo dejaría de decir lo que piensa por miedo a cómo podría sonar. Pero Kia parecía estar de mal humor cada que la palabra Summer rondaba en una conversación, y para zanjar el tema podía llegar a hacer bromas o comentarios duros. 

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⏰ Última actualización: Jul 14, 2017 ⏰

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