Capítulo 9

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-¡Hola, Sunoo!

El pelinegro suspiró. Un Jake sonriente se acercaba con los libros entre sus brazos y su suave cabello castaño ligeramente ondulado que comenzaba a crecer.

-Hola...

Sunoo intentó esbozar una sonrisa, intentando ser amable. Esperaba que hubiera resultado mejor que sus intentos fallidos, parecidos a una mueca.

Había intentado evitarlo, pero lamentablemente la salida era la misma para todos los estudiantes. Dentro de su cabeza Sunoo se reprendió, debió de haber esperado a que estuviera completamente despejado.

-No te ves muy bien, ¿estás enfermo? -le preguntó Jake con su rostro teñido en preocupación.

Sunoo lo sabía, no había podido dormir bien la noche anterior y cuando al fin lo había conseguido, un rostro con cabellos rubios y ojos color chocolate no dejaba de perseguirlo. Intentó sonreír otra vez.

-No, en verdad me siento bien.

Otra mentira, si alguien le hubiera dicho que tendría que actuar tanto en un futuro, seguramente hubiera practicado. Quiso soltar una carcajada, estaba lo suficientemente cansado como para hacer chistes tan malos sobre sí mismo.

Y eran graciosos.

...

O no tanto, como aseguraba Jungwon, pero le daban un aire adorable y estaba seguro de que eso era mejor que nada.

Era definitivamente mejor reírse de sí mismo a seguir llorando o deprimido encerrado en su habitación. Preferiría olvidarlo mientras pintaba sus uñas de colores pasteles acompañado por Jungwon o se vestían con pijamas a juego.

En cambio, ahí está, pensando de forma extremadamente seria sobre su estado mental y suerte antes de que la voz de Jake lo interrumpiera, comprobando su evidente falta de sueño.

-... en realidad te estaba buscando.

Sunoo inmediatamente puso toda su concentración en prestarle atención a la persona frente a él.

-Oh -se quedó callado, pensando desesperadamente en cómo se respondía a eso -¿Por qué?

Pudo haberse golpeado la frente con la pared frente a él por su respuesta tan absurda, si no hubiese tenido los ojos fijos de Jake. Ya quería irse a casa.

Estaba pasando. Los momentos en que Jungwon aseguraba que se quedaba sin palabras y no sabía que responder, antes de entrar indiscutiblemente en pánico.

Estaba ocurriendo y ni siquiera sabía cómo evitarlo sin quedar en ridículo.

-¿Quieres desayunar con mi novio? -Sunoo se quedó en blanco a lo que el castaño se apresuró a agregar- Puedes invitar a tu amigo también, si quieres.

Un desayuno con Park Sunghoon no podía ser más incómodo que cantar frente a toda la escuela como si de un musical se tratara. Y peor aún, sumándole a un pequeño Jungwon enojado y listo para disparar golpes, no se necesitaban más palabras para presagiar un desastre.

El silencio reinó entre los dos.

Piensa, Sunoo, piensa.

¿Cómo puedes rechazar la invitación de alguien de forma amable sin que suene terrible?

-No, no puedo -Y Kim Sunoo hubiera celebrado de que su voz no había muerto de no ser por la pregunta que le siguió.

-¿Por qué?

Jake había inclinado levemente su cabeza a un costado, de forma adorable.

No, no me preguntes más por favor. Ya es un gran trabajo responder.

-Porque... -desvió la mirada levemente, se había dado cuenta de que le ayudaba a mentir mejor -tengo planes con Jungwon para después.

Sí, era mejor no decir nada más y arriesgarse a sonar poco creíble.

- ¿Ni siquiera tienes espacio está noche? En verdad quiero presentarlos.

-Las asignaciones me están ahogando, no creo...

- ¿De verdad? ¿No puedes hacerte un pequeño descanso?

No, no puedo por el bien de mi salud mental.

-Lo siento, no puedo evitarlo... -Kim Sunoo tenía un serio problema contra las miradas tristes, podían ser de animales, adorables mascotas que veía en internet, o niños que tenían unos ojos indiscutiblemente encantadores. Pero de algo estaba seguro, no podía resistirse a esas miradas, como la que Jake le estaba dando -Bien -dijo con una sonrisa resignada, intentando ocultar toda su incomodidad de una vez por todas-, lo intentaré.

Y la sonrisa que recibió después por parte de Jake fue hermosa.


-o-


No se atrevió a decirle lo que había pasado a Jungwon.

Seguramente, lo habría golpeado por ser tan torpe y se habría asegurado de recordárselo.

-Tu ingenuidad es tan mala..., ¿es que acaso no tienes consideración por ti mismo?

Y ya podía escuchar sus regaños dentro de su mente, así que cuando abrió la puerta y lo encontró viendo una película se armó de valor. Se detuvo justo a su lado e inhaló con fuerza, repasando el discurso que había planeado durante todo el camino.

-Sé que sonará ridículo, ¿pero te gustaría salir con la persona que más me hizo daño en toda la vida y su nuevo novio, el cual casualmente se parece demasiado a mí? Es obvio que no puedes golpearlos en el camino y vamos a fingir divertirnos mucho, mientras intentó no llorar en el camino.

Bueno, quizá no fue la mejor elección de palabras.

Jungwon volteó a verlo. Sus grandes ojos afilados resplandecían levemente y parpadeaban de vez en cuando. Demostraban cariño, no quería ver el enojo reflejado en ellos. El aire que había contenido quemaba dentro de sus pulmones y las palabras morían en su garganta. Después de unos largos cinco minutos, Jungwon rompió el silencio.

-¿Vas a decirme algo?

Sunoo suspiró, no podía hacerlo.

-Eres demasiado cruel- replicó al mismo tiempo en que se dejaba caer en el sillón.

-¿Y ahora por qué lo dices? -preguntó Jungwon con una pequeña sonrisa divertida y ojos brillantes. Esas eran las mismas palabras que Sunoo repetía cuando se sentía frustrado, acompañado del pequeño puchero que justo estaba viendo en sus labios.

-Porque es verdad- "no soporto verte enojado conmigo" completó en su mente.

Era su problema, ya encontraría alguna manera de resolverlo.

Aunque tiempo después se preguntaría qué hubiera pasado si se hubiese atrevido a decírselo. La respuesta se perdería para siempre después de ese momento.

-Voy por palomitas- dijo Jungwon, al mismo tiempo en que se levantaba.

Un mensaje hizo vibrar toda la mochila de Sunoo. Cuando lo vio se arrepintió de inmediato.

«Hola, Sunoo...»

«Nos vemos a las ocho, en mi departamento.»

-¿Quieres algo, Sunoo? – le preguntó Jungwon desde la cocina.

«En verdad estoy muy feliz de que vengas con nosotros.»

Sunoo se aclaró la garganta para responderle.

-No, estoy bien así.

Era su problema, podía resolverlo.

«Claro.»

...

¿Quién diría que una sola palabra lo sentenciaría para siempre?

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⏰ Última actualización: Mar 31, 2022 ⏰

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Déjà vu (Sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora