Capítulo 7

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Jungwon le contó todo. No dejó ningún cabo suelto.

Nadie sabría decir en un futuro si fue la peor o mejor decisión que se pudo haber tomado.

Pero Jake..., Jake no quería creerlo.

En cuanto Yang Jungwon dejó de hablar y el silencio se creó entre los dos, Jake respiró por un momento, con la mente en blanco, y poco tiempo después se dio la vuelta y se retiró a paso rápido de ahí.

Jungwon observó al castaño huir con pasos acelerados de ese lugar sin intentar decirle algo. Sabía que quería escapar de sus palabras.

Pero estas lo perseguirían y harían un hueco de duda dentro de su mente. Yang Jungwon no se arrepentía de habérselo dicho, Jake no podía seguir viviendo en una mentira.

El pelinegro sacudió sus pantalones por última vez antes de apresurarse a llegar a la facultad dónde se encontraba Sunoo. Una sonrisa de anhelo se formó en su rostro al pensar en él.

Ya comenzaba a extrañarlo, a pesar de que se habían visto esa misma mañana, y de que Jungwon nunca fuera a admitirlo.


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Jake se dejó caer en el suelo del baño algo húmedo.

Temblaba sin que se diera cuenta.

¿Cómo...? ¿Por qué...?

Jake le dio su amor, todo el cariño que podía haber en su corazón.

Así que no podía ser cierto, Sunghoon no le haría eso.

Recordó la forma en que su novio y su amigo se presentaron frente a él, enfrente suyo, con una sonrisa...

Jake apretó los dientes con fuerza. Había notado que Sunoo se comportaba un poco raro, pero jamás creyó que..., como podían mentirle así...

No creía que los dos le mentirían de una forma tan descarada. Porque si lo que decía aquel chico era cierto, entonces..., eso significaba que...

Jake mordió el interior de su boca con desesperación.

¿Por qué...? ¿Cómo...?

El ligero sabor a sangre lo despertó.

No tenía por qué ser cierto.

Soltó una risa nerviosa. Su único amigo y su novio... no, definitivamente no le harían eso.

Notó que sus manos temblaban, así que con una de ellas sujetó a la otra hasta que sus nudillos se volvieran blancos.

Claro que no le harían eso.

Jake no tenía por qué confiar en las palabras de ese pretencioso pelinegro. Seguramente quería atormentarlo -en un ataque de celos quizá – al ver su felicidad y lo mucho que lo quería su novio.

Ahora que lo pensaba, Jake lo había visto algunas veces yendo a traer a Sunoo..., quizá sus celos eran dirigidos hacia su amigo.

Siempre se veían tan cariñosos, así que debía advertirle a Sunoo la clase de persona que era en realidad. Su verdadera y maliciosa naturaleza...

Sí ..., pero de lo que Jake estaba seguro era que se trataba de odio.

Con la punta de su lengua, abrió la herida en su boca. El castaño estaba buscando inconscientemente algo que lo distrajera del hilo que se formaba en su mente, aunque no se diera cuenta.

Su novio no haría eso.

Porque si fuera cierto..., si lo estuvieran engañando todo este tiempo...

Déjà vu (Sungsun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora