4 castigados-03

39 6 0
                                    

—¿Liam eres tú? —de verdad esperó que sea Liam y no otra cosa, siento que lo que es se acercaba más por detrás —mira que a mi no me gustan éstos juegos.

—Ah no y, que te gusta entonces —pegue un brinco al sentir que me susurraban al oído y me rodeaban por detrás —linda.

—Idiota —una parte de mi ya sabia que era el y al confirmarlo me tranquilice, pero si el venia por detrás quien tumbo el libro que estaba más adelante, al parecer se cayeron dos —me asustaste, que gran amigo eres.

—No fue mi intención —río. Como me daban ganas de pegarle un cachetada para ver si se deja de reír de mi, enserio siempre se tiene que estar riendo cuando estoy con el. Sólo estoy bromeo —te estaba buscando.

—Si claro —nótese el sarcasmo —ya yo me perdí porque tu te quedaste y no quisiste venir —le dije jugando.

—Que culpa tengo yo que la niña se halla adelantado a tiempo récord —Sonreí al escucharlo. La verdad no podía estar rabiosa con el y bueno fue un poco de mi cúpula —vez, en tu mirada se te nota que siempre eres así.

Y... lo arruino.

—Humm dime, ¿tu conoces esta área? —suplique por dentro, no quería que nos perdiéramos —tu eres el que conoce más del colegio.

—No esta parte —lo miré incrédula —digo yo he entrado pero nuca a este sector tan alejado. No me gusta coger por acá, la verdad a nadie.

—Significa que estamos perdidos y solos en la oscuridad. Te imaginas que puede pasar —me dirigió una mirada pervertida alzando las cejas —deja de ser tan mal pensado —reí —me refiero a como vamos a salir.

—Lo sé pero sabes que te pones nerviosa —se acercó poco a poco —siempre eres así o yo te pongo así.

Yo solo me reí, tratando de no parecer nerviosa.

Liam seguía avanzando y el espacio se reducía más, hasta que choque contra un estante. Ahora si no podía retroceder más.

—No estaba  y ni mucho menos estoy nerviosa —dije sin que mi voz me delatara, la verdad era que si estaba nerviosa sumado al hecho de que su cara estaba a pocos centímetros de la mía, además no le voy a dar el gusto —te lo puedo asegurar.

—De verdad —su cara ya estaba a poca distancia e invadía mi espacio personal —yo no lo veo así.

Es que este chico esta loco así con lo poco que lo conozco lo puedo asegurar.

—¿Siempre eres así?.

—No, solo con las personas que quiero —nuestras respiraciones ya se mezclaban, por suerte y no se siguió acercando —y llegan a ser especiales.

—Te das de cuenta que me conociste apenas hoy —reí.

—Si lo sé pero me caíste bien.

Nuestra miradas se conectaron, su rostro se acercó más al mío. Mi mirada se dirijo a sus labios por un momento y luego la aparte, sentí sus manos en mis mejillas haciendo que mis ojos encontrarán los suyos nuevamente. En el momento que nuestras narices chocaron sonó la campana deshaciendo todo el momento.

—Creo que deberíamos irnos —reaccioné apartándolo con el brazo, podía sentir mis mejillas calientes —la clase siguiente comienza ahora y no debemos faltar.

—¡La hora! —saco su reloj —corre ya casi empieza.

Tomo mi mano y emprendimos en busca de la salida, luego de unos minutos la encontramos y bajamos las escaleras.

Vaya que rápido corre este chico de cosa y no me he matado o caído de los escalones ya que prácticamente voy a tropezones. Al final llegamos a la puerta y corremos al salón que queda en la otra punta.

—¡Rápido Lili! —Liam seguía jalando mi mano —ya casi llegamos.

—No pue…do m…s… —las palabras no querían salír de lo agitada que estoy. Paré un momento —que no puedo más.

-—Vamos solo un poco y ya llegamos.

—Esta bien.

Seguimos corriendo pero la velocidad que llevábamos nos hizo perder el control sobre nuestros pies, no podíamos frenar y lo peor es que estábamos a punto de chocar contra alguien y si, para nuestra suerte era él profesor de matemática. Miré a Liam quien trataba también de frenar y tampoco podía, todo paso tan rápido que de un momento a otro ya estábamos todos en el piso.

Y ahora como salimos de esta.

Hechizo de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora