17

35 5 17
                                    

La sala de espera del hospital se encontraba llena de chicas preguntando por la misma persona:

Lisa

Habían pasado al rededor 24 horas desde que había perdido la conciencia en aquel puente en el parque, aún no sabían la razón de su repentino desmayo, pero por sus antecedentes, la razón no podía ser nada bueno.

Una chica se diferenciaba de las demás, ella había pasado la noche entera junto a Lisa, había llorado y se había sentido culpable por lo sucedido, pero, ¿Cómo podría decirle a Lisa la verdadera razón por la que no podía estar con ella? Si bien el creer que no es suficiente para ella es en parte la razón por la que no están juntas, había otra razón, mas profunda y secreta por la que no podía estar con ella, la misma razón por la que años atrás había huido a Australia.

Se había jurado a si misma nunca contar lo que había sucedido, sabia que preocuparía a Lisa y daría problemas innecesarios que podía evitar, pero, ¿Qué tanto le estaba costando mantener ese secreto? La persona a la que mas amaba ahora la odiaba, la había herido y ahora estaba internada en un hospital sin saber la razón.

Ojalá las cosas fueran mas sencillas

Lisa POV

La oscuridad en la que me había sumergido comenzó a iluminarse, mostrándome una habitación decorada de manera antigua iluminada muy levemente por un foco al centro de la habitación.

Había imágenes pegadas por todos lados, imágenes de momentos de mi vida, desde pequeña en el orfanato, con los que fueron mis hermanos, con Jennie, Rosé y hasta de Jisoo y Nayeon peleando; toda mi vida estaba pegada en las paredes. Había unas cuantas ventanas en el cuarto, pero los vidrios estaban tapados con periódicos.

Sobre la cama había unos cuantos peluches que me era extrañamente conocidos. Había un sillón en el centro, cubierto por Rosas rojas, azules, amarillas e incluso moradas, una mesa al lado de este sostenía un teléfono antiguo amarillo, igual que una cámara antigua.

Las luces se apagaron dejando la habitación a oscuras, un pequeño rayo de luz entraba por un pequeño hueco de la ventana, iluminando a alguien sentado en el respaldo del sillón anteriormente vacío.

Las luces volvieron y pude ver a la extraña figura sobre el sillón:

Rosé, con un vestido morado claro, sostenía el teléfono y me miraba sonriente. Su cabello estaba medio recogido con dos medias coletas de cada lado, con un moño morado en cada una.

La miré y ella sonrió de nuevo, tomó una rosa del sillón y la aventó cuidadosamente hacia mi, la tomé antes de que esta tocara el piso, mi dedo se pinchó con una espina, una pequeña gota de sangre salió de la pequeña herida, levanté mi vista hacia Rosé de vuelta, pero ella ya no estaba sentada en el sillón, ahora se encontraba de pie, mirando hacia una puerta que yo no había notado antes.

Caminó lentamente hasta la puerta y la abrió, dejando entrar una luz cegadora que venia del otro lado de la puerta.

No podía ver lo que había detrás de aquella puerta, además de luz y lo que parecía un cuarto completamente blanco.

Rosé entro a aquella habitación, se dio la media vuelta y extendió su mano hacia mi. Caminé hasta estar frente a ella y sin dudarlo tomé su mano, adentrándome en aquella luz cegadora.

Seguí caminando hasta que en algún punto la manó de Rosé dejo de sostenerme y un dolor de cabeza intenso acompañado de voces lejanas llegaron como un golpe; cerré los ojos un segundo y cuando volví a abrirlos en lugar de la habitación llena de luz me encontré con la cara de Jisoo frente a mi.

-Está despertando!- exclamó esta emocionada

-Lisa!- alguien más a su lado gritó, abrazándome fuertemente.

El sonido del silencio (Chaelisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora