3. Claudia

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VERO

Llevo despierta un rato mirando al techo, cuando escucho una puerta abrirse y unos pasos acercándose de los que supongo que serán lo de Daniel, ayer no durmió aquí.

-Hola- digo

- Buenos días, perdón por despertarte- dice mientras se quita los zapatos.

- ¿Dónde estabas ayer? O mejor dicho ¿Dónde dormiste?- de donde salieron esas palabras, tierra trágame, por favor

-Emmm.... He dormido fuera. ¿Qué tal has dormido? - dice evitando la pregunta y por supuesto cambiando de tema.

-Ah, bien, he dormido bien- no me debería de importar saber dónde ha dormido.

Me levanto de la cama y me voy a ducharme y a ponerme el bañador, para luego irme con Daniel a desayunar con los demás. Y en el ascensor como siempre se nota un tenso silencio, que para mi sorpresa se interrumpe no de la forma que esperaba, es decir, que no me pregunto ninguna gilipollez, sino algo que debería de saber, si claro, no se hubiera ido con sus amigos

- ¿Qué paso al final con lo del buceo?

-Contratamos para el lunes que viene

Y otra vez al silencio. Cuando el ascensor se abre después de nuestra larga y detallada conversación (noten mi ironía) nos reunimos con los demás.

- ¿Qué tal con tus amigos? - pregunta Richard, el padre de Daniel cuando ya todos estamos desayunando

-Bien, gracias por dejarme ir- contesta

- ¿Llegaste a tu hora? -

-Emmm...- se queda pensando que contestar, claramente no llego a su hora

-Por lo que veo no-

A partir de este momento Richard empieza a sermonearle durante casi todo el desayuno.

-Richard, ya vale, solo se fue a divertir con sus amigos. O tú no te acuerdas de lo que tu hacías con los tuyos o mejor, a qué horas llegabas.- defiendo Amelia a su hijo

-Claro que me acuerdo, y por culpa de eso, acabe haciendo muchas locuras que me trajeron problemas, sobre todo con mi padre.

Durante este tiempo solo hablaban ellos tres los demás nos quedamos al margen. Cuando ya todos terminamos de desayunar nos subimos a los coches y nos vamos a la playa. Bajando unas escaleras del exterior del hotel damos a un del mar menor, pero tiene poca profundidad, y nos apetecía ir otra vez a donde fuimos ayer.

Los chicos se han ido a bañar y yo me quedo con Amelia y con mi madre para hablar de nuestras cosas.

Mi madre se fue a bañar un rato después de esta tomando el sol.

- ¿No volvió hasta hoy por la mañana? Verdad- me pregunta Amelia

Esta pregunta me ha pillado por sorpresa- ¿Qué? -

-Que Daniel no llego hasta hoy por la mañana, ¿no? -

-No quiero meterlo en problemas, pero creo que usted ya lo intuye-

-Durante su intercambio en Estados Unidos, tuvo muchos problemas, se juntó con la gente equivocada, y acabo entrando en el mundo de las peleas ilegales. -

-No entiendo por qué me cuenta esto-

-Solo quiero que le protejas, he visto cómo te mira- dice

Durante ese momento me quede escuchando una y otra vez esas palabras cargada de preocupación, amor y sobre todo ¿esperanza?

<<¿Qué cómo me mira?

Pues con los ojos ¿cómo crees tú?>>

Bueno, por lo menos sabes más de él.

Compartiendo AlmohadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora