HIJOS DE LA MAFIA |PAUSADA|

6.- "Dolor"

Las rodillas de la azabache se friccionaban con dureza contra el cemento provocándole una serie de heridas en ellas ; su cuerpo yacía tendido hacia adelante con ambos brazos alzados  manteniendo todo el peso casi muerto de su cuerpo.

Había perdido la noción del tiempo y espacio después de recibir varios azotes en su espalda y la parte baja de esta; el primero fue el más doloroso, sintió como aquel látigo se deslizaba con ímpetu sobre su piel desgarrándola -aunque solo fue por un segundo- el dolor se extendió con ferocidad calando hasta lo más profundo de su cuerpo.

Lo último que recordaba con total lucidez era su espalda ardiendo como el mismísimo infierno y un liquido caliente deslizándose a través de su cuerpo para caer contra el piso.

Todos los miembros presentes se mantenían en silencio bajo expectación al ver como la sangre se deslizaba poco a poco a través del blanquecino cuerpo hasta llenar los espacios tallados en el suelo recorriendo todo el sello de Baphomet.

Ahora era el turno del último miembro quien acepto el látigo de cuero trenzado; su estilo medieval se concentraba en los detalles prolijos que detallaban sobre el mango y la cuerda dorada que colgaba en él. Armin trataba de mantener su compostura al igual que los demás, pero cada vez que escuchaba el sonido del látigo contra el delgado cuerpo de la chica sentía unas inmensas ganas de vomitar; mentiría si dijera que antes no ha estado implicado en alguna clase de tortura para sacar información a sus contrapartes, de echo, su táctica solía ser mentiras por verdades. La mente humana es maravillosa en todos sus sentidos y por años ha estudiado la magia de leer los cuerpos y aquellas palabras que morían antes de atravesar los labios sin necesidad de aplicar un daño físico.

Sin embargo, ver los rostros expectantes y sedientos de más solo le hacía pensar que esto no era una excusa para castigar las acciones mediante una tortura sino un juego que satisface aquellos recónditos lugares oscuros que poseían los miembros Di Capi.

Apretó los labios con firmeza cuando el hombre alzo el mango sobre su cabeza y lo dejo caer con una fuerza abrumadora contra la espalda de la chica, que se encontraba en un rojo ardiente y completa de sangre. El choque fue inmediato, pero el sonido caló en todos los lugares del salón creando un eco agudo. Armin entendió que se había desmayado al no escucharla gritar del dolor como lo hizo anteriormente.

-Lámed, Vav, Yod, Tav y Nun están completándose -anuncio Darius con beatitud- Baphomet estará completo esta noche.

Willy Tybur destrabo las cadenas que sostuvieron a la chica por más de una hora seguida dejándola caer rotundamente contra el piso sin delicadeza golpeando su cuerpo  contra el suelo. Armin sintió la necesidad de ir, pero se frenó al instante ya que solo se encontraba en ese lugar para representar a Eren ante la comisión y hacer valer su voluntad en ausencia de este, no tenía derecho alguno dentro del lugar.

Mikasa se encontraba tendida fuera del sello de Baphomet a menos de 50 centímetros del borde circular que contenía la estrella de David con el rostro del carnero en su interior, con las cinco puntas apuntando a las palabras que otorgaban el inicio de la alabanza.

- ¿Morirá? -preguntó Armin neutralmente a kyomi quien se posiciono a su lado - 

- No lo hará - musito en voz baja - tu jefe tendrá que conformarse con la sangre derramaba para Baphomet, los miembros vivimos bajo sus alas y él deberá aceptarlo si será el décimo. Es un ritual que pocas veces tenemos la dicha de realizar -informo- espero no intervengas, sino el siguiente serás tú.

La sonrisa que emanaba de su rostro reflejaba la oscuridad de su alma. Carecía de sentimientos y empatía, ni siquiera mostro algún tipo de emoción cuando azotaban a la chica. Armin recordó las palabras de Eren cuando le hablo por primera vez de la mujer Fría, Cruel, Astuta y Traicionera que era Kyomi. Pocas palabras para definir demasiado según su percepción.