Kaoru se miró al espejo con fastidio, no había empacado ropa para ir tres días de viaje por una montaña a acampar, así que Kojiro amablemente le ofreció usar sus camisas viejas, esa era la razón por la cual casi podía ver uno de sus hombros y sus manos estaban cubiertas, por suerte Oka tenía pantalones deportivos o habrían tenido un gran problema. La camisa que llevaba era celeste y, a pesar de estar limpia, seguía teniendo el aroma de Kojiro, era agobiante, pero, a la vez, se sentía tan familiar, después de todo no era la primera vez que vestía una camisa de su ex esposo. Miró de reojo hacia la puerta antes de lentamente agarrar el pecho de la camisa llevándoselo a la nariz, cerró sus ojos y olió, las lágrimas no tardaron en salir junto a un recuerdo de Kaoru despertando una mañana en los brazos de Kojiro. Con mucho cuidado se secó las lágrimas intentando no mover sus lentes de contacto, no podía dejar que lo vieran así, tenía que ser fuerte, definitivamente no tenía suficiente sistema nervioso para todo lo que se avecinaba. Dio un largo suspiro antes de amarrarse el cabello en una coleta y salir, después se dirigió a la sala de estar encontrándose a Kojiro con un cuaderno en su mano y un lápiz, estaba chequeando las cosas que llevarían al campamento, a sus pies había un saco de dormir.
-Estoy listo -, anunció, el peliverde le dedicó una corta mirada antes de seguir trabajando en su cuaderno, pero su mirada regresó igual de rápido a Kaoru, su labio tembló como si intentara decir algo y sus mejillas se tiñeron suavemente de rojo.
-Tú... um... -, balbuceó sin apartar sus ojos de Kaoru, mirándolo de pies a cabeza. -No te... ves tan mal.
-Voy a ignorar ese comentario -, respondió el pelirrosa intentando sonar molesto y sintiendo como el calor subía a sus mejillas rápidamente. -Iré por mi mochila -, dijo dirigiéndose a las escaleras, Kojiro lo siguió con la mirada hasta que ya no pudo verlo.
-¡Koji! -, gritó una voz afuera de la casa, Joe seguía observando el lugar donde Kaoru desapareció. -¡Koji, amor! -, gritó de nuevo, esta vez sonaba más enojada, Kojiro rápidamente tomó el saco de dormir y salió, encontrándose con Miki.
-Hola, Miki -, saludó intentando darle un beso, pero ella lo apartó. -¿Qué ocurre?.
-¿Qué es esto? -, preguntó señalando el jeep con mochilas.
-Bueno, los chicos y yo nos iremos de campamento -, explicó con una pequeña sonrisa fácil.
-¿Campamento? -, repitió Miki sorprendida. -¿Cuánto tiempo? -, preguntó.
-Bueno... -, murmuró, sabía que sus siguientes palabras harían estallar a su prometida. -Tres días.
-¡¿Tres días?!, preguntó gritando alterada, no pudo evitar sonreír al ver que reaccionó exactamente como esperaba. -¿Qué se supone que haré en tres días? ¿Tejer? ¿Aprender a pintar? -, preguntó enojada mientras su prometido guardaba el saco de dormir en el jeep.
-Cariño -, dijo Kojiro con calma. -La situación no es tan simple.
-¿No es tan simple? -, repitió completamente enojada. En ese momento Kaoru salió de la casa, soltó un suspiro al ver a Miki y se dirigió hacia ellos lentamente. -¿Qué hace él aquí? -, preguntó Miki indignada al ver al pelirrosa.
-Parte del trato es que los cuatro vayamos -, explicó Kojiro apoyándose en el vehículo, intentando no mirar al pelirrosa en su ropa.
-¿Ahora son una familia feliz? ¿Después de qué? ¿15 años? -, preguntó acusatoriamente.
-12 -, corrigió Kojiro tranquilamente.
-¿Los cuentas?.
-Buenos días -, interrumpió Kaoru suavemente. -¿Estás bien, Miki-chan? -, preguntó con cortesía, Kojiro ocultó una sonrisa bajo su mano al verlo actuar así, no necesitaba conocer a Kaoru desde los 15 años para saber que no le agradaba su prometida.
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Juego De Gemelos [a.k.a The Matchablossom Trap]
FanfictionCuando Reki le rogó a su padre para que le dejara ir a un campamento a Estados Unidos, el esperaba hacer skateboard, conocer gente genial y divertirse. Pero nunca esperó conocer a un molesto chico pelinegro que disfrutaba meterse en sus asuntos. ¡¿Y...