Lindo brazalete

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Amalia

Casi sobre la hora, llegué a la clase de historia perdida en mis pensamientos, intentando coordinar cada paso que daba. Fran suspiró al verme entrar.

-Pensé que no vendrías, seguro Tanner te estuvo torturando, sus actitudes van a terminar por agotarme -observó sus uñas confirmando que estén prolijas con la típica expresión de mujer mayor que todo lo cuestiona.

-Su afecto no es una tortura, Coco, aunque en este momento no me gustaría recibirlo -terminé de acomodarme en el banco-. Y... en realidad no estaba con él -tragué saliva mientras intentaba evitar su mirada.

Sus ojos me observaban demostrando confusión y curiosidad pero no podíamos seguir hablando, el profesor ya estaba dentro.

Durante esos 50 minutos solo podía pensar en, bueno, «¿Cómo llamarlo? Está bien, Ron, solo por ahora». Me intrigaba saber más de él, ¿De qué colegio venía?, ¿Con quién vivía?, ¿Por qué estaba aquí?. Demasiadas preguntas cruzaron por mi cabeza, no presté atención al profesor en ningún momento.

Mientras mascaba chicle, recordé un pequeño detalle que me hizo tragarlo y asfixiarme por un momento. Él y Tanner estaban en el mismo lugar, juntos. «¿Estarán hablando?, en caso de que sea así, ¿Cuál sería el tema de conversación?; ¿Estarán incómodos?, ¿Ron se sentirá bien?. Es decir, es su primer día en un colegio nuevo, puede ser complicado». No podía hacerme más preguntas, solo porque la imagen de ellos a punto de golpearse cruzaba por mi cabeza constantemente.

Para cuando puse los pies en la tierra, ya no quedaba casi nadie en el lugar, la campana había sonado.

-¿Ahora me dirás por qué estuviste así toda la clase? -preguntó mi amigo.

-¿Cómo?.

-Mirabas a la nada haciendo gestos raros con tu rostro, parecía que estabas en otro lugar.

-Es... Es él -no quería salir del salón por miedo a encontrarme con un pelirrojo sangrando.

-Agradecería que fueras más clara.

-Ron, me habló, besó mi mano, lo llevé hasta su salón y me acarició frente a Tanner -mi amigo no entendía nada pero yo pensaba que sí.

-Claro, Ron... -enfatizó con sarcasmo-, ¡¿Quién es Ron?!, ¿Un beso? -estaba sorprendido y confundido-. Amalia, contexto por favor.

Le expliqué todo lo que pasó detalladamente mientras íbamos en camino a la cafetería, intentando no confundirme por lo rápido que soltaba las palabras. Al entrar pasamos por las expendedoras, como siempre, desde nuestro primer receso juntos, compramos cheetos y jugo de pera.

Ya en nuestra mesa, empezamos a comer, yo seguía pensando en los chicos, tal vez un poco más en el colorado, ya que era "el nuevo", tal vez no se sentía cómodo, tal vez las chicas ya lo estaban acosando como acostumbran hacer.

-¿Sigues pensando en ellos?.

-¿Es demasiado obvio? -casi no me preocupo en disimular, no cuando estando con Fran.

-No te preocupes, seguro está todo bien.. -dejó de hablar y sus ojos señalaron algo detrás de mí.

Mi novio venía hacia nosotros con sus amigos acompañándolo, Tom y Matti. Ellos siempre están juntos, en el colegio, fiestas, partidos; probablemente hasta se bañaban al mismo tiempo.

-Hola viejo -Tanner saludó al rubio sentado frente a mí, el cual solo respondió de mala gana con un movimiento de cabeza y una fría sonrisa de lado.

-¡Aquí está la chica de Tae! -odiaba a Matti cuando me llamaba de esa manera, yo no era de nadie.

-Hola Mali, ¿Qué tal? -Tom se acercó para saludarme con un beso en la mejilla y se quedó a mi lado. Él empezó a decirme Mali cuando íbamos en segundo de primaria, es un apodo que amo.

Aquello Que Nunca ImaginamosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora