𝐋𝐀 𝐏𝐔𝐒𝐇, 𝐍𝐄𝐖 𝐌𝐎𝐎𝐍

chapter seven

chapter seven: discusiones y reencuentros
or las mellizas swan no pueden tener más mala suerte
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BETH YA HABÍA PASADO por eso dos vez antes, primero con Sam y los chicos, y después con Embry, solo que ahora sabía que si acababa igual que antes, no se iba a recuperar.

Jake no contestaba sus llamadas desde lo del cine, lo cuál le extrañó porque siempre que daban las doce de la noche se mandaban fotos de cachorros de animales, para dormir con algo bonito en la mente.

Llevaba varios días sin un cachorro en la pantalla de su móvil, y eso la preocupó.

-¿Crees que nos dará de lado?-Preguntó Bella sentada junto a su hermana.

Beth la miró, ¿por qué los chicos de Forks se habían empeñado en romperles el corazón una y otra vez?

-Espero que no Bella, no entiendo que ha pasado.-Dijo la chica levantándose de la cama.

-Igual está enfermo.-

-¿Tú crees?-Preguntó Beth un poco ilusionada.

Bella se encogió de hombros sin saber qué decir realmente, ¿había alguna palabra que pudiera mejorar la situación actual?

-Oye, Florida está bastante soleado durante esta época.-Dijo Beth en un susurro.

-¿Crees que escapar de aquí solucionará algo?-

-Al menos podemos ponernos morenas mientras nos deprimimos.-

Bella sonrió levemente, admiraba la fortaleza de su hermana, la admiraba con todas sus fuerzas, porque a pesar de todo el daño que albergaba su corazón, Beth había sabido cómo manejar el dolor.

-No sé qué hacer.-Dijo Bella frotándose las piernas con una mueca triste.

Beth miró a su melliza antes de coger las llaves de la camioneta y tirárselas a su hermana mayor.

-¿Esto es un tipo de adivinanza?-Preguntó Bella mirando a la rubia.

Beth rodó los ojos soltando una risita tonta.

-Sí, pero no te preocupes, te hago spoiler, si Jake no viene vamos nosotras.-Afirmó la chica.

-Beth...-

-No hay ningún "Beth" con voz de chica deprimida, no vamos a dejar que todos los hombres nos hundan en la miseria, vamos a controlar nuestras vidas.-

-No creo que sea buena idea ir.-Dijo Bella suspirando

-Como melliza alegre y vital de ambas, he decidido tras un breve segundo que debemos ir.-

-¿Y si él no nos quiere?-

-Bella, comienzas a hundirme a mí también, por favor mueve el culo.-

Cogió el brazo de su hermana y tiró de ella hasta la camioneta donde se subieron en silencio.

Beth prendió la calefacción, aún llevaba la estúpida sudadera de Embry, pero la había rociado con su colonia así que ahora olía a su perfume de vainilla, no a ese idiota al que seguía queriendo.