𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝟰: ¡αмαrɢαdo!

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Narra Mari

La llamada de Azul y su llanto por suerte Nam había hablado con el chico que ayudó a Azul les dio instrucciones. Suga se ofreció a llevarme, no con muchas ganas pero, lo hizo en su automóvil.

Mari: es genial tu cabello azul. —Dijo Mari para cortar la tensión en el auto.
Suga: ajam. —Solo gruño su mirada parecía sumida en el camino. Mari se quedó callada mirando al camino cuando de pronto un perrito salió corriendo.
Mari: nooo! —Grito Mari, al ver que casi arroyaban al pobre perrito.
Suga solo freno provocando que el auto chocará contra un árbol, Mari cerró los ojos al sentir el movimiento fuerte, un auto también los golpeo haciendo que el carro quedara aun lado de la calle. Al abrir los ojos la mano de suga me había protegido, lo mire y tenía algunos golpes, el sabor a sangre en mi boca, quite el cinturón y me gire para mirar a Suga.

Suga: Mari ¿puedes moverte? —pregunto suga adolorido y preocupado en su tono de voz.

Mari: si... ¿Y tú? —Cuestionó Mari, para abrir la puerta y salir del automóvil. Corrió hacia la puerta del conductor para ayudar a sacarlo del auto.

Suga: estoy bien. —Dijo con cierta frialdad, suspiro suga para sacar el teléfono. - Maldición. - soltó, solo lo mire extrañada. - me quedé sin batería. - guardo el teléfono y froto su frente.-

Mari: podemos caminar... Hacia la casas de allá para poder pedir ayuda. —sugerí algo adolorida pero con una sonrisa al ver que el perro esta ileso. —mira ahí están los dueños del perro. - Los dueños saludaron a Mari. Ella tomó la mano de Suga, y camino hacía el otro lado del caminó, cuidando de no morir al cruzar.

Los dueños ayudaron con un botiquín para curar las heridas y luego Suga hizo unas llamas. Parecía mal humorado, aún seguía usando el smoking del día pasado. Los dueños ofrecieron comida, Suga salió a comer a fuera bajo un árbol, estaban rodeados de naturaleza ya que Suga había usado un atajo para llegar a donde se encontraba Azul lamentablemente las cosas no habían salido como deberían. Mari Tomo una botella de agua y salió para entregársela a Suga.

Mari: Lamento esto. Lamento todo en verdad. - Dije estirando la botella hacia el chico del cabello azul.

Suga: No te preocupes, estoy bien... No es tu culpa, no iba a dejar que nada le pasara al perro. Yo acepte hacer este favor a Nam. Le debo mucho y es lo mínimo que puedo hacer y lo hice mal —dijo tomando la botella para mirar hacia el piso, con cierta pesadez Suga. —

Mari: a veces las cosas salen mal, bueno a mí siempre me salen mal. Creo que tengo una maldición. —Dije intentando hacer reír a Suga, pero nada pasaba el seguía mirando al piso con cara de pocos amigos. — me ofrecí a venir contigo porque nunca sé que decir, arruinamos de alguna forma el día más feliz de Luna, además que por el llanto de Azul quizás hasta un trauma le hemos creado, acepte venir porque nunca sé que decir, suelo ser imprudente o torpe en los momentos menos adecuados. Piensan que no me tomo las cosas enserio pero la realidad es que nunca se cómo expresarme. —confesé ante suga sentándome de golpe a su lado.

Suga: creo que justo ahora dijiste lo adecuado. —Dijo algo bajó, se levantó para abrir la botella y tomar agua, Mari se quedó mirándolo con atención, las mejillas de Mari se sonrojaron por completo, se puso de pie de golpe haciendo que Suga se echara el agua encima.

Suga: ¡¡¡¡qué demonios!!! - exclamo Suga enojado con la camisa mojada y la cara chorreada de agua. - ¡eres una torpe!

Al escuchar aquella palabra hizo que Mari se enojara. Tomo la botella que aún tenía agua y se la arrojo por la cabeza.

Mari: no me vuelvas a llamar torpe, quien te crees ogro amargado. - Dije con sumo enojó, arrojándole la batalla vacía hacia el pecho de suga. - ¡y yo embobada por tu hermosura pero eres un tonto! - menciono Mari, con las mejillas rosas hirviendo de enojo, alejándose de él comenzando a caminar.

Suga: a dónde vas... - Grito suga por detrás de Mari que caminaba aun lado de la carretera.

Mari: Me largo, lejos de ti. —Grite con fuerza, dando grandes pasos.

Mari caminaba por un costado de la carretera y Suga la seguía detrás de ella, suspiró con pesadez y se adelantó Suga, para mirarla. Negó y enseguida sin pedirle permiso la cargo como si se tratara de un costal.

Mari: bajame! Ogro amargado. —Movía sus pies Mari gritando. — ayúdeme!

Suga: cierra la boca princesa torpeza. —dijo burlón Suga para seguir caminando de regresó al donde estaba el automóvil.

¿?: Que lindos se ven.

Suga: callete Hoseok - Dijo Suga para bajar a Mari.

Mari: Disculpa ¿Tú quién eres? —Dijo algo confundida Mari. Señalando al joven.

J-Hope: soy el que viene a su rescaté, soy el primo de Suga. Me llamo Hoseok me conocen como j-Hope. - estiro su mano hacia la chica para jalarla hacia él y abrazarla. - ¿por cierto porque te cargaba? Yoongi no suele ser tan amoroso con nadie.

Mari: Este ogro, solo... El... Pues... - Intentaba buscar una excusa de porque había querido huir de él, pero en mi cabeza el hecho de que me llamara torpe después de que evito matar a un perrito, me protegió de los daños con sus brazos y me hizo sentir mejor. —

Suga: Quería huir de haberme tirado el agua encima... —Suga excuso para hacer hacia atrás su cabello. - nos podemos ir. El seguro se encargara de mi auto. - Suga pasó a un lado de Mari y de J-Hope caminando hasta el auto nuevo.

J-Hope: se nota que le gustas. —Mencionó Ho-Seok. Para pellizcar la mejilla de Mari.

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