Capitulo 9

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||Estevan/Cihangir||

Dobló las telas y acomodo las almohadas del diván en los aposentos de el príncipe Selim, otra cosa que agradece era que el príncipe sea muy ordenado, y no le da tanto trabajo en cuestiones domésticas.

— Cihangir Aga — Lo llamo uno de los aghas en la puerta.

Es Estevan.

Se giro a verlo dejando su labor.

— ...Hasan —.  Camino hacía él — ¿Qué ocurre?. — Lo miro y este le entregó un Caftan.

Un poco confundido tomo el Caftan.

— este es el salario de las cosas de nuestro príncipe y lo que dice abajo; es la cantidad que se gastara en los nuevos aposentos del príncipe Berat y la sultana Atike, el príncipe me dijo que en el caso de que no estuviera te lo diera a ti.

Los observó por un momento, la manera de gastar era regulada a diferencia de todo de lo que el sultan solía gastar en sus placeres, lo que le era preocupante era lo que se gastaría en los nuevos aposentos, no sabe el tipo de administración  o a que mercader solían recurrir para hacer los gastos además uno de los problemas principales era que sus aposentos estarían conectados con los de Selim.

— ¿Por qué el príncipe ha tomado ésta decisión aga? — interrogó alzando su cabeza para mirarlo.

— Tú deberías saberlo eres su aga de confianza — Le respondió con indiferencia — Ha... por cierto, el príncipe Berat quiere que lo acompañes con Nurbanu sultan —antes de marcharse dejándolo con la palabra en la boca.

Apretó los labios. Se suponía que debía servir solo a Selim. Aun le quedaba cosas por hacer en cuanto la correspondencia, comida y administración con el príncipe.

Estevan rodo los ojos, al parecer no era una novedad que el no llevarse bien con los demás Agas. La envidia de los agas lo enfermaba, en cuanto volvió a sus habitaciones lo miraban con rabia y otros con asombro, ya que... fue el único que salió vivo de las garras de el sultán y lo acusaban por la muerte de Kurkut.

Acomodó las ultimas telas y salió a los (Por ahora) aposentos de Berat, camino por unos minutos y trago duro, retiro su mirada apretando su mandíbula; Bayaceto mirándolo con despreció. Solo trato de pasar de él agachando la cabeza con una pequeña reverencia de mala gana, sin embargo un fuerte agarre lo detuvo y lo hizo retroceder con brusquedad.

En aquel momento se sintió en blanco de sus maldiciones de la envidia y solo faltaba formalizar lo que aún no se rumoraba. Bayaceto se aparto de sus agas y se acerco a él.

— ¿Quién te crees para pasar de mi así? — le preguntó con desdén — No eres nadie para si quiera hacerlo de mala gana.

Resoplo.

— ¿De donde vienes pequeña rata?.

Apretó los dientes y hizo su mejor esfuerzo para no dejar en visto su molestia. Se puso firme con mirada inexpresiva, esto solo logro enfurecer a Bayaceto desde sus adentros.

— Su alteza no recuerdo cometer ninguna falta hacía usted — replicó.

— Hablarme así; es una, no eres nadie.

— hay un dicho en mi tierra...

El cual te queda muy bien, Sehzade.

Los príncipes no se hacen respetar  simplemente por el titulo, y un rey no nace con la corona puesta, se la gana con audacia. — le susurró — Espero lo comprenda.

AKRAM | el inocenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora