Falsa infielidad

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Estampo con fuerza la puerta de su despacho y se tiró con rudeza en la silla negra acolchonada, rezongando entre por la reciente pelea con su esposa.

- | ¿¡De que mierda estaba hablando!?| -se preguntó mentalmente posando su mano en su frente. Pensando de que diablos hablaba e inculpaba su esposa con supuestas pruebas-

--°--

Llamo repetidas veces su nombre por el celular. Jadeo al escuchar un golpe seco, de un cuerpo chocar contra el suelo, Agarró sus cosas y dejó plantada a esa mujer chillona que lo hostigaba.

- ¡Sango! ¡¡Sango!! -gritó alterado corriendo por los pasillos blancos de ese hospital-

- ¿InuYasha? -llamó la castaña sorprendida mirando como corría y llamaba a gritos su nombre-

- ¡Sango! -gritó por última vez y se acercó a ella jadeando- ¿Qué le paso a Kagome? -preguntó alarmado-

- InuYasha -nombró en un suspiro delicadamente pero sus rasgos se hicieron duros-

¡¡PLAFH!!

El golpe, seco y ruidoso, entre su mano y el rostro del platinado sorprendió a todos alrededor. Pero sobre todo al ambariano.

- ¿Pero que...? -se calló y se tocó su mejilla adolorida mientras giraba su cara a la castaña- Sango, ¿porque...? -trató de hablar pero el chillido de advertencia de ella lo calló-

- Eres un desvergonzado -siseo y los ojos ámbar se abrieron más- ¿Cómo fuiste capaz de hacerle eso a ella? A Kagome. ella... Ella..... -murmuró perdida bajando el tono de su voz en cada palabra- Tu le fuiste, tu la.... -volvió a murmurar decepcionada-

- Sango, ¿de que..... -

- ¿Esta el esposo de la Señora Taisho? -pregunto una voz gastada-

- ¡Soy yo! -gritó olvidándose de la castaña y enfocándose en el diagnostico de como esta su mujer-

- Su esposa tiene que reposar y no hacer actividades o cargar cosas pesadas -informo mirando las hojas-

- ¿Porque? ¿Le paso algo malo? ¿Esta enferma? ¿Se lastimó? -pregunta tras otra pregunta preocupada salía de la boca del platinado-

- ¡Jaja! -se rio gracioso el doctor- No se ofenda joven -le dijo al ver su seño arrugado- No tiene nada malo, pero felicitaciones por crear a su hijo o hija -le felicito dándole palmaditas en el hombro derecho al hombre- Cuídela bien señor -fue lo último que dijo y se fue-

El platinado entró rápidamente a la fría habitación donde esta su esposa postrada en la cama, mirando a la nada.

- Yo te confíe a mi amiga, InuYasha.... -susurró- Y tu la estas destrozando con mentiras y falso amor... -lloró y se cubrió el rostro dejando que lágrimas traicioneras empañen sus manos y mejillas-

Miro con detenimiento a su frágil esposa mirando a la nada, y sus dos manos acariciando su vientre.
Sonrió como un tonto y beso la frente de ella sacándola de su soñación.

- ¿Cómo estás, Kag? ¿Qué te sucedió? ¿Fue él de vuelta? -pregunta, tras otra pregunta preocupante salía de la boca del platinado-

La azabache observaba atenta a su esposo y cada pregunta que le hacía. ¿Él fue capaz de hacerle eso? No, no. Él prometió serle fiel y ella confiare en él.

- ¡¡Mgh!! -gimió el hombre en sorpresa al sentir el beso posesivo de su esposa en sus labios-

El platinado correspondía gustosamente disfrutando de ese sabor adictivo y aspirando ese olor a flores tan pegajoso en sus fosas nasales.

El Amor es Estúpido [FINALIZADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora