|¿Sobrevivir?|
Esta historia empieza por el final. Curioso, ¿No?
"¿Por qué con el final?" Te preguntarás.
La respuesta es simple: porque todos conocen el final.
Ese final tuvo lugar en el Hangar de los Exisals de la Academia Saishu. Todos los acontecimientos principales sucedieron ahí mismo.
Sucedió durante aquel tiempo en el que Kaito Momota y Kokichi Ouma estuvieron en ese lugar: Kaito encerrado en el baño y Kokichi haciendo de las suyas.
*
Diversos azotes contra aquella puerta metálica resonaban en la habitación exterior.
La puerta retumbaba por cada nuevo golpe que le era asentado por el astronauta definitivo, quien daba todo de sí con tal de abrirla, siendo su décimo intento en las últimas dos horas transcurridas.
—¡Joder, Ouma! ¡No me puedes tener aquí todo el día! —Gritó, alterado
Por no recibir respuesta, subió ambas manos para seguir golpeando la puerta. Sus puños estaban rojos de tanto golpear aquella pieza laminada que impedía su salida.
—Ahorra tus pocas fuerzas, Momota-chan —contestó su ajeno en un tono socarrón. El hecho de que hablase hizo que el antedicho parase de golpear la puerta con la intención de escuchar lo que iba a decirle—. ¿Crees que no lo he notado? —Resopló con gracia.
El líder supremo definitivo no era ninguna clase de tonto al que pudieran mentirle fácilmente; mucho menos ocultarle algo.
Había estado prestando atención al joven de cabellera morada luego de haber escuchado sus quejas y el cómo tosía de tal forma que parecía desgarrarse la garganta. Le fue fácil notar el tiempo que ocupaba para recuperar sus fuerzas, así como que sus golpes disminuían de fuerza cada poco.
No estaba seguro de que era lo que tenía, le preocupaba que se estuviera suicidando o algo por el estilo, pero era consciente de que ese chico podía ser estúpido, pero era de las personas que nunca se quitarían la vida.
—No sé de qué hablas, pero en cuanto salga de aquí juro que te voy a dar un puñetazo más fuerte que el que te di en el comedor. —Amenazó con burla, recordando cómo había hundido su puño en su mejilla en aquella situación. No era que le agradase andar por la vida golpeando gente, pero sentía que aquel chico se lo buscaba.
—Hablo en serio, Momota. Cierra tu maldita boca por una vez en tu vida. —Gruñó con rabia.
El simple recuerdo le enojaba y no estaba para soportar que su compañero se burlase de él de aquella manera, mucho menos si era con tal de amenazarlo.
La respuesta a sus palabras fue un silencio, seguido por el ruido seco de como Momota tosía, desgarrándose la garganta.
Kokichi apretó la mandíbula, nervioso. Miró de reojo la puerta, escuchando como el otro tosía desesperadamente, como si le faltase el aire. Estaba a poco de levantarse de donde estaba para abrir la puerta y revisarlo, pero escuchó el cesar de su tos.
Suspiró, aliviado. No quería hacerse cargo de un muerto; sobre todo si no hacia su plan primero.
—Qué amable. —Decidió decir en un tono socarrón.
El astronauta limpiaba su boca con el papel del baño, irritado por lo dicho por el otro. Solo rebuznó y bajó la mirada al papel; el olor metálico se hizo presente de forma tenue mientras que el color rojizo de la sangre se impregnaba con lentitud en el papel.
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¿𝓢𝓸𝓫𝓻𝓮𝓿𝓲𝓿𝓲𝓻?「ᵒⁿᵉ-ˢʰᵒᵗ」
Fanfiction|Libro terminado| Las promesas suelen hacerse cuando sabes que puedes cumplirla, pero nuestros dos involucrados no sabían las malas vueltas que les daría la vida. Eran una dulce historia de amor. ¿Por qué se fracturó por una ficción, por un entreten...