Rescate Real

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Disparar, esquivar, golpear, disparar, esquivar golpear.

Todo eso me estaba dejando totalmente agotado. Ni si quiera podía pensar en como debía sentirse Isbelle, sobre todo porque con ella se alteraban un poco las cosas:

Proteger, aguantar el dolor, disparar, esquivar, golpear, proteger, aguantar el dolor, disparar, esquivar, golpear, golpearme a mí por tratar de cuidar su espalda en vez de la mía y luego una y otra vez sucesivamente.

Y mierda, no se veía nada bien para nosotros. Estábamos completamente atrapados.

Is y yo nos pusimos espalda contra espalda, eliminando a todos los rebeldes que podíamos. Ellos simplemente seguían llegando y llegando. Era como un ataque zombie, pero en vez de querer mi cerebro, sólo querían matarme.

Sí, "sólo".

Maldije en cuanto me quedé sin balas, pero Isbelle ya me estaba pasando su arma recién recargada y cargando la mía, demostrándome cuan ágil y buena era en lo que hacía.

─Eres increíble ─miré hacia atrás con una sonrisa.

─Lo sé ─ella bloqueaba un golpe y luego disparaba de una manera tan elegante que me quedé mirándola admirado y por eso fue demasiado tarde cuando traté de esquivar la bala que venía dirigida a mí.

─Mierda ─me sostuve el hombro en donde había logrado pegar ─. ¡Isbelle! ─gruñí viendo estrellas.

─ ¿Qué? ─ella regresó a verme con preocupación.

─Me dieron, los hijos de puta me dieron ─hice una mueca de dolor, presionando mi hombro. No entendía como ella podía pelear con dos heridas de bala cuando yo sentía que me desmayaba─. Me voy a morir ─cerré mis ojos y me dejé caer contra su espalda. Ella me sostuvo Inmediatamente.

─No vas a morir, Khaled ─dijo mientras me cubría y disparaba por todos lados.

─No hay manera de que salgamos de esto ─dije mirando alrededor─. Es imposible.

─Khaled...

Yo sostuve su cara.

─Hay algo que necesitas saber... ─de pronto una luz nos iluminó desde arriba, haciéndome entrecerrar los ojos ─. ¿Aliens? ─pregunté, cubriéndome los ojos para poder ver mejor.

─No ─Isbelle sonrió─. Llegó el rescate real.

─ ¿Qué?

Ni bien terminé de preguntar una escalera se bajó frente a nosotros y hombres uniformados bajaban de ella. Y otros tantos salían de las escaleras de la azotea.

─Deben subir al helicóptero ahora ─nos ordenó uno─. Nosotros nos haremos cargo.

Y efectivamente, una vez que se pusieron en posición comenzaron a disparar a los rebeldes y nosotros pudimos hace nuestro camino hasta la escalera colgante.

─ ¿Cómo se supone que subiremos? ─me preguntó Isbelle en medio del ruido y del caos.

Sabía a lo que se refería, nuestras heridas harían el trabajo difícil.

─Sostente de mí ─le dije agarrando la escalera.

Ella me abrazó, y sin tener que hacer mucho esfuerzo la escalera subió con nosotros guindando de ella.

─Sabías que harían eso, ¿cierto? ─me preguntó cuando llegamos arriba.

─Tuve una corazonada ─le dije mientras la ayudaba a acomodarse dentro del helicóptero.

─ ¿Y? ─ella levantó una ceja.

─Y ─me senté frente a ella y la miré─. Quería que me abrazaras ─le sonreí inocentemente.

─ ¡Lo sabía! ─ella también estaba sonriendo.

─ ¿Sí? ─pregunté, pero en cuanto el helicóptero agarró vuelo, el sello real se formó frente a nosotros y luego una imagen de la reina apareció.

─Por Dios, chicos ─dijo con preocupación en cuanto vio nuestro estado.

─Son sólo unas cuantas heridas de guerra, pero estamos bien ─le sonreí.

─Estaremos bien ─intervino Isbelle inmediatamente al darse cuenta de que la reina seguía sin convencerse.

─Sí, claro, chicos ─ella asintió más segura ahora─. Me alegro de que hayan podido salir de allí con vida. Ahora lo más importante es que regresen al castillo cuanto antes.

─Lo haremos ─dijimos ambos al unísono y la transmisión terminó.

─ ¿Ahora qué? ─le pregunté a Isbelle.

Ella frunció sus labios, pensativa.

─Curemos nuestras heridas y regresemos a casa.

Contra RelojDonde viven las historias. Descúbrelo ahora