Capítulo 3

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-Max: Ya nos he anotado, ahora tenemos que ver lo que vamos a hacer aquí solos 2 horas.

-Paul: No se...

La verdad es que no lo sabía, se me ocurren tantas cosas... Pero no, debo controlarme. No quiero parecer la típica ordinaria de sálvame ( o eso creo), mis controversias mentales son sutilmente entorpecidas por la mano de Max posándose en mi barbilla, al observar que se acerca cierro lentamente los ojos hasta que percibo la presión y la temperatura de sus labios posándose en los míos, fusionándose, amándose. Al mismo tiempo presiento que su cuerpo se acerca, sus piernas colisionan contra las mías y tras un jadeo ahogado su brazo se dispone a  rodear mi cintura  mientras su lengua se adentra en mi boca saciando mis necesidades mas profundas. La mano que se encontraba en mi barbilla desciende lentamente hacia el cuello, al mismo tiempo que la que reposaba sobre mi cintura se abre camino hacia mi nalga derecha y con un brusco movimiento me tumba sobre el tapiz aterciopelado del sofá, no puedo creer lo que está sucediendo, la temperatura asciende, cada vez se percibe mas pasión en nuestros besos. Se nos esta yendo de las manos, su mano izquierda aumenta la presión en mi cuello, la que estaba en mi nalga traspasó el pantalón, solo quedaba mi mano derecha, que misteriosamente se posó sobre su entrepierna. El tiempo pasaba, seguíamos, la intensidad se elevaba, nuestros cuerpos emitían un aura de placer que envolvió la habitación con un aura de lujuria y sexo, ambos jadeábamos los pocos segundos que nuestras bocas se separaban para tomar aire, hasta que todo acabó con el sonido del segundo timbre que anunciaba la salida al recreo. Separamos nuestros cuerpos y tras dedicarnos una intensa mirada continuamos nuestros caminos sin pronunciar ni un solo vocablo.

Desde el momento en que te viDonde viven las historias. Descúbrelo ahora