PRÓLOGO

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Pocos meses habían pasado desde que Sasuke vivía con Naruto en un pequeño apartamento cerca de la torre Hokage. Para ser específicos, ya habían pasado 4 meses. Entre los dos todo iba de maravilla, a pesar de pelear mucho, se llevaban muy bien.

No había como estar con el rubio, y para su fortuna, ese rubio era sólo suyo. Claramente no existe alguien en esta mísera tierra que logre penetrar la hiperactividad de Naruto, para muchos es molesto e infantil, pero para Sasuke, ese hiperactivo rubio molesto e infantil era la luz que lo sacó de las sombras.

Hay muchas formas de decir "te amo": Un beso, una flor, una cena, un abrazo, incluso solo una sonrisa. Pero el orgullo de un uchiha es demasiado devastador como para hacer alguna de las cosas anteriormente mencionadas -excepto cocinar, estaba cansado de comer ramen todos los días-, así que sasuke solo se lo hace saber en la oscuridad de la noche, entre suspiros y el rechinar de la cama. Nada muy exagerado... Bueno... Tal vez sí.

—¿que quieres para cenar?— preguntó tranquilo Sasuke entrando a la sala, pero para su sorpresa, Naruto no se encontraba en esta —¿dobe?— camino hacia la habitación de invitados pero allí tampoco estaba. En el baño, y ni rastro de su rubia obsesión. La cocina y allí no se encontraba. Por último, entró a su habitación, se acercó a la cama pero no se encontraba allí. Estaba a punto de irse de la recamara, si no hubiera sido por un sonido proveniente del closet.

Cuando lo abrió, Naruto estaba abrazando su chaleco de shinobi, inhalando su esencia. Temblaba, estaba sonrojado y aparentemente tenía fiebre.

—naru...— acercó su mano para confirmar sus sospechas, pero antes de poder actuar, Naruto se le tiró encima haciendo que cayeran al suelo —naruto, ¿que te ocurre?— intentó distraerse de la fricción que provocaba el rubio sobre su entrepierna.

—sasuke... Hay que hacerlo...— le susurró al oído intentando restregarse contra el azabache. Pero antes de pasar a mayores, Sasuke intervino.

—hay que ir con tsunade... Perdón— Naruto abrió los ojos, ¿de que se estaba disculpando? Antes de poder reaccionar, Sasuke lo tomó entre sus brazos y como si fuera arte de magia en un dos por tres llegaron al hospital, encontrando a Sakura en este mismo.

—Sasuke-kun...— exclamó sorprendida. El uchiha nunca iba al hospital, rara vez este terminaba herido y casi nunca se enfermaba, entonces ¿que estaba sucediendo?

—sakura— dijo serio —necesito ver a tsunade.

—no creo que sea buena idea— contesto apenada.

—no era pregunta— un uchiha nunca cambia.

La haruno lo llevó con tsunade, que en ese momento dejaba salir a kiba que iba junto a hinata, ambos en una situación muy similar a la del rubio. Al llegar a la sala de espera, había muchas personas en el lugar, personas que Sasuke recordaba haber visto en la aldea, solo que lucían diferente, muy diferente a decir verdad. Allí se dio cuenta de algo, Naruto estaba totalmente acurrucado en sus brazos, y se veía más pequeño dentro del closet. Con cuidado contorneo a su rubio, este tenía facciones delicadas, su piel era más suave y tenía un olor dulce. ¿Un olor dulce? ¿Desde cuando naruto tenía un olor dulce?

—uchiha sasuke— dijo tsunade sacándolo de sus pensamientos —¿puedo saber a qué se debe tu presencia?— se podría decir que la antigua hokage lo trataba de una mejor manera desde que lo dejaron salir de la correccional, ya que sin mucho pudor le reveló sus sentimientos por Naruto.

—no estoy aquí por mi— destapó a su temblorosa pareja —lo encontré así en el closet.

La rubia abrió los ojos al igual que Sakura. Lo mismo les estaba pasando a muchas personas desde la mañana; tenían calor, fiebre, temblaban, y por sobre todo, sufrían de una inexplicable necesidad sexual, como si hubieran estado cinco años en abstinencia y les hubieran dado afrodisíacos en grandes cantidades. Según le dijeron kiba y hinata, les dolía el abdomen, como si los atravesará.

𝗕𝗢𝗥𝗨𝗧𝗢 • 𝖥𝖠𝖬𝖨𝖫𝖨𝖠 𝖴𝖢𝖧𝖨𝖧𝖠 𝖴𝖹𝖴𝖬𝖠𝖪𝖨 «𝗌𝖺𝗌𝗎𝗇𝖺𝗋𝗎»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora