Otro amanecer sin ti

Capítulo 3: ¿Serán Recuerdos?

Mis pensamientos se veían envueltos en una gama de emociones y preguntas sin respuestas. La imagen de Luna, su angustia y el oscuro acto que estuvo a punto de cometer, se proyectaban una y otra vez en mi mente. ¿Por qué había llegado a ese extremo? ¿Qué la había llevado a ese punto de desesperación?

La noche avanzaba lentamente, y la luna brillaba en el cielo como un testigo silencioso de los secretos que albergaba la noche oscura. Me sumergí en mis pensamientos hasta que finalmente, decidí ponerme de pie y salir a dar un paseo. Necesitaba despejar mi mente y encontrar respuestas a mis propias preguntas.

Caminé por las tranquilas calles iluminadas por la luz tenue de las farolas. Cada paso resonaba en el silencio de la noche, y mi mente seguía buscando comprender lo que había sucedido. Fue entonces cuando, de repente, me di cuenta de que no estaba solo. Una melancolía profunda me envolvía, como si el viento llevara consigo susurros de recuerdos tristes y años olvidados.

- No entiendo lo que me pasa (era lo que me decía a mi mismo en ese momento)

Las sombras que se retorcían a mi alrededor comenzaron a tomar forma, revelando momentos de mi pasado que había intentado sellar en las grietas de mi memoria. Imágenes de rostros sonrientes y lugares que solían estar llenos de vida ahora resonaban con la tristeza de lo perdido.

En el callejón de mis recuerdos, surgió la imagen de un parque donde solíamos jugar de niños. La risa alegre y despreocupada resonaba en el aire, pero se desvanecía lentamente, como un eco lejano. Entre las sombras, comencé a escuchar murmullos incomprensibles, el eco de risas siniestras. Traté de apartar esas memorias, pero eran como marcas persistentes que se negaban a desaparecer. Sentí un escalofrío recorrer mi espalda mientras intentaba ignorar las imágenes que se desplegaban ante mis ojos mentales.

Las voces se intensificaron, pero no eran voces comunes. Eran susurros, murmullos que parecían provenir de un lugar más allá de la realidad tangible. Me detuve en seco, mirando a mi alrededor en busca de alguna señal de lo que estaba ocurriendo. Las farolas parpadeaban, arrojando sombras danzantes que parecían susurrar secretos ocultos.

"¿Porqué no lo aceptas?", murmuró en voz baja, pero el eco de mi propia voz se perdió en la oscuridad. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal mientras la sensación de no estar solo se intensificaba. Las sombras parecían cobrar vida, moviéndose y retorciéndose como entidades invisibles.

Fue entonces cuando, entre las sombras, pude observar una figura. Una presencia sin forma definida que se deslizaba entre los recuerdos fragmentados. Intenté acercarme, pero cada paso que  daba parecía llevarme más profundamente a un laberinto de memorias fraccionadas.

Los murmullos se volvieron más claros, palabras que resonaban con un eco escalofriante. "Lo sabes, Sérgio", susurraban las sombras. "No puedes escapar de tu pasado".

Un sudor frío cubrió mi frente, y mi respiración se volvió entrecortada. ¿Quién era esa presencia que se esconde en las profundidades de mi memoria y porqué trata de obligarme a recordar mi pasado?; despues de lo sucedido pude tranquilizarme, me senté en una banca que estaba cerca y no conseguía procesar las cosas viví hace unos minutos... 

Pasados unos  treinta minutos decidí regresar a mi casa, me tomé unas pildoras para dormir deseando poder descanzar y mañana pensar en lo que pasó ésta noche; también Decidí que al día siguiente hablaría con Luna, me gustaría saber como está y conocerla un poco más, espero que esto no se vuelva a repetir...

DIA SIGUIENTE...

Al despertar, persiste la sensación de agotación y confusión. Los eventos de la noche anterior me habían dejado en un estado de vulnerabilidad, como si las capas protectoras de mi mente se estuvieran desgarrando lentamente.

En la escuela, los pasillos estaban vacíos, y el silencio era únicamente roto por el eco de mis pasos mientras me dirigía hacia la enfermería. La sensación de déjà vu se intensificaba a medida que la puerta crujía al abrirse, llevándome de vuelta a un momento similar en mi infancia, cuando corría hacia Lía después de algún tropiezo en el patio de la escuela.

La enfermería estaba bañada en una tenue luz, creando sombras que bailaban en las paredes. Lía, la enfermera de confianza, estaba revisando algunas fichas médicas cuando entró. Levantó la mirada, y sus ojos reflejaron una mezcla de preocupación y alivio al verme.

—Sérgio, ¿cómo te sientes? —preguntó, dejando las fichas a un lado.

Conté a Lía sobre la extraña experiencia de la noche anterior, las sombras, los murmullos, y esa presencia difusa que emergía de mis recuerdos. Sus cejas se fruncieron, revelando una preocupación genuina en su rostro.

—Parece que estás pasando por algo inusual, tal vez relacionado con lo que ocurrió con Luna. ¿Quieres hablar de ello?

Asentí, agradecido de tener a alguien con quien compartir mis inquietudes. Mientras conversábamos, Lía me informó sobre el estado de Luna y la difícil situación por la que estaba atravesando. Es inebitable que no sé practicamente nada sobre ella, pero no encuentro las palabras para explicar el hecho de que hay algo en Luna que atrae y me causa curiosidad.

Después de nuestra charla, decidí visitar a Luna en el hospital. Al acercarme a su habitación, mi mente estaba llena de preguntas. La puerta estaba entreabierta, y al entrar, ví a Luna recostada en la cama, mirando por la ventana con ojos que reflejaban un torbellino de emociones.

—Hola, Luna —dije con suavidad, tratando de disimular el hecho de que ella no sabe quién soy jeje.

 Ella se volvió hacia mí, sus ojos revelando una mezcla de sorpresa y tristeza. Su reacción no me sorprendió para nada debido a lo que paso ayer.

—Soy Sérgio, estudio en la escuela a la que ingresaste el día de ayer, disculpa si mi visita es inoportuna, pero quería presentarme como se debe jeje 😅—No recuerdo la última vez que me sentí así de nervioso.

—Vaya entrada épica que hice no?—Dijo con una sonrisa adornada con una lágrima.

En ese momento me di cuenta de que, de alguna manera, su vida cambiaría la mía, para bien o para mal, aun no lo sabía...