Izuku, El Héroe De Orario

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El chico de pelo azul tenía razón, había pasado muchas veces por este lugar y nunca había visto la entrada, supongo que ha aparecido de la nada.

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Bajamos por unas escaleras, había un pasillo largo, al final de este, una bifurcación.

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-Cambio!!-

Todo daba vueltas a mi alrededor, la palabra que menos quería escuchar.

Eijiro estaba al frente, Haga-chan y yo estábamos en la retaguardia, esperando al momento oportuno para saltar a la acción.

Utilicé una de mis nuevas habilidades, "Dash" un impulso que puede utilizarse en cualquier momento, obtenida tras cazar 100 monstruos conejo, junto al título "Pies de Conejo" bonus del 5% en la estadística de agilidad, y aumenta un 5% por cada 100 monstruos conejo asesinados.

Bueno... Perdón, me emociono...

Me acerqué a un pequeño monstruo azul con cara de perro y le atravesé el pecho diagonalmente, de derecha a izquierda.

La sangre me salpicó en la cara; conduje mi espada hasta mi hombro izquierdo, seguido de esto realicé un revés dirigido al cuello del monstruo.

Al ver con la fuerza que iba mi ataque decidí cerrar mis ojos.

El sonido de mi espada cortando el aire y finalmente el quejido de dolor de la criatura.

Volví a abrir mis ojos para ver un montón de partículas azules desvanecerse junto a la sangre con la que me había manchado.

Volteé para ver a mi equipo y levantarles el dedo pulgar, en señal de que todo estaba bien.

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Después de eso la marcha prosiguió, unos cuantos monstruos más y finalmente llegamos a lo que parecía ser la sala del jefe.

Me acerqué a mi grupo y refrescamos la formación que tendríamos.

Eijiro delante, Haga-chan y yo en la retaguardia esperando el cambio.

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Entramos a la batalla. Eijiro golpeaba a los Minions con su maza, normalmente los acababa al segundo golpe, pero cada cierto tiempo pedía el cambio, en esos casos avanzaba utilizando mi habilidad estrella, ganándome así un par de niveles.

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En un momento tomé la avanzadilla y me lancé a por el jefe, este era un monstruo de color rojo, gordo, con cabeza de perro, unos tres metros, portaba un hacha de hueso.

A gran velocidad me acerqué al jefe, mi espada se tiñó de color carmesí.

Tres espadazos a gran velocidad, casi imperceptibles, la penúltima barra de vida empezó a descender hasta quedarse en rojo.

Un hachazo se dirigió a mi, sin dudarlo coloqué mi espada en el lugar del impacto, el impulso del gran hachazo me llevó a una de las paredes de la sala, coloqué mis dos pies en la pared y me impulsé con mi dash hacia el jefe, una vez estuve cerca mi espada se iluminó de color naranja y hice un corte horizontal, acabando así con la penúltima barra de vida.

IIIfang soltó un fuerte rugido y volvieron a aparecer sus secuaces.

Retrocedí para que Eijiro se encargara de los nuevos mientras los demás iban a por el jefe.

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En un descuido Haga-chan salió a la línea delantera, Eijiro había recibido un ataque muy fuerte.