Capítulo 3

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Durante la comida, los jóvenes hablaron sobre lo que harían durante el fin de semana, donde dormiría cada uno, etc.

—Es lo más típico del mundo, pero, —Thomas levantó una botella de alcohol. —¿un yo nunca?

Cadie se levantó de la mesa recogiendo los platos. —Prefiero un verdad o reto la verdad.

—¿Enserio?— preguntó Thomas sorprendido. —Cadie ha rechazado un juego para beber alcohol.— El rubio se levantó fingiendo preocupación y se acercó rápidamente a la pelirroja, poniéndole la mano en la frente, similundo que comprobaba si tenía fiebre. —¿Estás bien Ce?

La chica rió. —El yo nunca me parece un juego sumamente aburrido, ya nos conocemos lo suficiente. En cambio, un verdad o reto, lo veo más divertido.

—Ambos son juegos de niños.— comentó Damiano jugueteando con una servilleta. —Si lo que quieres es besar a Thomas hazlo ahora. —Dijo mirando a la chica de ojos verdes con una sonrisa.

Aquellos chicos no tenían problema en besarse, por lo que, Cadie le sacó la lengua al cantante y justo después besó a Thomas.

—Bueno ya vale que me pongo celoso.— Ethan se interpuso entre los chicos fingiendo molestia.

—¿Quieres tú otro Edgar?— Rió el guitarrista.

—Bueno, antes de que nos montemos una orgía,— Victoria se levantó de la mesa. —propongo ver una película mientras tomamos algo, y después, cuando hayamos bebido un poco, juguemos a algo.

A todos les pareció buen plan, por lo que después de recoger la mesa, fueron hasta el salón y buscaron alguna película en internet que les pudiese gustar a todos.

—Una romántica, por favor. —Suplicó la bajista.

—Una de acción. —Dijo Thomas.

—No sé por qué discutís si sabéis que veremos una de miedo. —Habló Cadie mientras encendía la tele. —Propongo ver El silencio de los corderos.

—No se hable más.— Dijo Ethan apagando las luces de la sala.

—Yo tenía pensado llorar viendo Bajo la misma estrella, no llorar toda la noche por temor a que un caníbal entre en casa. —Comentó Victoria mientras daba un trago a su copa.

—Estamos nosotros para protegerte. —Damiano sonrió victorioso.

—Te recuerdo que la última noche que vimos una película de miedo te agarraste a Ethan de lo cagado que estabas.— recordó Victoria. —Espero que no me tengas que proteger tú. —Rió.

Damiano le sacó la lengua y la bajista le tiró un cojín.

La chica pelirroja apagó las luces y puso la película.

–Quien se haga pipi del miedo pierde.– Dijo Thomas sentándose al lado de Cadie.

(...)

—Bueno,— Damiano se estiró un poco y se levantó. —Tampoco ha sido para tanto.

—Oh vamos.— la bajista se levantó también. —Estabas cagado mientras la veías.

—Estaba fingiendo para que Cadie no se sintiese mal por ser una miedica.— El mayor de todos miró a la pelirroja quien estaba sentada en el sofá abrazando sus piernas.

—No sé por qué digo de ver una película de miedo si siempre lo paso fatal. —Habló la de ojos verdes cuando se percató que todos la estaban mirando. —Que bonito hubiese sido ver Bajo la misma estrella.— Confesó levantándose.

—Podemos verla después de cenar. —Ethan se incorporó a la conversación. —Anda que no tenemos fin de semana para ver películas.

Thomas se levantó y anduvo hasta la radio que estaba al lado del televisor, puso un cd que estaba al lado sin si quiera saber qué era y le dio al play.

Sway de Michael Bublé comenzó a sonar haciendo que aquellos chicos que antes estaban hablando se pusiesen inmediatamente a bailar.

Damiano se acercó a Cadie y la agarró por la cintura, comenzando a bailar con ella. Aunque la chica sabía perfectamente que bailó con ella porque era quien mas cerca estaba, le gustaba fantasear con que bailó con ella porque sentía algo.

El resto de la tarde la pasaron bailando y cantando la música del cantante canadiense.

—Que sepas, —Damiano señaló a la pelirroja.— que has mejorado mucho en el baile. —Dijo casi sin aliento.

—Eso es por que tiene a la mejor profesora de baile.— Habló la bajista acercándose a su amiga y pasando un brazo por sus hombros. —¿Verdad?

Cadie asintió.

—Es un buen momento para jugar a verdad o reto. —Habló Thomas sentándose en el suelo.

Ethan se sentó junto a él y segundos después, las otras tres personas que quedaban de pie hicieron lo mismo.

—Vamos a jugar a un puto juego de niños.— Dijo Damiano.

—Cuidado, —Habló Cadie. —que le queda un mes para los 18 y ya se cree que tiene 40. —Rió la chica. —¿Qué pasa Damia? ¿Te da miedo que conozcamos tus secretos? ¿O que tengas que hacer un baile embarazoso?

El mayor de todos le sacó la lengua.

—Bueno va,— Thomas señaló a Victoria. —¿Verdad o reto?

—Verdad. —respondió la chica.

—¿Cuál ha sido la mentira más elaborada que has dicho?— Cuestionó el chico.

—Ya lo sabéis. Dije que sabía tocar el bajo cuando solo llevaba tocando unas semanas.— respondió la rubia.

—Y lo peor esque tocaba tan bien que no nos dimos cuenta, y un día lo dijiste. —Habló Ethan.

—Yo es que nací para esto.— Victoria se echó hacía atrás el pelo que le caía por los hombros. —Va Ethan, verdad o reto.

—Reto.

—Imita a Angus Young.

El baterista se levantó, y fingiendo que tocaba la guitarra, empezó a moverse imitando al famoso guitarrista de ACDC.

—Lo ha bordado. —Rió mientras se sentaba. —Cadie.

—Verdad.— respondió la chica antes de que el moreno pudiese formular la pregunta.

—Cuéntanos algo que no le hayas contado a nadie nunca. —Hizo énfasis en la última palabra.

La chica se puso nerviosa. Lo único que nadie sabía era que sentía cosas muy fuertes por Damiano, pero quería que siguiese siendo un secreto.

—No hay nada que nadie sepa.— respondió la chica. —Y menos algo que no sepáis vosotros. —Rió con nerviosismo.

Damiano notó la incomodidad de la chica y quería descubrir por qué reaccionó así.

—Va Damia, ¿verdad o reto?— Cuestionó la pelirroja intentando que se olvidasen de lo sucedido.

—Verdad.

—¿Te ha gustado alguna vez una profesora?— preguntó.

—La de literatura. — Rió el joven.

Pasaron varios turnos en los que Cadie no prestó atención a lo que sucedía. Ni si quiera se dió cuenta de que se había quedado a solas con Damiano y el resto de la banda se fueron a preparar la cena.

—Cadie. —La llamó el cantante, intentando captar su atención.

—Dime.

—¿Qué es lo que nunca nadie le has dicho a nadie?— Cuestionó mirándola.

Un montón de pensamientos pasaron por la mente de la chica. Barajó todas las posibilidades que podían ocurrir si se lo decía. Ella sabía que él no era de ese tipo de gente que se alejaba de alguien cuando le confesaban sus sentimientos, por lo que, decidió decirle.

—Llevo dos años enamorada de ti.

AAAAAAAAAAA. ¿Que creéis que va a pasar?

Mi ami veramente? [Damiano David]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora