En cuatro.
El rubio estaba acostado en su cama boca arriba, con sus ojos cerrados.
Su antebrazo derecho estaba tapando su cara, mientras que en su mente se proyectaban recuerdos fugaces de su niñes.
El teléfono vibrando en su mano quito su concentración, dándole un pequeño susto.
- ¿Bueno? - pregunto el de mirada esmeralda un poco cansado.
- (¿Meliodas?) - pregunto una voz que el rubio conocía perfectamente.
- ¡Ban! ¿Que pasa? Te oyes alterado ¿Estas bien? - pregunto ahora el alterado.
- ( Si, estoy bien, solo quería saber si tu lo estabas, ¿En donde estas?) - dijo un poco mas relajado.
- Estoy en mi casa, estaba a punto de dormir
- ( En unos cinco minutos estoy en tu casa, solo para poder calmarme un poco mas. )
La llamada se corto sin que Meliodas diera respuesta alguna. Solo pudo bajar de su cierto y esperar pacientemente sentado en la sala.
Pasado el tiempo, la puerta fue golpeada ligeramente tres veces. El rubio, desconfiando un poco por lo que dijo Ban, espio un poco por la ventana que apuntaba hacia afuera.
Su mente se calmo al ver la figura característica del de mirada carmín. Camino rápido a abrirle, su sorpresa fue grande.
El mayor estaba abrazando fuertemente al menor, poniendo su cabeza sobre su pecho. El rubio se sonrojo ligero.
Después de unos minutos se separaron, el rubio ofreció al mayor que pase a su casa, la invitación fue exitosa.
El tiempo paso rápido, y el baso de agua, fue remplazado por algo que causara un gran efecto al día siguiente.
Ambos ya estaban bajo el dominio total del alcohol, provocando que ambos estuvieran haciendo cualquier tontería.
De un momento a otro, los juegos rudos se convirtieron en caricias subidas de tono.
Meliodas estaba sentado en el borde de la cama,mientras que Ban; estaba atrás de el; acariciando, lamiendo y mordisqueando la espalda del menor.
El rubio se quitaba lo que le faltara de ropa, se se paro del mayor y se recostó sobre la cama boca abajo.
El de mirada carmín introdujo uno de sus dedos en la entrada del rubio, moviendo en círculos y a su vez simulando embestidas.
- ah~... Ban... - gimió el rubio removiéndose en su lugar.
Ban metió el segundo dedo, abriéndolos como si fuesen tijeras; llevo su otra mano al miembro del rubio para que se concentrase en el placer.
Cosa que logro, el cuerpo del menor se relajo y se concentró en otra cosa, poco a poco el de cabellos celestes fue subiendo de intensidad el movimiento de su mano.
- Ban.... Ban~... - llamo el rubio placenteramente.
El mencionado beso nuevamente la espalda del de mirada esmeralda. Sacando aun mas gemidos por su parte.
Metió el tercer dedo, esta vez simuló embestidas constantes y poco profundas.
- Nhg~.... Ban.. Ban.... Mas~... Mas~
Ban no espero mas y saco sus dedos desesperando al mas pequeño.
El de mirada carmín bajo su pantalón y su ropa interior dejando al descubierto su miembro, introduciéndolo lentamente en la entrada del rubio.
El mas pequeño apretaba las sabanas con sus manos, mientras trataba de que su pecho no tocase el colchón.
Ban, al estar dentro del rubio, soltó un quejido ahogado, esperando a que el chico le de la aprobación de comenzar a moverse.
Pasaron unos segundos y el rubio movió su cuerpo ligeramente adelante y atrás.
Y hací, el pequeño juego del placer siguió su camino.
El mayor tomo la cadera del rubio y comenzó con leves estocadas, sin ser tan rápidas ni profundas.
- Mhg~.... B...aan~.... Mhg~.. Aah~.... Mas, mas.
Ban obedeció la petición y aumento la fuerza y rapidez de las estocadas.
El rubio gemía y sollozaba de placer, mientas que el de cabellos celestes solo jadeaba mientras daba estocada tras estocada.
Ambos cuerpos tenían una delgada capa de sudor.
La habitación se sumió en los constantes gemidos, jadeos, sollozos y un fuerte olor curioso.
A medida que el tiempo pasaba, el rubio pedía mas y mas, marcando el limite de Ban.
- Aah~... Ban... ¡Ban!... Ngh~.... Ya no... Ya no aguanto
El mencionado se inclino hacia adelante, mordiendo el cuello de este y con una mano lo masturbaba.
- ¡Aaah!~
Meliodas se corrió y su interior se estrecho. Haciendo que el mayor se corriera dentro de el, soltando un gemido.
- ¡Ahg!~
El de orbes rubíes se acostó a lado del de menor estatura, abrazándolo de la cintura.
El rubio se volteo hacia su compañero y lo tomo por la mejilla, tomando la iniciativa para formar un beso.
Beso el cual, fue correspondió gustosamente.
Al paso de unos minutos, ambos quedaron dormidos.
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30 dias de OTP banliodas
Любовные романыActualizaciones lentas. Por favor ser paciente. PD: los personajes no me pertenecen, son obra de Nakaba Suzuki.