"Jugueteo con los dedos"

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Jugueteo con los dedos.

Las clases retomaron su ritmo, después de dos o tres semanas de vacaciones, los estudiantes regresaban relajados, tranquilos y sin ganas de regresar a la misma.

Pero, una ves cruzando la puerta de la escuela, ya no hay marcha atrás.

Los alumnos entraron a sus respectivas clases, y dentro de poco, el portón se cerro, sin nadie que saliera ni entrara.

Todo estaba tranquilo, el patio, los baños, la biblioteca, todo.

La clase de Meliodas estaba tranquila tomando nota de la asignatura de matemáticas, el rubio, al estar cerca de una ventana, pudo ver a un chico de cabellos celestes que desde hace rato no se quería ir de su mente.

Pero ¿por que? Fácil, por que el y el rubio eran amigos, y en mas de una vez han tenido un acercamiento intimo.

La mente del rubio le jugo mal en ese momento, ya que recordó el tacto del mayor, rozando su piel, y dándole un apasionado beso cargado de distintos sentimientos y el pequeño estimulo que le dio aquella vez. Provocando que en el, se reflejaba el sentimiento en una parte específica de su cuerpo.

–profesor, ¿me da permiso de ir al baño? –Preguntó el chico con urgencia.

El profesor, desde su a ciento hizo un ademán con su mano, dando una respuesta afirmativa.

Meliodas salio rápido, bajando las escaleras del segundo piso, recorriendo los pasillos de la escuela, llegando al sanitario.

Coloco ambas manos en el lavamanos, mirando hacia abajo.

La puerta principal se escucho, el rubio, por inercia volteo, dejando ver a la persona menos indicada en ese momento.

–Ban –dijo en un susurro, seguido por un suspiro.

El de cabellos celestes cruzó mirada con el rubio. Mirándolo de arriba hacia abajo.

Viendo como sus piernas le temblaban ligeramente.

–¿que te sucede Meliodas?

El rubio, como pudo se enderezó, lográndolo por unos cuantos segundos, para posteriormente caer de rodillas al suelo.

Ban corrió hasta el menor, quedando hasta la altura del rubio.

Meliodas estaba suspirando y jadeando, su mirada con un ligero toque de lujuria.

–¿Meliodas? –repitió el nombre del menor queriendo encontrar algo que le de una señal de lo que pasaba.

El mencionado puso una mano en el hombro de Ban, y la otra en su entrepierna.

–B... Ban... –nombró al contrario en un gemido lastimero.

El de ojos rubíes se sorprendió, ver a Meliodas con un libido y una lujuria notoria, era nuevo de ver.

–B... Ban... Agh~ –gruño en rubio, su erección comenzaba a lastimarlo.

Ban, por fin se dio cuenta del problema, sonriendo con malicia, llevando sus manos al pantalón de menor, bajándolo con todo y ropa interior.

Sacando a la luz, el pene erecto del chico.

La puerta se volvió a escuchar, el nerviosismo corrió por los cuerpos de ambos. Ban, en un rápido movimiento tomo a Meliodas, metiéndose ambos en un solo baño.

El rubio quedo con las piernas separadas a orillas del retrete, en la desesperación de Meliodas, comenzó a masturbarse, susurrando sus gemidos, mezclados de vez en cuando con el nombre de Ban.

–quita tu mano – susurro seductora mente al oído del rubio.

El de cabellos celestes termino de bajar el pantalón y la ropa interior del rubio.

Si le preguntaban, negaría que la citación le empezaba a calentar.

La puerta sonó, indicando que la perdona se fue tan rápido como llego.

Meliodas dio un gemido demaciado sonoro, ya que Ban metió su dedo medio en la entrada del rubio, haciendo un círculo y de vez en cuando empujando hacia adentro y sacándolo.

–... A...¡aaaah~!.... B.. ¡Baan!~..... Ma.. ¡Mas! –Meliodas gemía en un tono considerablemente alto.

–shh, recuerda que estamos en la escuela – dijo con un a sonrisa

El de ojos esmeralda llevo una de sus manos tapando su boca, la otra estaba apoyada en la pared.

Ban siguió haciendo un movimiento circular, hasta que metió el segundo dedo.

– ngh~

Ahora, haciendo un movimiento de tijeras, abriendo y serrando.

El rubio seguía gimiendo, hasta que el de cabellos celestes hizo presión en el punto justo del menor.

–agh~ m..maaas~ –dijo casi en un grito.

Ban presionando, y de vez en cuando, simulando embestidas, cuando por fin metió el tercer dedo, las embestidas fueron cada ves mas bruscas.

Volvió a tocar el punto, esta vez haciendo que el de ojos esmeralda se corriera. Manchando la pared y parte del retrete.

El de mirada rojiza sonrió, sacando sus dedos del interior del rubio.

–supongo que hasta aquí lo dejaremos

–s..si –respondió aun aturdido por el reciente orgasmo.

El menor, bajo de donde estaba, subiendo su ropa interior junto con su pantalón.

El mayor, salio primero del baño, lavándose sus manos. Luego el rubio, aun acomodándose sus ropas.

–recuerda, esto se queda entre nosotros. –respondió Ban de forma seductora, viendo hacia donde el rubio

Meliodas, solo pudo sonreír nerviosamente, mientras tenia un sonrojo en su cara, muy notorio.

30 dias de OTP banliodasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora