Hace mucho tiempo, existió una región de nombre Vabo-chan, en donde seis reinos se encontraban en constante guerra: Shiratorizawa, Aoba Johsai, Inarizaki, Karasuno, Nekoma y Datekō. Los monarcas peleaban por ser los más poderosos y hacerse de las mayores riquezas para sí mismos, sin importarles por todo lo que estaban pasando sus propios pueblos a costa de sus egocéntricas acciones.
Cansados de ver tanto sufrimiento, un grupo de seis jóvenes nobles se rebelaron contra aquellos reyes egoístas y juntos formaron un ejército para combatirlos, haciéndolos retroceder ante sus actos y amenazándolos de la destitución definitiva del trono.
Tras el ataque, los reyes recapacitaron y reconocieron su culpa. Como muestra de su arrepentimiento firmaron un tratado de paz vigente en toda la región, cambiaron su actitud con el pueblo, se despojaron de sus lujos y ayudaron a la reconstrucción de sus imperios.
En cuanto a aquellos jóvenes héroes que habían tenido el valor de enfrentar a los propios reyes fueron premiados por su gran valentía y determinación, siéndoles otorgado el poder para estar por encima de cualquiera y la potestad de tomar las decisiones correctas cuando fuera necesario. Se convirtieron en la justicia y mayor autoridad sobre toda la región, conocidos como la Corte Suprema Real (CSR).
También para recordar ese día, se acordó celebrar una fiesta cada año con un baile y un festín enorme en todos los palacios como representación de la unión de los reinos.
Y así, una época de paz se estableció por toda la región, sin enemigos ni diferencia entre territorios.
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Pasaron varios años y ya era tiempo de que los sucesores de cada rey tomarán posesión de lo que les pertenecía por derecho. Tierras vastas y prósperas se les entregaría a cada heredero al trono:
❦ Shiratorizawa sería reinado por el inteligente Shirabu, ❦ Aoba Josai por el astuto Oikawa, ❦ Inarizaki por el engreído Atsumu con la ayuda de su hermano gemelo Osamu, ❦ Karasuno por el prodigioso Kageyama, ❦ Nekoma por el estratégico Kenma, y ❦ Datekō por el entusiasta Koganegawa.
Cada vez que nuevos reyes ocupaban el poder, todos debían de reunirse en una asamblea con el secretario de la Corte Suprema Real para tratar los puntos más importantes al reinar y adiestrar a los príncipes en sus futuras funciones.
Por esa razón, todos ellos ya se encontraban sentados en sus respectivas sillas alrededor de una mesa gigante dentro de la sala conocida como "Kingusu". Era un salón espacioso, tapizado elegantemente de arriba abajo, candelabros de cristal colgados del techo, esculturas de oro, plata y bronce en pedestales por todo el alrededor, pinturas en las paredes, pergaminos en estanterías enormes de cedro, entre otras cosas que eran para uso exclusivo de reyes.
Aunque estos príncipes aún no habían sido coronados formalmente, estaban obligados a pasar un tiempo considerable gobernando para comprobar que serían efectivos como reyes o si debían de ser cambiados por alguien más en su lugar, así estaba escrito en el reglamento de la CSR.
